Un nuevo estudio importante ha confirmado que las “vacunas” de ARNm contra la Covid mantuvieron elevaciones de citocinas, lo que provocó una insuficiencia orgánica mortal a largo plazo.
Un aumento en los niveles de citocinas en el cuerpo es unsello distintivo de varias respuestas inflamatorias e inmunes.
Las elevaciones de citocinas pueden ser provocadas por infecciones, enfermedades autoinmunes y otras afecciones y a menudo están asociadas con la gravedad de la enfermedad.
Una liberación descontrolada de citocinas, conocida como “tormenta de citocinas”, desencadena daños en los órganos y otras complicaciones, como se señala en una revisión publicada en la revista Inflammation.
Ahora, un nuevo estudio de un año de duración realizado por destacados investigadores de Arabia Saudita advierte que los niveles de citocinas aumentan en las personas que recibieron inyecciones de ARNm.
Es alarmante que las elevaciones de citoquinas se mantengan a largo plazo.
El estudio fue realizado porel Dr. Amani Alghamdi , quien dirigió un equipo de investigadores delDepartamento de Bioquímica de la Facultad de Ciencias de la Universidad Rey Saud en Riad, Arabia Saudita.
Los resultados del estudio fueronpublicados en la revista Immunity, Inflammation and Disease.
El estudio longitudinal de un año de duración investigó las alteraciones del sistema inmunológico tras la “vacunación” con ARNm de la COVID-19 en una cohorte joven saudí.
El estudio planteó la hipótesis de que las inyecciones de ARNm provocan cambios sostenidos en los niveles de citocinas circulantes, lo que podría reflejar una activación prolongada del sistema inmunológico.
La cohorte estuvo formada por 84 participantes saudíes sanos (edad media de 27,2 años).
Se los monitoreó durante un período de 13 a 14 meses desde el inicio (antes de la “vacunación”) hasta la dosis final de la “vacuna” de ARNm de Pfizer.
Los sujetos recibieron tres dosis, sin antecedentes de enfermedad crónica.
Se recopilaron datos longitudinales sobre citocinas, quimiocinas, factores de crecimiento, datos antropométricos y presión arterial.
Los perfiles de citocinas se evaluaron utilizando ensayos Luminex de alta sensibilidad para 18 biomarcadores.
El estudio encontró que los participantes experimentaron aumentos estadísticamente significativos en el peso, el IMC y múltiples citocinas proinflamatorias después de la “vacunación”.
Estos problemas persistieron durante más de un año después de la dosis.
Al final del período de estudio, los participantes no mostraron señales de volver a su estado inicial.
Los marcadores elevados incluyeron IFNγ, IL-1β, IL-4, IL-6, IL-7, IL-17E, MCP1, MCP3, TNFα, VEGFA y FGF2.
La única disminución significativa se observó en el factor estimulante de colonias de macrófagos (MCSF).
El análisis ajustado por edad confirmó una elevación sostenida de IL-4, IL-6, MCP3, TNFα y VEGFA.
Los investigadores descubrieron que los machos exhibieron aumentos significativamente mayores en los niveles de citoquinas, lo que sugiere una mayor reactividad proinflamatoria en comparación con las hembras.
Observan que tal elevación persistente puede deberse a la expresión continua de la proteína de pico impulsada por el complejo nanopartícula lipídica-ARNm.
Este estudio plantea preguntas importantes sobre la impronta inmunológica a largo plazo de las “vacunas” de ARNm en adultos jóvenes sanos.
Los investigadores advierten que la magnitud y la persistencia de las citocinas proinflamatorias, en particular aquellas implicadas en la autoinmunidad y la inflamación cardiovascular, justifican una investigación más profunda.
Los hallazgos respaldan la necesidad de realizar estudios de biodistribución y eliminación de proteínas de pico, particularmente en hombres más jóvenes y adultos mayores, que mostraron respuestas de citocinas desproporcionadas.
Esto ocurre a medida que se intensifica el escrutinio científico sobre los daños de las “vacunas” de ARNm.
Como informó anteriormente Slay News , Japón acaba de emitir una escalofriante alerta roja a las naciones de todo el mundo después de que los principales científicos del país confirmaran en un nuevo e importante estudio revisado por pares que el exceso de muertes está aumentando entre la población vacunada contra el Covid mucho después de la campaña de vacunación masiva.
Desde que las “vacunas” de ARNm contra la COVID-19 se lanzaron al público a principios de 2021, las tasas de exceso de mortalidad a nivel mundial se han disparado a niveles sin precedentes.
Sin embargo, estas muertes no están relacionadas con el COVID-19.
Las tasas de mortalidad por todas las causas (insuficiencia cardíaca, cáncer, accidentes cerebrovasculares, muerte súbita infantil) se han disparado.
Un nuevo estudio revisado por pares acaba de conmocionar a la comunidad científica al confirmar que el exceso de muertes sigue aumentando mucho después de que terminara la pandemia.
El estudio concluye que el exceso de mortalidad en realidad estuvo por debajo de las expectativas en 2020, el primer año de la pandemia.
Sin embargo, los investigadores descubrieron que el exceso de mortalidad aumentó cuando se implementaron contramedidas masivas.
De manera alarmante, el estudio confirmó que un total de 219.516 personas murieron en diciembre de 2023 después de recibir una “vacuna” contra la COVID.
Los investigadores atribuyen un aumento pronunciado del riesgo relativo (RR) después del lanzamiento inicial de la “vacuna” en Japón a los efectos adversos relacionados con la inyección de ARNm.
Observan que las muertes por enfermedades crónicas, particularmente entre las poblaciones más jóvenes, han aumentado drásticamente entre los vacunados.
Este estudio histórico confirma que la mortalidad inicialmente baja por COVID-19 en Japón se revirtió en un patrón sostenido de exceso de muerte entre los “vacunados”.