Frente a los “valores” del modernismo y el globalismo, muchos se vuelven hacia el cristianismo y los valores tradicionales como oposición. Dicen ser “conservadores” que vuelven a sus “raíces”.
Pero lo que la mayoría de la gente no entiende es que el cristianismo y los primeros cristianos eran muy similares a los “progresistas” de nuestra época. Eran matones, intolerantes con nuestros valores precristianos tradicionales establecidos desde tiempos inmemoriales. Eran terroristas, que no tenían nada en común contigo y tu herencia, que destruyeron tus templos, profanaron tus lugares sagrados ancestrales, redujeron a cenizas las bibliotecas y sepultaron un mundo construido por tus antepasados durante milenios.
Un grupo de perdedores que no pudieron crear nada por sí mismos y buscaron desmantelar y posteriormente reclamar nuestra preciada herencia.
Refrenar, atacar y golpear a los “pecadores” era justo, si eso significaba convertirlos a Cristo, porque como
dijo St Shenoute: “No hay crimen para aquellos que tienen a Cristo”.
En Europa este culto se adaptó a las costumbres locales de varias formas, pero cambió para siempre nuestra cosmovisión. Muchos de nuestros héroes y deidades se convirtieron en santos, pero muchos de sus terroristas criminales también son santos.
Asimismo, el conocimiento de su gloriosa arquitectura, arte y música fue todo “heredado” (robado, reclamado) de sus predecesores precristianos. Incluso se adoptaron los valores tradicionales precristianos de la familia y la moralidad, aunque con la sustitución de “vergüenza” y “deshonra” por el concepto de “pecado”.
Esta religión híbrida, forjada a través de hechos deshonrosos, alimentada por el anhelo de poder, la codicia y la envidia hacia los considerados superiores, se ha separado naturalmente en varias ramas que son hostiles incluso entre sí.
Y como tal, esta religión inmigrante, se presenta como un bastión contra la destrucción de nuestro patrimonio. ¡Gracioso! Incluso te dirán que es la única tradición religiosa posible para Occidente, porque integró con éxito nuestra herencia precristiana, y debemos verla como nuestra.
Pero esto es falso, pues no integraron nada por compasión o voluntad, sino porque: I) Reclamaron nuestra herencia como propia para compensar lo que les falta; II) No les quedó más remedio que integrar ciertas costumbres a las que nuestros antepasados no renunciarían.
Si eres descendiente de europeos y realmente crees que el cristianismo tiene interés en protegerte, eres ignorante, estás delirando o te han lavado el cerebro. La verdad es que el único interés del cristianismo consiste en salvaguardarse y mantener su posición de poder, empleándolos como meros peones. ¡No se preocupa por su línea de sangre o legado ancestral!
¡Tu herencia es mucho más antigua! Sus raíces son más profundas de lo que puedas imaginar, ya que ha estado aquí desde el “principio” de los tiempos. El hecho de que no esté en una posición de poder político no significa que no pueda estarlo, que no lo esté o que deba ser ignorado.
Debe ser apreciado por encima de todo lo demás, porque es tuyo. Proviene de tu sangre y de tu tierra natal. Es lo único en lo que puede confiar.
Si confías en algo externo, algo que te fue impuesto, y desprecias tu herencia, en lugar de ti mismo y tu herencia, entonces eres un marginado de tu linaje y pierdes cualquier derecho a la herencia o la tierra natal.
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