Irónico y frontal, el historiador y columnista Alfredo Jocelyn-Holt analiza el escenario presidencial. Otrora profesor del presidente Gabriel Boric y del candidato del Frente Amplio Gonzalo Winter en la escuela de Derecho de la Universidad de Chile, Jocelyn-Holt los califica de “activistas” y cuenta entretelones de su relación con el diputado. En cuanto a la candidatura de Evelyn Matthei, dice que es “perfectamente superable”.

-¿Qué te parece la evolución del FA desde que llegó al poder?

-No usaría el término evolución al hablar del Frente Amplio porque denota un avance, cuando lo que caracteriza es la degeneración de instituciones y la política, incluso cuando operan desde dentro de ellas. Y como tal han demostrado, más allá de experiencias previas en las federaciones estudiantiles, calles y Congreso, ineptitud para gobernar desde La Moneda.

-¿Qué significa hoy el frenteamplismo?

-Lo que siempre ha sido: un movimiento contracultural de Nueva Izquierda, conforme a categorías trasnochadas de los años 60 y sus derivados teórico-críticos, con algunos visos anárquicos, a la izquierda del Partido Comunista, aunque en este gobierno aliados en el PC contra del consensualismo “mainstream”, tanto concertacionista como de derechas, propios del período 1989-2010. Con una experiencia de gobierno, pero sin poder alcanzar sus objetivos originales, aun cuando han sacado provecho desde las más altas esferas, satisfaciendo su voluntad desmedida por el poder.

-¿Cuál será su legado?

-Una experiencia fallida en cuanto a objetivos, acompañada de cierta destreza para que no lo defenestren, y mantener inalterable un incombustible 30% de apoyo a su favor. 

-¿Qué recuerdos tienes de Gonzalo Winter como alumno? Renato Garín dice que reprobó 12 ramos.

-Reconozco que le tenía mucha simpatía aunque como alumno fue mediocre. Durante la Toma del 2009, mantuve contacto con él, vino a verme a la casa, interesado en lo que estaba escribiendo de ellos en lo que terminó siendo mi libro La Escuela Tomada.

No he vuelto a verlo. Curiosamente, cuando Gonzalo corrió y salió último para presidente del Centro de Alumnos de Derecho, Renato Garín me escribió, diciendo que habían llorado juntos “como dos magdalenas”, y agregando ya antes: “Hay quienes le critican que no es ‘intelectualmente’ sobresaliente. Se equivocan. Es una persona muy culta y de un mundo envidiable. No hay que subestimarlo…”.

Guardo muchos mails de Garín de aquella época. Sigo escribiendo de esta gente y no puedo dejar de oír para mis adentros los comentarios de Karol Cariola sobre el frenteamplismo. Ella sí que es parejamente auténtica, al menos en sus whatsapps.

-¿Ves similitudes entre Winter y el de Boric?

-Ambos son activistas, se creen iluminados, y pretenden salvar el mundo.

-¿Te ha sorprendido el buen desempeñó inicial que ha tenido Jeannette Jara en las encuestas?

-Para nada. Los otros candidatos oficialistas no tienen el carisma ni los logros de Jara.

-Al parecer no influye el que Jara sea comunista.

-Debiera influir si ella es la que pasa a segunda vuelta. Ahí hablemos de anticomunismo.

-¿Crees que ella representa una renovación en el PC?

-¿Una renovación de un anacronismo sobreviviente alineado con la Venezuela de Maduro y la Corea del Norte de Kim Jong-Un? Eso es el PC chileno. Un partido irresponsable que hoy está dividido y, por lo mismo, errático a más no poder.

-¿Qué implica el quiebre de la alianza histórica entre el PS y PPD?

-El haber formado parte de la misma coalición ni siquiera ha parado el deterioro que comenzó en 2010, sino antes con Bachelet I, Lagos incluso, y luego significó que Piñera llegara a La Moneda. El PS prácticamente vetó un segundo mandato de Lagos dos veces, en 2009 y 2016/17, prefiriendo a Frei y a Guillier. Lo de hoy no sorprende.

-¿Significa un retroceso importante a la influencia política de la izquierda moderada?

-Los principales causantes del deterioro político producido por la falta de moderación han sido la Concertación en sus distintas variaciones y la derecha asociada a la UDI, RN y el empresariado que juega a distintas bandas. Ellos con sus cuoteos, empantanamientos y sesgos han hecho posible la polarización consiguiente.

-¿Cómo se entiende el respaldo que logran José Antonio Kast y Johannes Kaiser?

-Logran apoyos en la medida que el otro polo ultrista de izquierda obtiene ventajas, desde luego llegan a gobernar y se hacen cargo del aparato estatal. Y los sectores de centroizquierda y derecha se muestran concesivos.

-¿Es réplica de un fenómeno mundial?

-Ninguno de los dos son Trump, Bukele o Milei. No logran tener un liderazgo personalista y con estructuras de apoyo equivalente. No todavía.

-¿Qué diferencia ves entre José Antonio Kast y Johannes Kaiser?

-Son bien alemanes los dos, aunque parecida a la diferencia entre un Mercedes Benz y un Volkswagen. Uno, la fomedad sobria por excelencia, el otro con ínfulas de ser un automóvil para el pueblo (Volk). No siendo ninguno de los dos un Porsche porque son populistas a todo dar cuando, y si les va bien, serán gusto de intereses empresariales tarde o temprano, lo que en este país no es suficiente.

-¿Alguno podría pasar a segunda vuelta?

-No hago predicciones de igual manera que no voy al casino, no compro boletos de lotería, ni me atengo a mi horóscopo. De hecho, le atribuyo poca significación a las elecciones de cualquier índole. No me inscribí para votar en el Plebiscito de 1988; objetaba a la dictadura pero sentía serias dudas con su reemplazo, y sigo pensando que acerté, siendo crítico de la “eterna Transición” que vino después. Nunca he creído en las elecciones presidenciales además.

Uno ve triunfos notables como los de 1964 y 1970, en un caso con mayoría absoluta, y el segundo por su impacto que llegara un socialista a gobernar y, sin embargo, ambos resultados espectaculares no dan cuenta de cómo terminaron esos dos gobiernos, el de Frei y Allende, al final de sus días.

-A estas alturas, ¿la candidatura de Evelyn Matthei es imbatible?

-Es perfectamente superable. Ya perdió una vez contra Bachelet, y al igual que Boric puede que gane pero al día siguiente que llegue a Palacio puede también que se venga abajo su inicial “triunfo”. Toda victoria política en Chile es condicional. El electorado convertido en ciudadanía es errático aun cuando previsiblemente desleal. Matthei en todo caso no va a tener un 30% tan sólido como Boric. Puede llega a ser más débil que Piñera.

-¿Eres optimista o pesimista ante al futuro?

-Pesimista toda vez que venimos de una experiencia traumática no superada, de larga data, como fueron los 16 años de dictadura, seguidos de una Transición concertada entre izquierdas y derechas más estancadas de lo que se cree, y esa dupla lamentable de otros 16 años de Bachelet-Piñera, coronado con este gobierno frenteamplista y comunista incompetente y deplorable.

En el fondo, todos los grupos gobiernan, pero más lo que agravan que resuelven. No tan distinto a lo que sucedió entre 1964 y 1989, ese cuarto de siglo que aún no superamos, con la salvedad que ahora suman 50 años más, desde 1973, de trasfondo histórico penoso a cuestas. Supuestos avances económicos que luego se desvanecen no reemplazan la falta de soluciones políticas que lloran a mares y claman remedio.

Por Saruman