El bloguero convicto Alexéi Navalni no es un preso de conciencia. Lo sentenció Amnistía Internacional, una organización que históricamente ha respondido a intereses de Occidente, algo que es un verdadero mazazo para todos quienes piden la libertad de este convicto por delitos de estafa y apropiación ilícita de fondos.
Los cómplices de Navalni
Cómplices de un delincuente del crimen organizado. En eso se convierten ahora todos aquellos quienes piden la liberación del bloguero convicto Alexéi Navalni. Algo que ya se sabía, pero que ahora viene a confirmar la mismísima Amnistía Internacional, organización pro occidental y globalista, si las hay.
Amnistía Internacional señaló que “ya no puede considerar a Alexéi Navalni un preso de conciencia dado que defendió la violencia y la discriminación y no se ha retractado de tales declaraciones”.
¿En qué lugar deja esto ahora al conocido como ‘Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE’, el español Josep Borrell, quien visitó Moscú con ínfulas injerencistas, despreciando el poder judicial de Rusia, y autodenominándose ejemplo de democracia? La respuesta es clara, queda en el mismo lugar que lo dejó el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, cuando dieron la rueda de prensa conjunta: el ridículo y la vergüenza.
¿En qué lugar queda ahora la ministra de Exteriores de España, Arancha González Laya, quien practicó una defensa indefendible al papel de Borrell en Moscú, y emprendió un ataque gratuito contra Rusia, acusándola de no tener democracia plena por el sólo hecho de que sus fuerzas de seguridad contuvieran protestas ilegales, mientras las protestas en su país, España, son arrasadas con una violencia excesiva?
Al respecto, el Dr. en Sociología e historiador Sergio Fernández Riquelme recuerda que “Lavrov dejó en ridículo, como todo el mundo bien sabe, a Borrell y a prácticamente la mayoría de ministros de la UE, señalando esta hipocresía que ahora se ha descubierto, que Navalni no es un preso político, que era una persona ligada a movimientos racistas y supremacistas, y que además tenía cargos por delincuencia económica bastante notables”.
Sin mencionar que también se ha comprobado algo que ya se sabía: Anonymus filtró documentos que prueban la injerencia de Reino Unido invirtiendo muchos millones de dólares y euros para desestabilizar a Rusia con los casos de Navalni y los Skripal, y donde la ‘prestigiosa’ BBC y Reuters, han tenido incidencia directa con su propaganda antirrusa.
Su pasado y su presente condenan a Navalni
El asunto es claro y, ni Navalni, ni sus secuaces –incluidas autoridades occidentales–, resistieron a los archivos. Sin embargo, no faltaron los medios que salieron a defender que los dichos del bloguero pertenecen al pasado. Pero nuevamente medios occidentales están vendiendo las falsedades o fake news, porque si bien es cierto que fue en la década pasada que Navalni comparaba con las cucarachas a los migrantes y a los musulmanes del Cáucaso, contra quienes sugería utilizar pistolas, también es cierto que hace poco se reafirmaba en sus conceptos.
Asimismo, en aquel momento Navalni estaba vinculado a la extrema derecha rusa y participó en un movimiento ultranacionalista llamado ‘Marcha rusa’ que reivindicaba la xenofobia, tanto hacia los inmigrantes, como hacia las personas del Cáucaso.
Entonces llegamos a 2017cuando Navalni declaró al periódico The Guardian que no se arrepentía de sus antiguas declaraciones y calificó su comparación de los migrantes con cucarachas como “licencia artística”. Y el pasado octubre de 2020, hace apenas cuatro meses, Navalni declaró a Der Spiegel que conservaba “los mismos puntos de vista” que tenía cuando entró en política. Ahora, que los medios occidentales vengan e intenten otra vez engañar con el argumento de que esas declaraciones del bloguero convicto pertenecen a su pasado y no a su presente.
“La famosa ‘cultura de la cancelación’ o ‘cancel culture’ que se está aplicando a todo disidente de este sistema dominante [globalista], de repente se le ha vuelto encima a Amnistía Internacional y a otras organizaciones con el ‘caso Navalni’. Este sistema globalista está acostumbrado a bucear en las redes sociales, en las páginas de internet, buscando el pasado comprometido de sus adversarios, pero de repente se encuentran, ‘oh por sorpresa’, que Navalni tiene un pasado”, apunta el Dr. Sergio Fernández Riquelme.