En la imagen de portada Rafael Grossi, director del OIEA

Ampliamente conocido como la organización mundial “Átomos para la paz y el desarrollo” dentro de la familia de las Naciones Unidas, el OIEA es el centro internacional para la cooperación en el campo nuclear. La Agencia trabaja con sus Estados miembros y múltiples socios en todo el mundo para promover el uso seguro, protegido y pacífico de las tecnologías nucleares.

Pero en estas frases que describen la “misión” de la Agencia Internacional de Energía Atómica, solo hay la avalancha habitual de la hipocresía de todas las agencias de la ONU que en realidad están controladas por los EE. UU., Occidente y la OTAN.

La enésima confirmación de su evidente sesgo proviene de la muy delicada cuestión del bombardeo de la mayor central nuclear de Ucrania y Europa: la de Zaporizhia (o Zaporozhye en transliteración del ruso).

Solo los idiotas periodistas de la corriente principal de Italia pueden seguir creyendo que el Ejército Ruso, comprometido en la Operación Militar para proteger el Donbass después de 8 años de sangrienta guerra civil, puede creer que fue el propio Kremlin el que bombardeó la planta ocupada por soldados de la Federación Rusa.

En los sitios internacionales se oscurece en parte el asunto precisamente para no tener que reconocer que el Ejército del régimen pronazi de Kiev, apoyado por la OTAN no sólo con el suministro de potentes armas sino también gracias al acuerdo de alianzas con islámicos terroristas del ISIS ya utilizados por Turquía en Siria y Libia con el beneplácito de la Alianza Atlántica, se convirtió en protagonista de los bombardeos con la esperanza de obtener un acuerdo para volver a tener la central nuclear, sobre la que se instalaría un gran suministro de electricidad para toda la nación depende.

Pues bien, el diplomático argentino Rafael Grossi, director general de la OIEA, ha hecho público un informe en el que no se menciona lo más mínimo a los autores del atentado contra la planta de Zaporizhia.

¿Es seguro asumir que fueron los fantasmas? Parece no haber límite para la vergonzosa narrativa occidental sobre la guerra en Ucrania, ingeniosamente creada para aumentar el mercado internacional del Lobby de las Armas y favorecer el Gran Reinicio en Europa deseado por Klaus Schwab y el Rey Carlos III del Reino Unido.

Aquí está el artículo publicado por TASS, la agencia de prensa rusa, que parece ser un ejemplo de comunicación mediática verdadera, libre y democrática.

Fabio Giuseppe Carlo Carisio
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