El Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) confirmó el martirio de su secretario general, Seyed Hasan Nasralá, en un brutal ataque del ejército israelí.
Algunas fuentes del régimen sionista señalaron que el bombardeo que tuvo lugar el viernes por la noche contra el suburbio sur de Beirut involucró entre 8 y 12 cazas simultáneamente, empleando bombas anti-búnker estadounidenses.
¿Quién es Seyed Hasan Nasralá?
Nasralá fue un destacado clérigo y líder religioso de El Líbano que, como secretario general del movimiento Hezbolá, lideró 32 años la resistencia ante las agresiones y crímenes del régimen sionista usurpador y defendió al pueblo oprimido de Palestina.
Nasralá, astuto estratega, ardiente orador, era idolatrado por sus seguidores chiíes libaneses y respetado por millones de personas en todo el mundo árabe e islámico. De hecho, Nasralá ostenta el título honorífico de ‘seyed’, que significa que el linaje del clérigo chií se remonta al profeta del Islam, Mohamad (P).
Formación académica
Seyed Hasan Nasralá nació el 31 de agosto de 1960 en el pueblo de Al-Bazuriya, en el sur de El Líbano. En su adolescencia, en 1976, se trasladó a Nayaf (Irak), donde comenzó sus estudios religiosos. En 1978, regresó a El Líbano y continuó su formación académica en la escuela Imam Al-Muntazar, fundada por el mártir Seyed Abás Musavi, al mismo tiempo que se involucraba en actividades políticas dentro del movimiento Amal en la región de la Bekaa (oeste).
Secretario general de Hezbolá
En 1992, tras el martirio de Seyed Abás Musavi, quien era entonces el secretario general de Hezbolá, Nasralá fue designado como el nuevo secretario general del movimiento por consenso del consejo de liderazgo de Hezbolá.
El asesinato de Seyed Abás Musavi, junto con su familia, impactó profundamente al pueblo libanés y, en particular, a los combatientes de Hezbolá. Tras este suceso, la lucha de Hezbolá adoptó una nueva dinámica y el apoyo popular hacia el movimiento creció considerablemente en El Líbano.
Durante este período, Israel llevó a cabo las operaciones “Ajuste de Cuentas” en 1993 y “Uvas de la Ira” en 1996, las cuales fueron enfrentadas con una férrea resistencia por parte de Hezbolá, que contaba con recursos militares limitados.
El martirio de su hijo
En septiembre de 1997, dos combatientes de Hezbolá murieron en un ataque contra una posición del ejército israelí en Yabal al-Rafi, en el sur de El Líbano, y sus cuerpos fueron capturados por las fuerzas israelíes. La televisión israelí, sin conocer sus identidades, mostró imágenes ensangrentadas de los combatientes. Rápidamente, se supo que uno de ellos era Seyed Hadi, hijo de Nasralá. La noticia se extendió como un reguero de pólvora en El Líbano, provocando una gran conmoción.
En la historia de El Líbano, tanto durante la guerra civil como en la resistencia contra la invasión israelí, nunca se había visto que el hijo de un líder político o de un movimiento armado cayera en combate.
Este suceso generó una ola de sentimientos de respeto y admiración hacia Seyed Hasan Nasralá en todas las comunidades religiosas de El Líbano. Los líderes políticos del país acudieron uno tras otro a visitarlo, expresando sus condolencias y alabando su integridad como líder de Hezbolá.
La victoria frente al régimen sionista
Nasralá nunca perdió una guerra contra Israel. Mantuvo a raya al régimen sionista en 1993 y 1996. En el año 2000, cuando las negociaciones entre Yaser Arafat y los responsables estadounidenses e israelíes para resolver el conflicto de Asia Occidental no llegaron a buen término, el ejército del régimen sionista se retiró unilateralmente de los territorios ocupados en el sur de El Líbano, sin obtener ninguna concesión de Hezbolá, excepto en la zona de las Granjas de Shebaa.
Esta humillante derrota no solo fortaleció la posición de Hezbolá en la resistencia, sino que catapultó a Seyed Hasan Nasralá a una popularidad sin precedentes en el mundo árabe, siendo reconocido como una de las figuras más importantes del ámbito árabe.
En 2006, Hezbolá al mando de Nasralá infligió una humillante derrota al régimen sionista. Esta guerra de 33 días también le dio la estatura de líder popular que eclipsó a todos los presidentes y reyes árabes. Desde hace mucho tiempo, ningún dirigente árabe había sido tan adorado por las masas, desde Marruecos hasta Irak, pasando por la región del Levante Mediterráneo y del Golfo.
Además, Hezbolá, respaldado por este éxito, consolidó su presencia en la arena política de El Líbano, logrando no solo una amplia representación en el parlamento, sino también el control de varios ministerios clave.
Cuando estalló la guerra en Siria en 2011, los combatientes de Hezbolá desempeñaron un papel decisivo al inclinar la balanza de poder a favor del Ejército sirio en su lucha contra los grupos terroristas.
Un día después de que comenzara la guerra de Israel contra la Franja de Gaza, el 7 de octubre, Hezbolá comenzó a atacar puestos militares israelíes a lo largo de la frontera norte de la Palestina ocupada, en apoyo al pueblo de Gaza.
En discursos pronunciados a lo largo del conflicto, Nasralá ha afirmado que los ataques transfronterizos de Hezbolá habían alejado a las fuerzas israelíes que, de otro modo, estarían centradas en Gaza, y ha insistido en que Hezbolá no detendría sus ataques contra Israel hasta que se alcanzara un alto el fuego en Gaza.
El ejemplo de la Intifada palestina
Los éxitos consecutivos de Hezbolá en los ámbitos político y militar también influyeron en el pueblo palestino. Los jóvenes palestinos, que durante años habían puesto sus esperanzas en las negociaciones de paz, comprendieron que la resolución de su conflicto no se lograría a través del diálogo con el régimen ocupante. Así, nació la Segunda Intifada de Al-Aqsa, un levantamiento que dio un nuevo impulso al Movimiento de la Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) y que, tras su victoria en las elecciones palestinas, inauguró una nueva etapa en la lucha.
En un mensaje, Seyed Hasan Nasralá expresó: “De ahora en adelante, ustedes querían una guerra total, pues aquí está su guerra total. Su gobierno quería cambiar las reglas del juego, pues las reglas cambian. Ustedes no saben con quién están luchando. Están en guerra con los descendientes de [el Profeta] Mohamad (la paz sea con él), Ali, Hasan y Husein (la paz sea con ellos), y con los Ahlul Bayt (P) y sus compañeros. Ustedes están en guerra con un pueblo que tiene una fe más allá de la de cualquier otro ser humano en este mundo. Han desafiado a un pueblo que se enorgullece de su historia y su cultura, y que posee poder material, recursos, habilidades, sabiduría, calma, determinación, firmeza y coraje. Con la esperanza y la ayuda de Dios, los días venideros serán testigos entre nosotros y ustedes”.
Biden se cree Dios.Biden calificó el asesinato de Nasrullah por parte de Israel como “una medida de justicia” en represalia por los asesinatos de “estadounidenses, israelíes y ciudadanos libaneses.” También dijo que Estados Unidos apoyaba el derecho de Israel “a defenderse de Hezbolá, Hamás, los hutíes y otros grupos terroristas respaldados por Irán.”
El presidente iraní, Masud Pezeshkian, señaló que la orden de asesinar al líder del movimiento chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, fue dada desde Estados Unidos, Washington no podrá eludir su responsabilidad por ello. “El mundo no debe olvidar que la orden se dio desde Estados Unidos. Los estadounidenses nunca podrán eludir su responsabilidad“, declaró el presidente, según la televisión estatal de la república islámica.
Lavrov calificó anteriormente el ataque de Israel contra Líbano de asesinato político e inhumano desde el podio de la ONU, señalando que Moscú cree que Washington estaba al menos al tanto de los preparativos del ataque.
Es muy probable que el próximo líder de Hezbolá sea Hashem Safi ad-Din
De ser así, Israel enfrentará tiempos difíciles. Esta es una persona decidida y severa. Supervisó muchas áreas del trabajo de Hezbollah.
Según medios israelíes, citando fuentes militares, indican que el clérigo chií y alto funcionario del consejo ejecutivo de Hezbolá, Hashem Safieddine, ha tomado el mando de la organización, el cual ya está planeando ataques contra ciudades importantes en Israel como represalia de los ataques llevados a cabo por Tel Aviv contra la cúpula militar y política de Hezbolá.
EL COLAPSO FINAL DE LA ONU
Pepe Escobar
Un criminal de guerra irredimible y genocida psicópata, que viola decenas de resoluciones de la ONU y enfrenta una orden de arresto por parte de la – abiertamente dudosa – CIJ, va a la Asamblea General de la ONU en Nueva York y ordena, DESDE DENTRO DEL EDIFICIO, otro crimen de guerra: arrasar una cuadra entera en el sur de Beirut con bombas revientabúnkeres estadounidenses.
Mientras se dirigía a la Asamblea General de la ONU, más de la mitad de los delegados abandonaron el lugar en masa. La sala estaba de hecho casi vacía de diplomáticos reales. Al resto de la audiencia se le presentó otra exhibición de “mapas” infantiles, de coeficiente intelectual reducido, que mostraban a los “bendecidos” – Arabia Saudita, Sudán, Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos – y a los “malditos” – Irak, Irán, Siria, Líbano, Yemen.
Un intruso rabioso y de baja estofa de origen polaco, un completo impostor, que juzga civilizaciones antiguas ni siquiera se puede considerar una estupidez de primera.
Mientras reflexionaba sobre ello hasta bien entrada la noche en un lluvioso San Petersburgo, y comparándolo con lo que reflexionaban otros analistas, la conclusión es inevitable: es hora de sacar a la ONU del territorio israelí/estadounidense y establecer una sede en una nación que realmente respete el derecho humanitario internacional.
Esto significa que es hora de que la Mayoría Global políticamente emergente establezca su propia organización mundial, una verdadera organización unida.
Dejemos que los racistas se pudran dentro de sus propios muros.
El nuevo atolladero de Israel: una invasión terrestre del Líbano
Mohamad Hasan Sweidan
El ejército de ocupación ha sido expulsado dos veces del Líbano por Hezbolá. Dos décadas más tarde, se prepara para una nueva invasión terrestre de su vecino del norte, esta vez contra un adversario mucho más sofisticado.
El 26 de septiembre, el ejército israelí anunció la conclusión de un ejercicio de brigada que simulaba una operación terrestre en Líbano, a varios kilómetros de la frontera común. En los dos últimos días, varios oficiales militares israelíes, entre ellos el Jefe del Estado Mayor, Herzi Halevy, y el Comandante del Norte, Uri Gordin, han hablado de la preparación del ejército de ocupación para ejecutar operaciones terrestres en Líbano.
Pero, ¿cómo puede Tel Aviv concebir de forma realista el lanzamiento de tropas terrestres a un país que no una, sino dos veces, ha conseguido expulsar a las fuerzas de ocupación, para entablar combate contra un adversario -el grupo de resistencia libanés Hezbolá- que está mucho mejor armado y organizado que en años pasados?
Características de la estrategia israelí hasta ahora
Desde el inicio de su reciente escalada con Líbano, Israel parece estar ejecutando su guerra en cinco vías simultáneas. En primer lugar, pretende golpear el sistema de mando y control de Hezbolá, principalmente mediante asesinatos selectivos contra los principales líderes militares de la resistencia, siendo el objetivo más reciente el comandante de la unidad de aviones no tripulados Abu Saleh Sorour.
En segundo lugar, atacar directamente las capacidades militares de Hezbolá basándose en un banco de objetivos establecido por Tel Aviv: el lunes pasado, los israelíes anunciaron que habían atacado con éxito 1.600 objetivos militares de la resistencia, incluidos depósitos de armas, almacenes de misiles y plataformas de lanzamiento. En particular, en la guerra de julio de 2006 afirmaron haber realizado el mismo tipo de ataques con éxito, lo que resultó ser extremadamente inexacto.
En tercer lugar, Israel pretende ejercer presión interna libanesa sobre Hezbolá perjudicando a sus electores, partidarios e incluso detractores. Tel Aviv ha intensificado sus sangrientos ataques contra poblaciones y zonas civiles en las últimas dos semanas, matando a más de 728 civiles, hiriendo a miles y desplazando a casi 390.000 personas, según datos oficiales del gobierno libanés.
En cuarto lugar, un intento de influir en el amplio entorno general libanés para que se vuelva contra la resistencia mediante campañas sistemáticas en los medios de comunicación, en cooperación con medios y personalidades libaneses que repiten como loros las narrativas intimidatorias de Israel con el fin de domesticar y frenar las acciones de Hezbolá. La quinta y última vía, hasta el momento, es la creciente amenaza y preparación de una invasión terrestre israelí del Líbano -aunque limitada- con el objetivo de confirmar la superioridad israelí sobre el terreno mediante el control de zonas libanesas, incluso durante breves periodos.
¿Reacciones de Hezbolá?
Naturalmente, la resistencia pretende frustrar las estrategias de Israel mediante una serie de pasos interconectados. Después de cada asesinato, Hezbolá confirma que su sistema de mando y control no se ve afectado y, a continuación, lanza una escalada controlada para confirmar su preparación frente a los golpes del enemigo. Esto quedó patente el 24 de septiembre, cuando Hezbolá lanzó un ataque con más de 300 misiles al día siguiente de la campaña aérea israelí, esencialmente para confirmar que sus capacidades misilísticas estaban bloqueadas y cargadas, listas para actuar.
Como en anteriores enfrentamientos israelíes con Hezbolá, la base de apoyo de esta última sigue siendo en gran medida coherente y partidaria de los planes de escalada de la resistencia. Separar a Hezbolá de su entorno de incubación es una estrategia israelí que ha fracasado repetidamente, sobre todo porque las bases de la resistencia proceden de esta misma sociedad.
Por último, el objetivo de Israel de poner a la opinión pública libanesa en contra de la resistencia no ha avanzado, hasta la fecha. Más bien, las agresiones israelíes han aumentado la cohesión nacional, sobre todo después del ataque terrorista con buscapersonas del Estado de ocupación , salvo en algunos casos limitados.
La quinta vía: invasión terrestre del Líbano
En los últimos días, los debates sobre la posibilidad de una incursión terrestre israelí en Líbano han aumentado notablemente. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se ha jactado de que las operaciones militares contra Líbano continuarán “a pleno rendimiento para garantizar que Hezbolá quede “significativamente debilitada”, y ha rechazado los llamamientos internacionales a un alto el fuego inmediato.
El jefe del Estado Mayor del ejército también ha dado instrucciones a las fuerzas israelíes para que se preparen para un posible ataque terrestre con el fin de establecer una zona de seguridad israelí en el sur del Líbano. Desde el punto de vista operativo, el ejército de ocupación se está preparando para esta posibilidad realizando ejercicios de entrenamiento y convocando a dos brigadas de reserva para el frente norte.
Según fuentes occidentales e israelíes, existen varios escenarios para una posible invasión terrestre israelí del Líbano, y cada escenario ofrece objetivos estratégicos y riesgos diferentes:
En primer lugar, una acción terrestre limitada dentro del territorio libanés con el objetivo de atacar objetivos específicos de Hezbolá cerca de la frontera, como puntos de lanzamiento de misiles, o despejar una zona para impedir que la resistencia lleve a cabo ataques contra Israel. Se trataría de una acción a corto plazo utilizada para presionar a la parte en las negociaciones de alto el fuego. En este momento, si Tel Aviv elige la opción de la acción terrestre, éste será el escenario más probable.
En segundo lugar, una incursión terrestre limitada para empujar a las fuerzas de la resistencia a retirarse de la frontera, concretamente para reducir el alcance de los misiles guiados antitanque que posee Hezbolá. Los mandos militares israelíes han indicado que esta opción serviría para crear una «zona de seguridad» que se extendería entre 8 y 10 kilómetros dentro del territorio libanés. En particular, este escenario aumenta la probabilidad de combates prolongados y mayores pérdidas humanas y militares israelíes.
En tercer lugar, una invasión terrestre completa del Líbano -el escenario más extremo- con el objetivo de destruir las capacidades de Hezbolá. Actualmente, este escenario sigue siendo altamente improbable debido a su perfil de riesgo extremadamente alto – y dado que el objetivo a corto plazo de Tel Aviv no es destruir a Hezbolá sino más bien alterar los retos de seguridad en su frontera con Líbano.
¿Atacar dónde?
Se espera que un ataque terrestre israelí -limitado o expansivo- se centre en zonas geográficas concretas del Líbano, principalmente el sur, donde Tel Aviv quiere su zona de seguridad libre de Hezbolá, o la región de Bekaa que flanquea la frontera con Siria. Israel prevé un escenario similar al statu quo del sur del Líbano en la década de 1990, en la que mantuvo una zona de seguridad para limitar el acceso de Hezbolá a la frontera, antes de ser purgado por comandos de la resistencia en 2000.
Por el contrario, una acción terrestre israelí limitada en la Bekaa consistiría en impactar y estrechar las rutas de suministro logístico y de armas de Hezbolá desde Siria, ya sea cortando las rutas terrestres entre Líbano y Siria o cortando las líneas de suministro entre la Bekaa y el sur. La base para ello será la continuación de los ataques aéreos israelíes en la Bekaa, dirigidos contra los cuatro principales pasos fronterizos con Siria: Al-Arrayedh, Mutariba, Saleh y Qabsh.
La mayoría de los analistas occidentales no son optimistas respecto a que el ejército israelí logre ejecutar operaciones terrestres en Líbano, dadas las capacidades mejoradas y sofisticadas de Hezbolá para hacer frente a una acción de este tipo. En un artículo del Washington Post, el escritor Max Boot dice que esta descabellada opción «sería otro atolladero para Israel». Desde la perspectiva de Tel Aviv, el mejor escenario posible sería que su campaña aérea lograra detener el frente de apoyo libanés a Gaza y permitiera a los colonos israelíes desplazados regresar a sus hogares en el norte de Israel.
Pero al no ser probable una resolución inminente de su conflicto con Líbano -dada la negativa de Netanyahu a considerar un alto el fuego en el norte, y mucho menos en Gaza- aumenta la posibilidad de una acción terrestre israelí en Líbano, a pesar de los extraordinarios riesgos para el ejército de ocupación. Por su reciente historial de batallas con la resistencia libanesa, en las que Israel ha perdido la cara, Tel Aviv sabe bien que su superioridad aérea sólo es igualada por la ventaja terrestre de Hezbolá.
Víctimas del terrorismo israelí: más personas se unirían a la Resistencia
Hiba Morad
La campaña terrorista israelí no puede disuadir a decenas de miles de jóvenes altamente motivados de apoyar la resistencia con convicción hasta su último aliento, dijo una víctima de los atentados con buscapersonas en Beirut, la capital libanesa, al sitio web Press TV.
Desde su cama en el Centro Médico de la Universidad Americana de Beirut (AUBMC, por sus siglas en englés), Ali comentó que el reciente asesinato del alto comandante del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), Ibrahim Aqil, y sus camaradas inspirará a cientos, si no miles, a unirse al movimiento de Resistencia libanesa.
Con un tono tranquilo y los ojos y manos vendados, Ali subrayó que el régimen de Tel Aviv no comprende que, al asesinar a los combatientes y líderes de la Resistencia, el frente se vuelve más fuerte y decidido.
“Israel asesinó a altos dirigentes de Hezbolá como Hach Aqil y Hach Mohsen, pero todos somos Hach Aqil y Hach Mohsen, y no abandonaremos este camino. Mis amigos y yo volveremos más fuertes, aunque solo nos queden uno o dos dedos”, afirmó con una amplia sonrisa en el rostro.
El 17 de septiembre, más de 3000 personas, en su mayoría civiles, resultaron heridas en El Líbano y Siria tras una serie de explosiones provocadas por un ataque selectivo israelí a la red de telecomunicaciones del país, que hizo estallar los buscapersonas.
Los atentados indiscriminados con buscapersonas, que se registraron primero en los suburbios del sur de Beirut, fueron seguidos por la detonación de walkie-talkies, que también causaron cientos de víctimas.
El método y el modus operandi utilizados en ambos ataques perpetrados el martes y el miércoles fueron los mismos, considerados por expertos militares como actos de terrorismo en plena luz del día.
Apenas tres días después, el 20 de septiembre, un ataque aéreo israelí con bombas pesadas golpeó el corazón de los suburbios del sur de Beirut, destruyendo dos edificios residenciales.
El ataque terrorista dejó más de 45 muertos y al menos 68 heridos, aunque el saldo no es definitivo. Entre los asesinados en la agresión aérea israelí del F-35 se encontraban el comandante Aqil (alias Hajch Abdul Qader) y otros altos mandos y miembros.
Hezbolá prometió tomar represalias y cumplió con su palabra con una andanada de ataques con misiles contra la base aérea Ramat David y el aeropuerto militar al sureste de la ciudad ocupada de Haifa, así como el complejo militar-industrial Rafael cerca de Haifa a primera hora del domingo.
Aqil fue enterrado en Dahiya, en Beirut, el domingo por la tarde, horas después de la operación militar de Hezbolá, que fue sólo una parte de la represalia.
“Nos levantaremos de nuevo”
La madre de Ali, cuyo hijo perdió cuatro dedos de cada mano, habló con el sitio web Press TV, recordando los acontecimientos de la sangrienta tarde del 17 de septiembre, cuando tuvo lugar la carnicería.
“Mi hijo estaba sentado en su oficina cuando el buscapersonas le explotó en la cara mientras revisaba el mensaje que había recibido. Apenas podía ver debido a la sangre que cubría sus ojos y su rostro”, relató.
“Se acercó a la puerta, solo para darse cuenta de que tenía las manos ensangrentadas y los dedos arrancados. Usando su codo, abrió la puerta y bajó las escaleras, donde algunas personas lo ayudaron y lo trasladaron a un hospital”, explicó.
Indicó que Ali fue llevado inicialmente al Hospital Al-Raoul al-Azam, pero estaba abrumado por las víctimas, no quedaba espacio ni siquiera en el departamento de emergencias porque el número de heridos era demasiado alto.
Su amigo le informó que una ambulancia lo trasladaría al Hospital Universitario Americano porque Ali había comenzado a perder el conocimiento debido al sangrado excesivo de heridas profundas.
“Corrí al hospital. Tan pronto como llegué, vi a un joven con los ojos cerrados en una ambulancia fuera de la sala de emergencias. Salté, empujé a un lado al hombre sentado a su lado y le dije: ‘Voy con mi hijo al hospital’”.
Sin embargo, el hombre le dijo que era su hermano el que estaba en la ambulancia.
“Estaba en estado de shock total. Todos esos jóvenes heridos parecían iguales, con las caras y las manos envueltas en vendas. Mi hijo tiene un tatuaje en la pierna, y esa era la única forma en que podía confirmar si era él. Revisé la pierna por encima del tobillo, pero no había tatuaje”, recordó.
La madre de Ali, angustiada, finalmente lo encontró horas después en el Centro Médico Americano.
“Cuando lo vi, estaba muy animado. La calma y la sonrisa en su rostro ensangrentado nos tranquilizaron”, aseveró al sitio web Press TV mientras luchaba por contener las lágrimas.
Durante la cirugía, bajo anestesia parcial, Ali escuchó atentamente el discurso del líder de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá, que se produjo después de los atentados terroristas israelíes.
Más tarde, preguntó a sus amigos sobre el estado de otras personas que habían resultado heridas y bromeó sobre cuántos dedos habían perdido, diciendo que todavía podían luchar contra Israel con un solo dedo.
Al día siguiente, un representante de la asociación de heridos visitó a Ali. Su madre recuerda que Ali le dijo con una sonrisa cordial: “Será mejor que me dejes volver a trabajar en cuanto salga del hospital; no tengo tiempo que perder”.
También pidió enviar un mensaje al líder de Hezbolá, diciendo: “Dile a Seyed Hasan que no se preocupe. Somos resistentes, lo apoyamos y no nos vamos a ir a ninguna parte. Estamos aquí para quedarnos”.
Los vestíbulos y las cafeterías del hospital se habían convertido en lugares de reunión para los padres, hermanos y hermanas de los heridos, donde se reunían y se tranquilizaban emocionalmente.
“Se puede sentir la energía positiva en estos lugares”, anotó. “Hablamos de que nuestros hijos volverán a trabajar pronto, a pesar de sus heridas, y de que nada quebrantará su voluntad ni la nuestra”, remarcó la madre de Ali.
“Sí, es doloroso ver sufrir a mi hijo y a otros jóvenes, pero confiamos en que las cosas se normalicen, aunque con algunos cambios”.
El Ministerio de Salud de El Líbano ha avisado que el número de mártires por las agresiones electrónicas de Israel ha subido a 37 y hay unos 3000 heridos.
El ministro de Salud de El Líbano, Firas al-Abiad, detalló que la mayoría de las lesiones fueron en la cara, los ojos, las manos o el abdomen.
Médicos en una carrera contra el tiempo
Los médicos y paramédicos de los hospitales de todo El Líbano han estado trabajando sin descanso para tratar a las víctimas de las explosiones de buscapersonas y walkie-talkies causadas por el régimen de Tel Aviv.
En declaraciones al sitio web Press TV, describieron con gran detalle las horribles lesiones, que incluyen daños en los ojos, amputaciones y heridas graves causadas por el ataque.
Una médica de Beirut, hablando de forma anónima, apuntó que nunca había visto lesiones así en sus 20 años de carrera.
“Las lesiones más devastadoras fueron en los ojos, donde se extrajeron grandes fragmentos de metralla. El setenta por ciento de las víctimas perdieron un ojo y el veinte por ciento ambos”, dijo al sitio web de Press TV.
La doctora Marwa Ajdar, que trabaja en la Universidad Sheij Raqeb Harb en el sur de El Líbano, agregó que muchas lesiones incluían quemaduras, laceraciones y erosiones en la cabeza, el cuerpo y las extremidades.
La dermatóloga estética y quirúrgica que operó a varias víctimas heridas declaró que un gran número de pacientes tenían daño directo en los ojos, lo que les hizo perder la visión en uno o ambos ojos, y daños en las extremidades que llevaron a la exposición de tendones y huesos, incluso a la amputación.
Subrayó que la magnitud del daño dependía de la proximidad y la posición del buscapersonas o el walkie-talkie.
La Dra. Ajdar también describió cómo los equipos médicos se dividieron en grupos para manejar la gran afluencia de pacientes. Algunos médicos estabilizaron a los pacientes, otros realizaron cirugías y otros realizaron exploraciones radiológicas y otras pruebas médicas para evaluar las lesiones internas.
“Intentamos con todas nuestras fuerzas ocultar nuestras lágrimas y tristeza. Nos sentíamos asfixiados”, manifestó.
“Todos los médicos tenían sentimientos encontrados de tristeza, dolor, frustración, ira e indignación, pero aun así estábamos decididos a seguir adelante porque teníamos que hacerlo. Los pacientes heridos estaban de muy buen humor y eso era increíble”.
Recordó que una de las víctimas, un chico de 14 años con un pie dañado y pérdida de audición en un oído, incluso bromeó con el personal médico sobre cómo había dormido durante la explosión.
“Estaba bromeando diciendo que estaba profundamente dormido cuando se produjo la explosión en la habitación, sin embargo, se despertó con las voces de llanto y gritos de su madre y su hermana que se dirigían al hospital”, detalló.
Entre los muertos había una niña de 9 años, un niño de 10 años y el hijo de un legislador afiliado a Hezbolá, según informó anteriormente el sitio web Press TV.
La historia de Israel de atacar a civiles, incluidos mujeres y niños, en El Líbano y Palestina sigue desafiando el derecho internacional y la ética bélica básica, según los expertos.