Elisa Loncón propone modificar el quorum de dos terceras partes en la Convención Constituyente con el propósito de favorecer el voto de la izquierda e incorporar con facilidad las ideas socialistas a la nueva constitución.
Una mujer indígena de origen mapuche presidirá la Convención Constituyente de Chile durante nueve meses. Se trata de Elisa Loncón. Con ella, la lengua nativa mapudungún se tomará los micrófonos para encender los debates con las ideas de inclusión, feminismo e igualdad que promueve junto a su confesa postura izquierdista desde donde apunta a cambiar los acuerdos previos para redactar la nueva Carta Magna.
Si bien los dos pilares que sostienen el proceso son la plena autonomía del órgano redactor y el quórum de dos terceras partes para decidir las normas del texto, Loncón ya anunció que evaluará “la pertinencia” de la mayoría calificada que garantiza la estabilidad para el futuro. Ella discrepa. Lo ventiló en una entrevista con el canal CNN Chile.
El candidato presidencial José Antonio Kast alertó en su cuenta de Twitter sobre la violación constitucional que significaría concretar esta propuesta y adelantó que si llega a imponerse ejercerá acciones legales ante el Tribunal Constitucional para pedir la destitución de Loncón.
La Presidenta de la Convención, @ElisaLoncon , debería leer la Constitución antes de opinar. El quorum de 2/3 no se puede modificar y si ella lo intenta, pediremos su destitución al Tribunal Constitucional pic.twitter.com/2SucxB8BMG
— José Antonio Kast Rist 👍🇨🇱 (@joseantoniokast) July 6, 2021
Sus intenciones resultaron insospechables cuando ataviada con su vestido küpam –tradicional de su etnia– su rebozo, chamal y su faja trarüwe tomó posesión del cargo. Ahora, la constituyente que también usa jeans, tacones, chaqueta y tiene su propia página web señala que «el reglamento se tiene que establecer y dar apertura a sectores postergados” porque insiste en que “los dos tercios limitan la participación del pueblo y organizaciones sociales y una democracia no se sostiene con esos dos tercios, a no ser que tengamos una visión muy dictatorial donde esto se mandata y el resto cumple».
Lo dice sin acalorarse. Sabe que existe un atajo para lograr su cometido: un plebiscito a través de las municipalidades. El otro camino es que la Convención le solicite al Congreso cambiar la regla de las dos terceras partes.
Una señal directa
La escogencia de Loncón –que sumó 96 votos a favor– es todo un “símbolo”, considera la doctora en ciencia política e investigadora en el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Milet Paz, en entrevista con PanAm Post porque representa una “señal muy potente de representatividad de una etnia y de consolidación de un espacio de un pueblo marginado”.
Pero a su juicio, Loncón “no plantea nada nuevo. Ella rescata un sentir de un porcentaje de los constituyentes y de la oposición para dar cuenta de una realidad más diversa y una proyección distinta y liderazgo”.
Para Milet Paz se trata de un “proceso de tránsito” y subraya que el problema es que “el escenario constituyente quedó fracturado desde la elección y no será fácil ante la tensión permanente”.
Su proyección se basa en que “existe una percepción agudizada de que no será fácil avanzar al proceso constituyente porque ya hubo hasta dificultades para decidir quién presidía la ceremonia inaugural”. Insiste en la necesidad de «facilitadores» que acompañen las jornadas, considerando que 40 % de los constituyentes no cuentan con estudios universitarios. Sólo así habrá «un escenario de mejor convivencia».
Y no se equivoca. Por segunda vez consecutiva, las sesiones han sido suspendidas por “falta de condiciones técnicas”, según Loncón y su directiva, evidenciando la “confrontación y pugna entre el Ejecutivo y la Convención”.
De raíz socialista
En el discurso de Loncón abunda además la promesa la “plurinacionalidad” en la nueva Constitución. Eso implica el reconocimiento de las 10 naciones preexistentes al Estado chileno, compuesto por pluralidad de naciones con derechos como el territorio, autonomía, autodeterminación, lenguas, culturas e historias.
Ella es partidaria de que “el Estado comparta el poder de decisión con todos los pueblos originarios”. Eso explica que sea una de las 34 constituyentes que declararon seis garantías democráticas para la convención: “El poder constituyente originario es un poder plenamente autónomo”, señalaba la carta de comienzos de junio.
Se siente parte –admite– de la emergencia del movimiento indígena en Latinoamérica, “que tiene importantes sustentos teóricos”, y en especial de la generación que instaló la educación multicultural bilingüe en México luego de la revolución zapatista.
Así se justifica que enarbole la misma promesa del expresidente de Bolivia, Evo Morales y del candidato izquierdista a la Presidencia de Perú, Pedro Castillo, quienes la felicitaron en sus redes sociales, donde vociferan su sueño de una “América plurinacional incompatible con el capitalismo e imperialismo”. No queda duda de sus intenciones de plasmar en la nueva constitución chilena un camino guiado por el indigenismo y el comunismo que promueven Morales y Castillo, dos fichas en la región del Foro de Sao Paulo.
Con visiones opuestas
En términos lingüísticos, Loncón apunta a un modelo como el de las comunidades autónomas de España. En términos territoriales, mira hacia Canadá.
Esta profesora de inglés que tiene en su abultado currículo un magíster en Lingüística de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, un doctorado en Humanidades de la Universidad de Leiden, Holanda; así como un doctorado en Literatura de la Pontificia Universidad Católica de Chile y que cursó postítulos en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya (Holanda) y en la Universidad de Regina (Canadá), tiene también sus rituales y no los oculta.
Todos los 1 de noviembre eleva un altar de los muertos. Cree que “a Chile le falta asumir un pensamiento íntegro de la relación de la vida y la muerte, que responde justamente a una mirada indígena”.
Sus padres –confiesa– la enseñaron a contestar que si la llamaban despectivamente “india” respondiera que ese país estaba en otro continente y que a ellos les debe su interés por la izquierda porque aunque no ha militado formalmente en ningún partido político se ubica en esta acera desde donde propone “refundar a Chile” con esta ideología que solo ha sido exitosa multiplicando a los pobres en la región.