Porel grupo de investigación GreenMedInfo

Pequeñas partículas de plástico se están infiltrando en nuestros cuerpos a un ritmo alarmante, y nuevas investigaciones han descubierto su presencia en el cerebro humano, en los órganos reproductivos e incluso en el torrente sanguíneo.

Resumen rápido:

  • Se han detectado microplásticos en los bulbos olfativos humanos, lo que sugiere una vía directa al cerebro
  • La presencia de microplásticos en testículos humanos y caninos genera preocupación por sus efectos en la fertilidad masculina
  • Las personas con microplásticos en la placa arterial enfrentan un riesgo 4,5 veces mayor de sufrir un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular o la muerte
  • Soluciones simples como hervir el agua pueden reducir la exposición a los microplásticos, pero se necesitan cambios sistémicos urgentemente

En los últimos años, la naturaleza omnipresente de la contaminación plástica se ha hecho cada vez más evidente, ya que  se han encontrado microplásticos  en los rincones más remotos de nuestro planeta. Sin embargo, nuevas investigaciones están revelando una realidad aún más inquietante: estas diminutas partículas de plástico no solo están en nuestro medio ambiente, sino que se han infiltrado en nuestros cuerpos de formas nunca antes imaginadas. Desde nuestros cerebros hasta nuestros órganos reproductivos e incluso nuestro torrente sanguíneo, los microplásticos están apareciendo en los tejidos humanos con una frecuencia alarmante y con posibles consecuencias para la salud.

Microplásticos en el cerebro humano

Un estudio pionero publicado en  JAMA Network Open  ha proporcionado la primera evidencia de microplásticos en el bulbo olfatorio humano, la parte del cerebro responsable del procesamiento del olfato. Este descubrimiento plantea serias preocupaciones sobre los posibles  efectos neurotóxicos  de estas partículas y los mecanismos por los cuales podrían llegar a los tejidos cerebrales.

Los investigadores analizaron los tejidos del bulbo olfatorio de 15 personas fallecidas que habían residido en São Paulo, Brasil, durante más de cinco años. Mediante espectroscopia infrarroja avanzada por transformada de Fourier, detectaron microplásticos en los bulbos olfatorios de 8 de las 15 personas. Se identificaron un total de 16 partículas y fibras de polímeros sintéticos, siendo el polipropileno el polímero detectado con mayor frecuencia.

El tamaño de las partículas de microplásticos varió entre 5,5 μm y 26,4 μm, y la longitud media de las fibras fue de 21,4 μm. Estas dimensiones sugieren que las partículas son lo suficientemente pequeñas como para atravesar la barrera hematoencefálica o llegar al cerebro a través de la vía olfativa.

El Dr. Luís Fernando Amato-Lourenço, autor principal del estudio, destacó la importancia de estos hallazgos: “Esta serie de casos proporciona evidencia de la presencia de MP en el bulbo olfatorio humano, lo que sugiere una posible vía para la translocación de MP al cerebro. Los hallazgos subrayan la necesidad de realizar más investigaciones sobre las implicaciones para la salud de la exposición a MP, en particular en lo que respecta a la neurotoxicidad y la posibilidad de que los MP eludan la barrera hematoencefálica”.

Microplásticos en los órganos reproductivos

Otro estudio alarmante, publicado en la revista  Toxicological Sciences , ha revelado la presencia de microplásticos en testículos tanto humanos como caninos. Este descubrimiento plantea importantes preocupaciones sobre el posible impacto de estas partículas en la fertilidad masculina y la salud reproductiva.

El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Nuevo México, analizó 47 testículos caninos y 23 humanos en busca de la presencia de 12 tipos de microplásticos. Mediante el uso de cromatografía de gases por pirólisis/espectrometría de masas de alta sensibilidad, los investigadores encontraron microplásticos en todas las muestras analizadas.

Tanto los humanos como los caninos mostraron proporciones relativamente similares de los principales tipos de polímeros, siendo el polietileno (PE) el más dominante. Los niveles totales medios de microplásticos fueron 122,63 μg/g en perros y 328,44 μg/g en humanos.

Los investigadores también estudiaron las posibles asociaciones entre el recuento de espermatozoides y el peso de los testículos y el epidídimo en perros. Encontraron una correlación negativa entre polímeros específicos, como el cloruro de polivinilo (PVC) y el tereftalato de polietileno (PET), y el peso normalizado de los testículos. Esto sugiere que la exposición a estos tipos de microplásticos puede tener un efecto adverso en el desarrollo y la función testicular.

El Dr. Xiaozhong Yu, uno de los autores del estudio, comentó sobre las implicaciones de sus hallazgos: “Nuestro estudio es el primero en cuantificar y caracterizar los microplásticos en los testículos humanos, y los resultados sugieren que los microplásticos pueden tener un impacto negativo en la fertilidad masculina . Se necesita más investigación para determinar el alcance total del impacto de los microplásticos en la fertilidad masculina y la salud general”.

Microplásticos y riesgo cardiovascular

Quizás el descubrimiento reciente más alarmante proviene de un estudio publicado en el  New England Journal of Medicine , que encontró una fuerte asociación entre la presencia de microplásticos en  la placa arterial  y un mayor riesgo de eventos cardiovasculares.

El estudio, realizado por investigadores italianos, involucró a 257 pacientes que se sometieron a una cirugía para eliminar la placa acumulada en las arterias carótidas. Mediante sofisticadas técnicas de análisis químico y microscopía electrónica de alta resolución, los científicos analizaron las muestras de placa extirpada para detectar la presencia de microplásticos y nanoplásticos (MNP).

Los resultados fueron sorprendentes: el 58,4% de los pacientes tenían cantidades mensurables de polietileno en su placa arterial, con una concentración media de 21,7 microgramos por miligramo de tejido de placa. Además, el 12,1% de los pacientes también tenían niveles detectables de cloruro de polivinilo.

Pero el hallazgo más preocupante se produjo al seguir los resultados de salud de los pacientes durante un promedio de casi 3 años después de la cirugía. Los investigadores descubrieron que aquellos pacientes con MNP detectados en su placa extirpada tenían un asombroso riesgo 4,53 veces mayor de sufrir un evento cardiovascular adverso importante, definido como un  ataque cardíaco ,  un accidente cerebrovascular o muerte por cualquier causa, en comparación con los pacientes sin MNP detectables en su placa.

El Dr. Philip Landrigan, que escribió un editorial que acompaña al artículo, enfatizó la urgencia de abordar este problema: “La inacción ya no es una opción… Necesitamos alentar a nuestros pacientes a reducir el uso de plásticos, especialmente los artículos de un solo uso innecesarios”.

Posibles soluciones y estrategias de mitigación

Si bien la evidencia acumulada pinta un panorama sombrío sobre la omnipresencia y los posibles impactos de los microplásticos en la salud, los investigadores y expertos en salud también están explorando posibles soluciones y estrategias de mitigación.

1. Purificación del agua

Un estudio reciente publicado en  Environmental Science & Technology Letters  ha revelado un método sorprendentemente sencillo para reducir la exposición a los microplásticos a través del agua potable. La investigación, realizada por un equipo dirigido por el profesor Eddy Y. Zeng de la Universidad de Jinan, descubrió que simplemente hervir el agua del grifo puede eliminar hasta el 90% de los nano y microplásticos.

Los investigadores descubrieron que el calentamiento hace que los minerales del agua dura se unan a los nanoplásticos y microplásticos (NMP), encapsulándolos en precipitados de carbonato de calcio que forman cal. Estas partículas cargadas de plástico se pueden filtrar fácilmente a través de métodos cotidianos como verter el agua hervida a través de un colador o fregar la tetera.

2. Carbón activado

Las investigaciones preliminares indican que el carbón activado puede adsorber y eliminar micro y nanoplásticos del cuerpo. Algunas empresas están produciendo versiones ozonizadas con mayor cantidad de microporos, lo que podría aumentar su capacidad para unirse a estos plásticos y neutralizarlos.

3. Opciones de productos sin plástico

Optar por productos que no contribuyan a la contaminación por microplásticos, como los tés de hojas sueltas en lugar de variedades en bolsas, puede ayudar a reducir la exposición individual y el impacto ambiental.

4. Sudar para desintoxicarse

Algunos investigadores sugieren que la sudoración inducida por la sauna o el ejercicio puede mejorar la desintoxicación corporal de microplásticos, aunque se necesita más investigación para confirmar esta hipótesis.

La necesidad de un cambio sistémico

Si bien las acciones individuales pueden ayudar a mitigar la exposición personal a los microplásticos, la magnitud del problema exige cambios sistémicos. El Dr. Landrigan sostiene que abordar los daños de la contaminación por plástico debe ser una parte clave de la transición urgente hacia el abandono de los productos derivados del petróleo.

Medidas políticas como la prohibición de los plásticos de un solo uso, la mejora de los sistemas de gestión de residuos y la inversión en alternativas biodegradables son pasos cruciales para reducir la carga general de microplásticos en nuestro medio ambiente y, por extensión, en nuestros cuerpos.

Conclusión

Los recientes descubrimientos de microplásticos en cerebros humanos, órganos reproductivos y placa arterial ofrecen un panorama inquietante sobre el grado en que estas partículas sintéticas se han infiltrado en nuestros cuerpos. Las posibles consecuencias para la salud, desde neurotoxicidad hasta menor fertilidad y mayor riesgo cardiovascular, son profundamente preocupantes y exigen la atención urgente de la comunidad científica, los responsables de las políticas y el público.

Si bien medidas sencillas como hervir el agua y elegir productos sin plástico pueden ayudar a reducir la exposición individual, la ubicuidad de los microplásticos en nuestro entorno exige cambios radicales en la forma en que producimos, usamos y desechamos los materiales plásticos. A medida que seguimos descubriendo el alcance total de la contaminación por microplásticos en los tejidos humanos, queda claro que esta invasión invisible representa uno de los desafíos de salud pública más urgentes de nuestro tiempo.

El camino a seguir requerirá una combinación de más investigación, soluciones innovadoras y acción colectiva para frenar la ola de contaminación por plástico y proteger la salud humana de las generaciones futuras. Como individuos, debemos permanecer atentos a nuestro uso y exposición al plástico, al tiempo que abogamos por cambios sistémicos más amplios para abordar esta crisis global.

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By Saruman