Los 10 Mandamientos del goy futbolero: “Llorarás por un gol, pero jamás por tu salario de hambre”
1.- Amarás a tu equipo por sobre tu dignidad
No importa que te exploten, te humillen y te gobiernen tiranos psicópatas que te quieren muerto, si tu equipo gana, serás feliz como un perro que recibió las sobras de la comida.
2.-No cuestionarás a tus grandes ídolos del balón, aunque se meen en tu miseria
No importa si traicionan, hacen trampa o son déspotas con la afición, tú te arrodillarás igual, porque tu jornada de 12 horas de trabajo bien vale un gol en el fin de semana.
3.-Santificarás el domingo en honor de millonarios analfabetas que ni siquiera saben que existes
Les vale madre si hoy ya abrasaste a tu hijo, ellos sólo quieren que vayas a la casa de apuestas y arriesgues en la final.
4.-Defenderás a tu club como si fuera el “patrón narco”
Si alguien insinúa que tu equipo compra partidos, le romperás la cara, no porque te importe, sino porque crees que la enajenación colectiva mesiánica algún día te lo premiara.
5.-Llorarás por un gol, pero jamás por tu salario de hambre
La derrota deportiva te duele más que tu vida jodida, cosificada y estancada. Así funciona la hipnosis emocional del sistema.
- Aplaudirás a los jugadores cuando agradezcan “a la afición”, desde sus jets privados
Porque crees, pobre estúpido goy que te hablan a ti. Que te agradecen a ti.
- Harás memes, cánticos y promesas de fidelidad eterna a tu club
Pero jamás organizarás una huelga por tus derechos, mejor te duermes temprano que mañana toca que te exploten desde las 4 de la mañana.
- Te tatuarás el escudo del equipo antes que cuestionar a los dueños oligarcas del negocio
Te reducirás a ser un esclavo con marketing en la piel: playeritas, pulseritas, tatuajes… un sirviente que canta su reclusión con orgullo.
- Insultarás a otros aficionados para sentirte valioso en algún universo
La ilusión de pertenecer por fin a algo será tan fuerte, que preferirás odiar a otro miserable como tú antes que a los verdaderos culpables.
- Aceptarás que tu vida es una mierda… mientras tu equipo siga en primera
Y si desciende, también. En tu mente ya da igual, porque ya no sabes quién eres sin esa droga emocional.
