Un nuevo e importante estudio ha confirmado que las “vacunas” de ARNm contra la COVID-19 están ahora vinculadas a docenas de efectos secundarios más devastadores que están causando una destrucción catastrófica al sistema nervioso central humano.

El estudio descubrió que las inyecciones de ARNm alteran la barrera hematoencefálica y desencadenan efectos secundarios neurológicos alarmantes, como meningitis, encefalitis, abscesos cerebrales e incluso enfermedades priónicas similares a la enfermedad de las “vacas locas” en los humanos.

El artículo revisado por pares se titula “Vacunación con ARNm contra la COVID-19: implicaciones para el sistema nervioso central”.

El estudio fue realizado por un equipo de destacados investigadores estadounidenses dirigidos porel Dr. James Thorp ,el Dr. Steven Hatfill yel Dr. Peter McCullough .

Los resultados del estudio acaban depublicarse en Zenodo.

Durante el estudio, el equipo analizó datos de seguridad de la base de datos del Sistema de Notificación de Eventos Adversos de Vacunas (VAERS) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. que abarcan desde enero de 1990 hasta noviembre de 2024.

Los investigadores compararon los eventos adversos posteriores a las inyecciones de ARNm de Covid con los posteriores a las vacunas contra la gripe y todas las demás vacunas combinadas.

Los resultados son impactantes.

Los hallazgos fuerondesglosados ​​por el epidemiólogo de la Fundación McCullough, Nicolas Hulscher:

El equipo identificó 63 señales de seguridad graves que involucran el cerebro y la médula espinal.

Cada una de esas señales supera con creces los umbrales de los CDC y la FDA que deberían haber desencadenado una investigación inmediata.

Hallazgos clave: Riesgos catastróficos para el cerebro

  • La meningitis fue 34 veces más probable después de las vacunas contra la COVID que después de las vacunas contra la gripe.

  • La encefalitis autoinmune fue 79 veces más probable.

  • La encefalitis límbica, una inflamación cerebral rara pero grave, fue 146 veces más probable.

  • Las reactivaciones del virus del herpes en el cerebro se dispararon, y una forma de meningitis por herpes zóster apareció 1.260 veces más probable después de la vacuna.

  • Los abscesos cerebrales (bolsas llenas de pus dentro del cerebro) eran 120 veces más probables.

  • La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ), un trastorno priónico mortal a menudo comparado con la “enfermedad de las vacas locas”, mostró un aumento de 847 veces en la asociación.

El mecanismo: la proteína Spike invade el cerebro

El estudio explica cómo las inyecciones desencadenan estos daños:

 • Las nanopartículas lipídicas transportan ARNm a los vasos sanguíneos que alimentan el cerebro.

  • El cuerpo entonces produce una proteína de pico tóxica dentro de estos vasos.

  • Este pico inflama y destruye la barrera hematoencefálica, el escudo que protege al cerebro de las infecciones.

  • Una vez violada, los virus latentes se despiertan, las bacterias siembran abscesos y el sistema inmunológico comienza a fallar contra el tejido cerebral.

  • La propia Spike cruza al cerebro, secuestrando neuronas y células gliales e incluso plegando mal las proteínas en un proceso similar al del prión, inquietantemente similar a los mecanismos detrás de la enfermedad de las vacas locas.

Implicaciones más amplias

Este estudio no sólo confirma el daño cerebral.

Como señala Hulscher, esto también ayuda a explicar por qué otrasinvestigaciones han descubierto que las inyecciones están relacionadas con 86 trastornos neuropsiquiátricos graves, entre ellos demencia, psicosis, esquizofrenia e ideación suicida u homicida.

Los autores advierten que la vacunación con ARNm ha introducido una nueva patología de plegamiento incorrecto de proteínas y formación anormal de coágulos, observada en los coágulos blancos fibrosos descubiertos en las autopsias de individuos vacunados.

Conclusión: Un llamado urgente a la acción

La evidencia ahora es abrumadora: las inyecciones de ARNm de COVID están infligiendo una destrucción neurológica sin precedentes en toda la población.

Los hallazgos rompen con la narrativa oficial de “seguro y eficaz” y plantean preguntas urgentes sobre durante cuánto tiempo las agencias de salud pública supieron de estas señales pero no actuaron.

Esta investigación confirma lo que los críticos han argumentado durante mucho tiempo: la proteína de pico no solo es tóxica sino similar a un prión, y su presencia en el cerebro representa una preocupación de seguridad profunda e inmediata.

 

Por Saruman