(Nota del traductor: El presente artículo de la académica irlandesa Angela Nagle es una reseña publicada recientemente sobre un importante, aunque olvidado, estudio de la historia de las ideas: Communism and Nationalism (Comunismo y nacionalismo). Karl Marx Versus Friedrich List, del historiador Roman Szporluk. El ensayo de Szporluk, publicado en 1988, contrasta las ideas de los pensadores alemanes Karl Marx (1818-1883) y el teórico del nacionalismo económico, Friedrich List (1789-1846). Junto con poner en relieve un debate económico que ha vuelto a cobrar vigencia ante el socavamiento de la hegemonía neoliberal, también refleja algunas de las preocupaciones de la misma Nagle, cuyos estudios sobre el fenómeno de la “alt-right” estadounidense, así como su postura crítica de la inmigración masiva han generado revuelo en el mundo progresista anglosajón).
Escrito antes de la caída de la Unión Soviética, el libro de Roman Szporluk sobre el contexto histórico de la batalla de ideas entre Friedrich List y Karl Marx sigue siendo hoy un análisis esclarecedor. Con el ascenso de China y la batalla entre el nacionalismo y la globalización resurgiendo en Occidente, es un análisis histórico que se ha vuelto actual de formas extrañas.
Comienza con dos citas:
Los trabajadores no tienen patria – Karl Marx, 1848
Entre el individuo y la humanidad se encuentra la nación – Friedrich List, 1841
La “crítica de List” [1] de Marx fue escrita en 1845, unos años después de la publicación de El sistema nacional de economía política de Friedrich List, pero no se difundió hasta que se publicó en una revista de la Unión Soviética en 1971. Sin embargo, es significativa porque es la teoría más explícita de Marx sobre el nacionalismo y la respuesta directa a List, que a menudo sólo está implícita o aludida en otros escritos.
El objetivo de List había sido utilizar el desarrollo económico de la industria, la infraestructura y los aranceles para fortalecer la economía nacional de modo que pudiera rivalizar con el dominio inglés en el momento en que las economías menos desarrolladas eran inundadas con productos ingleses. List creía que Adam Smith y la escuela cosmopolita inglesa estaban usando ideas de libre comercio para “patearles la escalera” a las naciones en desarrollo. Szporluk escribe:
List consideraba el libre comercio como un encubrimiento de las relaciones desiguales entre las naciones, al igual que Marx pensaba que la libertad política era un encubrimiento ideológico de la opresión de clase. El tema más urgente y significativo de la agenda política de Marx fue el llamado a una revolución del proletariado contra la burguesía. ¿Qué podía hacer cuando List irrumpió con su absurda afirmación de que la tarea más importante para los alemanes era unirse contra Inglaterra para que su nación pudiera igualar y superar a su rival económica, cultural y políticamente?
En su crítica, Marx descartó a List como reaccionario al querer desarrollar una teoría que abordara las necesidades de las naciones menos desarrolladas. Consideraba que el proletariado era “universal, supranacional y cosmopolita” y veía a List como un representante de la burguesía alemana. No había nada en la crítica de List, dice Szporluk, sobre el potencial progresivo del desarrollo industrial de un país “todavía mayormente dominado por el feudalismo”, aunque moderó ligeramente esta posición más tarde, manteniendo la crítica fundamental a List.
Pero como sostiene Szporluk, donde sea que los proyectos nominalmente marxistas han podido resistir a sus enemigos y rivales, generalmente ha sido como consecuencia de la adopción de las ideas o estrategias recomendadas por List: una alianza táctica con la burguesía nacional en la etapa inicial de desarrollo industrial y el uso deliberado del proteccionismo contra el libre comercio, y el desarrollo alimentado por el Estado para abordar el problema del desarrollo desigual con el fin de alcanzar rápidamente y tratar de superar las capacidades productivas de las naciones del sistema económico rival. Marx dijo una vez:
En términos generales, el sistema de protección en estos días es conservador, mientras que el sistema de libre comercio funciona de manera destructiva. Rompe las viejas nacionalidades y lleva al extremo el antagonismo del proletariado y la burguesía. En una palabra, el sistema de libre comercio acelera la revolución social. Tan solo en el sentido revolucionario, señores, estoy a favor del libre comercio.
En la década de 1880, el ministro de Finanzas ruso, [Sergei Yulyevich] Witte, se convirtió en listiano, pero mientras List creía que la industrialización plantaba las semillas de la libertad, Witte quería mantener intacta la autocracia. Cuando las ideas de List comenzaron a extenderse, los rusos educados ya estaban familiarizados con las ideas de Marx, por lo que se podría decir que tenían una ventaja. “Lenin tradujo List al lenguaje de Marx”, escribió Szporluk, pero los soviéticos “no trascendieron la dialéctica listiana de un mundo de naciones”. Explícitamente en Stalin, pero más sutilmente en Lenin y en el mundo en vías de desarrollo, “el marxismo-leninismo fue reformateado como una doctrina de liberación nacional”.
El mayor logro interno del régimen soviético fue la industrialización, no un nuevo orden social y político. El marxismo ganó en Rusia, al parecer, pero lo hizo solo al convertirse en un nacionalismo… El nuevo nacionalismo fue una amalgama de tres componentes bastante diversos: el marxismo, el listianismo y una tradición política autóctona rusa que reconocía (…) la superioridad del Estado.
La República Democrática Alemana honró a List, incluso agregando que la crítica de Marx había sido “unilateral” porque la visión de desarrollo de List era para ellos progresista. La economía política nacional, ya sea expresada como la formulara List o en formas nominalmente marxistas, fue en última instancia un rechazo, dice Szporluk, de la “inevitabilidad histórica del marxismo clásico”.
El mismo List valoraba la libertad y la apertura científica al mundo. Las etapas listianas de la historia han perdurado hoy como categorizaciones de subdesarrollo, en vías de desarrollo y desarrollado, y su crítica de las naciones imperiales y dominantes que abogan por el libre comercio sin jamás practicar lo que predican ha sido retomada por pensadores chinos, japoneses e indios, entre otros.
Szporluk concluye el libro diciendo que, si bien la clase trabajadora nunca estuvo a la altura de la visión de Marx, los científicos de hoy satisfacen todos sus requisitos para una clase “histórico-mundial” verdaderamente internacional. Es gracioso leer eso hoy, cuando estamos en medio de una rivalidad de dos grandes potencias mundiales que se desarrolla a través de un choque de científicos con diferentes lealtades, o al menos contextos, nacionales. En Estados Unidos, los científicos chinos son acusados de robar investigaciones y contrabandearlas de regreso a China, la discusión sobre la teoría del coronavirus como creación de un laboratorio chino está completamente dominada por una cuestión de rivalidad económica nacional más amplia y, lo que es más importante, después de años de Estados Unidos predicar el libre comercio en todo el mundo, el éxito listiano de China y otras naciones en desarrollo han obligado al mismo gobierno estadounidense a volver explícitamente a un mayor nacionalismo económico. Ambas naciones desarrollaron su poder geopolítico a partir del incipiente desarrollo nacional industrial proteccionista, aunque en diferentes etapas. La dialéctica listiana de un mundo de naciones sigue con nosotros.
Notas
[1] Esta obra, un borrador de un artículo crítico de las ideas de List, fue descubierta en forma póstuma entre los manuscritos de Marx que permanecieron durante mucho tiempo en manos de los nietos de su hija mayor, Jenny Longuet. Marx y Engels habían reaccionado críticamente al libro de List (publicado en 1841) ya en febrero de 1844 en la publicación Deutsch-Französische Jahrbücher. Más tarde, llegaron a la conclusión de que debería publicarse una crítica a gran escala de sus puntos de vista pues tipifican las actitudes de la burguesía alemana: su lucha por una completa libertad de acción para explotar a los trabajadores alemanes sin perjuicio de los privilegios de la nobleza y su apoyo al sistema político feudal-monárquico que buscaba obligar al gobierno a proteger los intereses burgueses frente a la competencia extranjera. En una carta a Marx el 19 de noviembre de 1844, Engels mencionó que tenía la intención de escribir un folleto sobre List, y en otra carta, el 17 de marzo de 1845, aprobó en gran medida los planes del propio Marx de publicar un análisis crítico de las opiniones de List. No obstante, Marx nunca publicó su artículo. Los borradores existentes abundan tachaduras, correcciones e inserciones, y están incompletos.