Más allá de lo que se piense de las leyes aprobadas por Hungría, un estado soberano y democrático, han tenido como resultado dejar en evidencia que la UE es una banda de zombies siniestros chapoteando en sangre.
“Hungría debe revocar su ley anti LGTBIQ y respetar los derechos fundamentales recogidos en los tratados. Es un club de valores y no son negociables, si no dan marcha atrás deberían irse (…) ya no tendrían cabida en la UE”, con esta chulería se expresó el matón holandés Mark Rutte con una advertencia extraordinariamente agresiva a Viktor Orban. “Si no actuamos ahora dejaremos de ser una unión de valores y quedaremos como un mero bloque comercial”, instó el holandés a sus socios usando expresiones controvertidas como que su objetivo era forzar a dar marcha atrás, a “hincar la rodilla” a Budapest en esta cuestión. Es decir, o asumes la ideología del matón o te vas…
La ley impulsada por Fidesz y aprobada en el Parlamento húngaro, expresión de la voluntad general de su pueblo (¿no es eso la democracia?) ha hecho sonar todas las alarmas en la UE. Llega después de lo que la banda siniestra de Bruselas llama “ataques” a las ONG, a los jueces, a Soros, a las universidades, a los medios de comunicación, a los musulmanes, a los refugiados. Es “el enésimo ataque a nuestras leyes, nuestros valores, nuestros principios”, dijo una alta fuente europea. Y quizás haya sido la gota que ha colmado el vaso de los zombies. Esta semana, 17 ministros firmaron una carta contra la ley húngara que persigue prohibir toda referencia a la homosexualidad en contenidos a los que puedan acceder menores de 18 años, y 17 jefes de Estado, horas antes de verse cara a cara con Orban, firmaron otra misiva denunciando las “discriminaciones inaceptables”. Han pedido a la Comisión Europea que actué, que abra un procedimiento de infracción, que recurra inmediatamente esa ley al Tribunal de Justicia para frenarla. Y el húngaro les respondió. “Lo primero que tienen que hacer es leer la ley y luego hablar, no al revés”, espetó a sus colegas al llegar a Bruselas. “Soy un luchador y defensor por los derechos de los homosexuales”, replicó el líder de Fidesz.
El papelón de España
Un total de 17 países firmaron una misiva en la que no se menciona a Budapest para no caldear aún más el ambiente, pero se defiende la necesidad de “seguir luchando contra la discriminación contra la comunidad LGTBI, reafirmando la defensa de nuestros derechos fundamentales. El respeto y la tolerancia están en el centro del proyecto europeo”. Según fuentes de la Moncloa, la iniciativa partió de España y Luxemburgo y posteriormente se unieron el resto de países que incluyen a Alemania, Francia, Italia, Dinamarca, Chipre, Letonia, Estonia, Irlanda, Malta, Grecia, Finlandia, Países Bajos y Austria.
El Gobierno del “doctor” Sánchez en todo momento quiso defender la autoría del texto. “No es que nos hayamos sumado a la iniciativa de otros, sino que la hemos promovido y patrocinado y, con la ayuda de Luxemburgo, hemos conseguido el apoyo de otros 16 líderes europeos. De hecho, el contenido de la carta es redacción española, con aportaciones de Luxemburgo que se sumó desde el principio a la iniciativa”, explicó el equipo que viaja con el presidente.
Hungría plantó cara
La situación fue especialmente incómoda en el Consejo y algunos temían que la sangre llegara al río, con un veto de represalia en las conclusiones finales por la presión recibida. Es una cumbre rara, quizás la última de Angela Merkel en Bruselas. Con piques de la canciller con Portugal (y en menor medida España) por la apertura demasiado ligera a los turistas británicos cuando llegan datos muy preocupantes desde Reino Unido. Con resquemor del Este y los Bálticos también con ella por sus propuestas sobre Rusia. Con impaciencia italiana por la parálisis en materia migratoria. Con dudas de los mediterráneos por la falta de esfuerzos en la recuperación de la movilidad este verano. Y en medio del cóctel, Hungría. “Las palabras de Rutte son otro episodio del chantaje político habitual. Hungría no se quiere ir de la UE, al revés, queremos salvarla de los hipócritas”, respondió Judit Varga, ministra de Justicia y una de las más fieles aliadas del primer ministro. “Mientras viva, lucharé con todas mis fuerzas para que los húngaros nunca tengan que arrodillarse ante Rute o cualquier otro colonialista”. Con dos ovarios, señora…
Cuando la alemana se retire, los dos líderes más veteranos en la sala serán precisamente Rutte y Orban. Sobre la mesa tenían migración, Covid, temas exteriores, pero la bronca por la legislación “homófoba” es lo que ha marcado las últimas 72 horas. Y todos querían pronunciarse. Poco después de las 19.00 horas el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, arrancó este punto informal en la agenda, pero las presentaciones ya estaban hechas. Y según fuentes diplomáticas, no hubo preliminares: “El artículo 50 está para algo”, espetó el matón neerlandés a su colega en referencia al artículo de los Tratados que Reino Unido invocó para dejar la Unión. “Hay otras alternativas”, recordó el portugués Costa, apuntando a que quienes no quieren las mismas condiciones y exigencias pueden encontrar acomodos alternativos, como Suiza o Noruega. “Ser homosexual no es una opción, ser homófobo sí”, apuntilló el patético líder del Benelux, el belga Alanxander de Croo.
“La ley no está en línea con nuestros valores y con lo que es Europa”, se sumó mucho más cautamente el títere de la finanza Emmanuel Macron. “El odio, la intolerancia y la discriminación no tienen lugar en nuestra Unión”, tuiteó el “doctor” Pedro Sánchez adjuntando la carta de todos los líderes de norte, sur y oeste (Portugal no por tener la presidencia temporal y querer permanecer neutral). Casi todo el este, sin embargo, ha optado por un esclarecedor silencio en la cuestión, desde Visegrado a Bulgaria y Rumanía. Pasaron como de la mierda de las soflamas de los matones. “Los contribuyentes suecos están hartos de mandar dinero a países en los que no se respetan los valores europeos”, renegó el primer ministro saliente sueco Stefan Lofven. Lo tienen fácil. No pagar y largarse…
En Bruselas algunas voces conservadoras apuntan que si durante mucho tiempo se resistieron a echar a Fidesz del renegado Partido Popular Europeo era precisamente para evitar una deriva cada vez más agresiva y descontrolada como la actual. Es complicado argumentar que esta ley no hubiera salido delante de no haber salido de la familia popular, pues el problema viene de lejos. Pero ahora faltan interlocutores. En el debate, Orban optó por parapetarse en los posibles malentendidos, asegurando que su ley es otra cosa y está siendo malinterpretada, pero el mayor respaldo que obtuvo fue el silencio de sus principales aliados del Este, Polonia o Eslovenia.
Apoyos de Orban contra el matonismo de Bruselas. Se puede ver a los países bálticos alineados con las tesis occidentales en esto también.
No caben dudas, así es como la UE respeta la voluntad popular de los pueblos… Pero no se puede esperar otra cosa de una banda de vividores, oligarcas, colonialistas y criminales…
Un pulso más
No es el único pulso que Hungría tiene contra el resto de la Unión Europea. El país tiene activado el artículo 7 de los Tratados, una cláusula en las normas comunitarias que en teoría en última instancia permite eliminar el derecho a voto en el Consejo de un país que viole los “principios europeos” y el Estado de derecho, pero que ha demostrado no ser útil.
Budapest plantea pulsos contra las autoridades comunitarias en distintos campos, especialmente en materia migratoria, y las hostilidades con el Ejecutivo comunitario no son nuevas. De hecho, el Gobierno de Orbán llegó a atacar a nivel personal al borracho Jean-Claude Juncker, anterior presidente de la Comisión Europea.
La Comisión Europea tiene previsto dar nuevos pasos en este asunto. Después de que la burócrata al servicio de la oligarquía Von der Leyen haya calificado la nueva ley como una “vergüenza”, Didier Reynder, comisario de Justicia, y Thierry Breton, comisario de Mercado Interior, han enviado una misiva al Gobierno húngaro pidiendo más explicaciones. El Ejecutivo comunitario podría abrir un expediente contra Budapest si considera que la norma viola el Derecho de la Unión, pero muchas fuentes apuntan a que este pulso va más allá de los Tratados y de lo que se pueda hacer en la corte europea de Luxemburgo respecto a esta norma concreta, y que se trata de evitar que los derechos humanos y los valores fundamentales sean considerados como algo ideológico.
No es la primera vez que las leyes promovidas por Orban son acusadas de homófobas. En el año 2020, el país introdujo cambios en la Constitución para definir el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, lo que excluye a las parejas homosexuales. En todo caso, este nueva batalla entre Bruselas y Budapest se une a los numerosos expedientes acumulados ante lo que Bruselas considera una deriva autoritaria en el país. Polonia y Hungría son los dos únicos países a los que las instituciones comunitarias han abierto el denominado artículo 7, que puede desembocar en la pérdida del derecho de voto en el Consejo por no “respetar la independencia judicial y la libertad de prensa”. Como se ve, la hipocresía de los zombies es infinita.
Además, el Parlamento Europeo está reclamando al Ejecutivo comunitario que plantee la congelación de los fondos europeos, ya que los líderes europeos acordaron un mecanismo para supeditar el desembolso del maná comunitario al “respeto” al Estado de derecho. El chantaje, el soborno, la amenaza, el matonismo, la chulería, la imposición, la humillación… esos son los valores REALMENTE EXISTENTES EN LA UE.
Esto dice el texto de la ley anti LGTBI de Hungría
Este es el resumen de uno de los puntos que recoge la nueva ley húngara. “La pornografía y los contenidos que representen la sexualidad o promuevan la desviación de la identidad de género, el cambio de sexo o la homosexualidad no deben ser accesibles a menores de 18 años”, dice el segundo punto del texto. En el primer punto, dice el proyecto legislativo T/16365: “En el sistema de protección infantil, el Estado protege el derecho de los niños a la identidad propia según su sexo de nacimiento”.
La ley fue aprobada por 157 diputados de los 158, es decir, solamente un parlamentario se mostró en contra. Las multas vienen estipuladas junto a medidas para combatir la pedofilia y proteger a los menores. La ley, en sí, impone castigos cada vez más duros contra la pedofilia, con penas de cárcel de hasta 20 años para algunos casos clasificados de pornografía infantil.
También se prohíben las charlas sobre la homosexualidad en las escuelas o se incluya en centros, escuelas o talleres contenido audiovisual de temática LGTBI. Tampoco se permiten hacer anuncios que tengan este contenido.
Ante las críticas, desde Hungría no se han acobardado y señalan que “la ley no dice nada de la orientación sexual de los adultos”, asegura Peter Szijjarto, ministro de Asuntos Exteriores de Hungría. Desde el gobierno húngaro acusan a la presidenta de la Comisión Europea de “emitir una opinión política sesgada sin haberse realizado antes una investigación independiente”.
La cadavérica UE rechaza la propuesta de una cumbre entre Putin y los líderes europeos
Los líderes de la Unión Europea han rechazado un llamado por parte de Alemania y Francia para mantener conversaciones formales con el presidente ruso Vladímir Putin. Unos 10 países del bloque se han opuesto a la iniciativa, informa Bloombergcitando fuentes diplomáticas en Bruselas.
Según señala el medio, la negativa de algunos de los miembros del bloque para organizar una reunión con el mandatario de Rusia representa una rara derrota pública para Angela Merkel en lo que podría ser su última cumbre de la Unión Europea como canciller alemana.
La propuesta fue eliminada del comunicado final luego de conversaciones que se prolongaron hasta la madrugada del viernes, cita Bloomberg a dos diplomáticos europeos con conocimiento del asunto. Otro funcionario había dicho anteriormente que algunos países de Europa oriental se oponían tanto al plan que estaban dispuestos a vetarlo.
La propia Merkel ha confirmado que los líderes de la UE no lograron llegar a un acuerdo sobre una posible cumbre con Rusia propuesta por Berlín y París.
“Fue una discusión muy completa y no fácil”, aseveró la canciller alemana a los periodistas. “Definimos nuevamente bajo qué condiciones estamos preparados para trabajar y comunicarnos más estrechamente con Rusia. Hoy no hubo acuerdo sobre una reunión de líderes inmediata”.
Este miércoles, el diario Financial Times, citando fuentes diplomáticas, informó que Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron, quieren que la Unión Europea considere invitar a Putin a su cumbre. El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, confirmó que dicha iniciativa pertenece a Merkel, cuenta con el apoyo de Macron y debe ser discutida por la UE para entender si todos los miembros del bloque acuerdan una reunión con Rusia.