El presidente argentino, Javier Milei, ha dicho que comprará nuevos submarinos para el país, que quedó sin capacidad operativa desde la tragedia del ARA San Juan en 2017, y probablemente optará por submarinos franceses o alemanes. A pesar de este plan de rearme, es poco probable que Milei intente arrebatarle las Islas Malvinas a los británicos.
Argentina buscará recuperar, al menos en parte, su disminuida capacidad submarina con la compra de nuevas unidades, según confirmó el presidente en una entrevista. Consultado por el canal La Nación+, Milei dijo que “las compras de submarinos que vamos a ir haciendo” están dentro de la lista de acciones que impulsa su administración para mejorar las capacidades de las Fuerzas Armadas argentinas. Esto incluye también la compra de aviones de combate F-16, la adquisición de buques y tanques y la apertura de una base naval de Estados Unidos en Ushuaia, en el extremo sur del país.
El anuncio presidencial volvió a poner en el centro de atención a la Fuerza de Submarinos de la Armada Argentina, un cuerpo creado en 1956 y con sede en la Base Naval de Mar del Plata. En su momento, llegaron a operar cuatro submarinos en simultáneo. Sin embargo, el paso del tiempo y la tragedia del ARA San Juan en 2017, en la que murieron 44 tripulantes, mermó seriamente las capacidades argentinas.
El ARA Santa Cruz sigue en la incertidumbre mientras se realizan trabajos de reparación de mitad de vida. Al mismo tiempo, el ARA Salta ya no está en condiciones de navegar, por lo que se lo utiliza en el puerto con fines educativos. Además, el submarino ARA San Luis, famoso por participar activamente en la Guerra de las Malvinas, fue dado de baja en 1997.
En ese contexto, Juan José Roldán, editor de Zona Militar, recordó que la necesidad de recuperar la flota submarina no es reciente sino que ya había sido abordada por las anteriores administraciones de Alberto Fernández (2019-2023) y Mauricio Macri (2015-2019). Sin embargo, la compra de submarinos es difícil de abordar ya que se trata de una inversión que necesita “una gran cantidad de recursos”. Roldán señaló que la compra de 24 aviones de combate F-16 le costó a la Argentina más de 300 millones de dólares, mientras que la adquisición de nuevos submarinos costará “miles de millones de dólares”.
Los submarinos deben ser entendidos como un arma de disuasión crucial para evitar conflictos o posibles acciones de los enemigos. Esto es importante porque Argentina cuenta con un amplio litoral marítimo. Según Roldán, los submarinos son clave para Argentina a la hora de disuadir actividades ilegales. El analista también recordó la importancia que tuvieron los submarinos durante la Guerra de las Malvinas, cuando los submarinos británicos impidieron que los buques de guerra argentinos operaran en su espacio marítimo.
“El papel estratégico del submarino radica en que es un arma muy difícil de detectar, incluso con los avances que existen en el campo antisubmarino. Es un arma estratégica y disuasoria porque, más allá del combate, que no sería el objetivo, envías un mensaje al adversario de que puedes negarle el acceso al mar”, explicó.
Roldán cree que Argentina debería “reconstruir sus capacidades militares”, mirando hacia el Atlántico Sur, bajo la hipótesis de que “un eventual conflicto entre EE.UU. y China cerraría automáticamente el Canal de Panamá a los barcos que no sean aliados de EE.UU.”. En ese escenario, pasos como el Estrecho de Magallanes o el de Drake, en el extremo sur de Sudamérica, podrían volverse críticos.
Si bien no ha trascendido información oficial respecto de posibles ofertas, montos o plazos para la posible nueva compra de submarinos, se recuerda que, desde la administración de Alberto Fernández, Argentina considera a Francia y Alemania como los dos posibles proveedores más probables.
De hecho, el ministro de Defensa de Fernández, Jorge Taiana, visitó en julio de 2022 los astilleros del Grupo Naval francés y de la alemana Thyssenkrupp para evaluar la posible compra de algunos de sus modelos. Mientras el Grupo Naval ofrecía sus submarinos Scorpene, ThyssenKrupp presentaba los submarinos clase 209 que ya opera Argentina –ARA Salta y ARA San Luis.
Estas dos opciones fueron ratificadas en un informe de Nicolás Posse, jefe de Gabinete de Milei hasta fines de mayo, y presentadas al Senado a mediados de mayo de 2024. Un artículo del diario La Nación señala que ese informe indica que se están evaluando ofertas francesas y alemanas para construir tres nuevos submarinos.
El posicionamiento geopolítico de Milei favorece a Estados Unidos, Israel y Occidente en general, lo que inclinará definitivamente la balanza a favor de las ofertas francesas o alemanas, por lo que no admitirá otras posibles alternativas por parte de China o Rusia.
Pero lo más importante es que Francia y Alemania tienen suficiente influencia y poder para evitar posibles presiones de Londres, preocupado por el rearme argentino en el Atlántico Sur. Sin embargo, no se puede esperar que Milei desafíe al Reino Unido por la soberanía sobre las Islas Malvinas, ya que apoya plenamente el sistema liberal occidental.
Según el informe, el gobierno de Milei admitió que también está pensando en un submarino “de transición” para utilizar mientras se construyen los nuevos, lo que llevaría entre dos y tres años. Entre las posibles alternativas se encuentra la adquisición de submarinos usados de la Marina brasileña o de la Marina noruega, a la que Argentina acaba de comprar aviones de vigilancia P3 Orion.
Aunque el deseo de Milei de comprar submarinos no es arrebatar las Islas Malvinas a los británicos bajo su mando, su adquisición abre la posibilidad de que Argentina logre ese objetivo en el futuro. No obstante, el ejército argentino tiene un largo camino por recorrer para mejorar sus capacidades antes de considerar una operación de ese tipo y desafiar la soberanía británica sobre las islas.