La guerra entre Hamás e Israel amenaza con extender el conflicto a todo el mundo árabe, reavivando en occidente el temor a una guerra de alcance mundial.

Hemos visto manifestaciones en todo el mundo en apoyo al pueblo palestino e, incluso, se han producido amenazas de bomba en Francia y atentados en Bruselas. También hay inquietud en la clase política a que se encienda la llama que perturbe nuestra tranquilidad y bienestar.

El pasado octubre, sin ir más lejos, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán dijo que existía una posibilidad real de una “acción preventiva” contra su archienemigo Israel.

El miedo, pues, está más que justificado y, para colmo, algunos “conspiracionistas” se han empeñado en convencernos de que todo estaba planeado. Y hay motivos para inquietarse: De un lado, se ha rescatado de la hemeroteca una portada de la revista The Economist, de hace once años, en la que aparecen representados Hamás y el primer ministro de Israel enfrentándose en parapente (recordemos que así entraron en territorio Israelí los terroristas de Hamás) en un ambiente infernal, lleno de “pecados capitales”. Haz zoom porque la imagen no tiene desperdicio.

Por otro lado, han crecido de forma exponencial las búsquedas en Internet de la inquietante carta que redactó –presuntamente- el general de brigada Albert Pike, el remoto 15 de agosto de 1871. En esta misiva, esbozaba gráficamente los planes para lograr el Orden Mundial Único en base a “tres guerras mundiales”. De acuerdo a estos escritos, Albert Pike, que a la sazón era Comandante y Soberano masón del Rito Escocés, (en toda conspiración deben estar los masones o los Illimunati) escribe a su amigo y colega masón, Giuseppe Mazzini, ilustre político italiano, la necesidad de un primer conflicto para derrocar a los zares de Rusia; Una segunda guerra -recordemos que estamos en 1871- para acabar con el nazismo; y, finalmente, de una tercera guerra que -cito textualmente- “debe fomentarse aprovechando las diferencias causadas entre los sionistas políticos y los líderes del mundo islámico”. Y termina diciendo que “la guerra debe ser llevada a cabo de tal manera que el islam y el sionismo político se destruyan”.

Esto aviva las sospechas de que el actual conflicto árabe-israelí estaría planificado. Acrecienta más esta sensación que el ataque de Hamás no fue detectado por los servicios de inteligencia israelíes y la tardanza en actuar en el atentado del 7 de octubre, como si hubiera sido un ataque de falsa bandera.

¿Qué de cierto hay en este plan Illuminati? ¿Existe realmente esta reveladora e inquietante carta? ¿Está todo planificado?

Se dice que durante un breve período temporal, la carta estuvo expuesta en la Biblioteca del Museo Británico de Londres de donde fue copiada por un ex oficial de inteligencia de la Marina Real Canadiense llamado William Guy Carr.

Guy Carr es autor de Pawns in the Game (1958) donde cita cita a Pike palabra por palabra. En el libro se asegura que el plan de Pike era “tan simple como eficaz”. Exigió que el comunismo, el nazismo, el sionismo político y otros movimientos internacionales se organizaran y utilizaran para fomentar las tres guerras globales y las tres grandes revoluciones.

En 2010, un escritor especializado en los Illuminati, Terry Melanson, decidió tirar del hilo y llegar hasta el final de esta supuesta “carta de Pike”. Y lo entrecomillamos porque averiguó que NO EXISTÍA. En realidad, William Guy Carr no era la fuente original, ni pudo ver la carta en la Biblioteca del Museo Británico, porque sencillamente nunca estuvo catalogada. Averiguó que Guy Carr extrajo las referencias de un libro de 1925 titulado Los misterios de la masonería desvelada, firmado por el Cardenal Caro Rodríguez, de Chile.

En la página 115 de este incunable se dice textualmente: “… otro indicio de la participación de la Masonería en la Revolución y la actual agitación en Rusia es una carta en Le diable au XIXème siècle (1896), atribuida a Albert Pike, ‘Soberano Pontífice de la Masonería Universal’, asistido por diez Ancianos del Gran Logia del Supremo Oriente de Charleston al muy ilustre Joseph Mazzini, de fecha 15 de agosto de 1871.” Es en este libro donde se dice que, no la carta de Pike, sino el libro de El diabro en el siglo XIX está catalogado en el Museo Británico de Londres.

En Los misterios de la masonería desvelada, el Cardenal Rodríguez cita la carta atribuida a Pike en los siguientes términos: “Es un plan para destruir el catolicismo, expulsar al Papa de Italia y obligarlo a buscar refugio en Rusia; y luego, cuando el imperio autocrático se haya convertido en la ciudadela del cristianismo papal, ‘nosotros’, desataremos a los nihilistas y ateos, y provocaremos un formidable cataclismo social que en todo su horror mostrará claramente a las naciones el efecto del ateísmo absoluto, origen del salvajismo y de la más sangrienta agitación. Entonces, en todas partes, los ciudadanos, obligados a defenderse contra la minoría mundial de revolucionarios, exterminarán a esos destructores de la civilización, y a la multitud, desilusionada del cristianismo, cuyos espíritus deístas estarán desde ese momento sin brújula, ansiosas de un ideal, pero sin sabiendo dónde rendir su adoración, recibirá la verdadera luz a través de la manifestación universal de la doctrina pura de Lucifer finalmente expuesta a la vista del público, manifestación que resultará del movimiento reaccionario general que seguirá a la destrucción del cristianismo y del ateísmo, ambos conquistados y exterminados al mismo tiempo”.

William Guy Carr con su libro de 1958

Parece que no hay alusión a “Guerras Mundiales” y que buena parte del antisemitismo que trasluce el resto del texto del cardenal chileno, proviene de los Protocolos de los Sabios de Sión,un monumental fraude de Matvei Vasilievich Golovinski, escritor, periodista y, para el propósito que nos ocupa, agente de los servicios secretos rusos, que se unió a un grupo ultraconservador y fuertemente antisemita, la Hermandad Sagrada hasta su muerte en 1920.

Como vemos, este tremendo “teléfono escacharrado” tiene su origen en El diablo en el siglo XIX , del Dr. Bataille. Terry Melanson desvela en un revelador artículo el “plan de los jefes secretos” que figura en el Tomo 2, Capítulo XXXV, páginas 594-606 del citado libro:

“A principios de agosto de 1871, el “estudiado pontífice luciferino” Albert Pike recibió una importante carta de Mazzini. El líder de acción política de la Masonería Universal invitó al líder dogmático supremo de la secta a elaborar un plan claro con miras a la destrucción del catolicismo romano. La unidad de Italia, afirmó, nunca fue considerada un objetivo, sino más bien un medio”.

En las horas solemnes, dice, Albert Pike reúne a sus diez consejeros, miembros del Serenísimo Gran Colegio de Masones Eméritos, y somete a su consideración la conspiración planteada por Giuseppe Mazzini -“inspirada por el mismísimo Satanás”- para destruir gobiernos y debilitar a las religiones.

Te ahorraré las fantasías difamatorias y el anticatolicismo militante de Léo Taxil (la persona real que se esconde bajo el pseudónimo del Dr. Bataille) que siguen a continuación, porque -como yo- te imagino ya decepcionado de no haber encontrado ninguna predicción sobre tres guerras mundiales, ni alusiones al comunismo, el nazismo y los Illuminati sionistas. Cabe decir que Taxil abrazó la causa anticlerical, dedicándose a escribir publicaciones, o más bien libelos, contra la Iglesia y que, cuando los masones no le dejaron formar parte de sus filas, cambió de bando. En 1885, anunció su conversión al catolicismo y, en la misma línea del papa Papa León XIII, empezó a relacionar la masoneria con Satanás y “desenmascaró” a Albert Pike como Sumo Sacerdote satánico. Solo era sed de venganza.

El resto es de la cosecha de Guy Carr varias décadas después de que se inventara toda esta carta que ahora se ha visto potenciada por los medios generalistas (con pocos escrúpulos y cero espíritu periodístico) para estimular el miedo en medio de un conflicto en el que están muriendo personas y tiene, de verdad, la posibilidad de que estalle un conflicto a mayor escala.

No hay ningún mérito en la “profecía” pues, la “versión de las tres guerras”, atribuida falsamente a Pike, lleva circulando desde 1958 y, en ese año ya se habían producido dos guerras mundiales y ya se había creado el Estado de Israel. Otra cosa es la “casualidad” de The Economist que ya nos tiene acostumbrados a acertar con sus portadas…

Fuente: La Razón

 

 

 

 

 

By Saruman