Defendiendo la verdad en medio de la opresión global

El 7 de noviembre de 2024, tuve el honor de dirigirme al evento “Digamos no a la gobernanza global universal”. Como médico y orgulloso canadiense, he pasado años desafiando las mentiras y la corrupción que permean nuestros sistemas médicos y políticos. Hoy, me gustaría compartir mi trayectoria, las batallas que enfrentamos y la visión que tengo de un Canadá libre y justo.

Vivimos en una era de guerra de quinta generación, en la que las herramientas de opresión han pasado de ser armas a ser manipulación. El despliegue de propaganda, operaciones psicológicas y crisis fabricadas se ha convertido en el modus operandi de la clase parásita global, que busca centralizar el poder en organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), las Naciones Unidas y el Foro Económico Mundial.

Desde la coerción que se esconde tras las llamadas “vacunas” hasta la normalización de la tiranía a través del proyecto de ley C-293, estas fuerzas pretenden despojarnos de nuestra soberanía. Pero vemos a través de sus mentiras. Ellos lo llaman gobernanza sanitaria; nosotros lo llamamos tiranía médica.

Luchando contra la corrupción

Exponiendo la clase de parásitos
Mi viaje comenzó con el descubrimiento de los peligros de las inyecciones experimentales contra el COVID-19. No son “vacunas”, sino experimentos genéticos no probados. A pesar de su daño sin precedentes, cualquiera que las cuestionara, como yo y muchos colegas valientes, se enfrentaba a una persecución implacable. Los burócratas de los organismos reguladores como el Colegio de Médicos y Cirujanos de Ontario han sacrificado sus almas por el poder, y han atacado a los médicos que se atreven a proteger a sus pacientes.

Pero la verdad es que ellos son los perdedores de esta batalla. Sus decisiones fraudulentas y sus abusos de poder no se mantendrán. La justicia prevalecerá y sus fechorías quedarán expuestas.

Restaurando la salud y la justicia

En el Consejo Mundial de Salud hemos creado una red mundial para contrarrestar estos ataques a la humanidad. Nuestro enfoque descentralizado empodera a los consejos locales y garantiza que las decisiones las tomen las personas y para ellas. En Canadá, hemos establecido prioridades: educar a los ciudadanos, reconocer a los profesionales éticos y crear sistemas de salud alternativos.

La justicia es fundamental. Sin rendición de cuentas, no puede haber amor ni seguridad en la sociedad. Estamos luchando no sólo para sobrevivir, sino para restaurar la integridad, la salud y la libertad para las generaciones futuras.

Un camino hacia adelante

Para ganar esta guerra, debemos resistir la división, abandonar los esquemas de control global y adoptar soluciones descentralizadas. Es hora de rechazar las mentiras de las instituciones corruptas del viejo mundo y fomentar comunidades auténticas basadas en la confianza y la verdad.

Amigos, manténganse fuertes. Conéctense con sus valores, su comunidad y su fe. Juntos, recuperaremos nuestra soberanía y garantizaremos un futuro mejor para todos.

Hagámoslo: por Canadá, por la humanidad y por la justicia.

By Saruman