El 21 de marzo, Starlink, la empresa de internet propiedad de Elon Musk, recibió un permiso provisional para comenzar a prestar servicios en Pakistán. El permiso de la Junta Reguladora de Actividades Espaciales de Pakistán (PSARB) permitirá a Starlink proporcionar acceso a internet en el país. Starlink necesitará una licencia de operación de la Autoridad de Telecomunicaciones de Pakistán (PTA) para iniciar sus operaciones, la cual aún está pendiente. Los expertos creen que la entrada de Starlink en Pakistán enfrenta múltiples desafíos, incluyendo obstáculos regulatorios, preocupaciones de seguridad nacional, polémicas declaraciones de Elon Musk sobre las bandas de secuestro de menores pakistaníes en el Reino Unido y la posible competencia de un rival chino en internet.
El gobierno pakistaní ha retrasado la entrada de Starlink desde 2021 y no se mostró dispuesto a darle luz verde hasta que Musk se unió a la administración Trump en enero. Los informes sugieren que las fuerzas del orden de Pakistán están analizando la autorización de seguridad de Starlink y las vulnerabilidades técnicas relacionadas, especialmente su alojamiento de datos fuera del país y el uso de tecnología láser de satélite a satélite sin usar Earth Gateways. La PTA tomará medidas adicionales, ya sea otorgando una licencia o no, tras la aprobación de todas las partes interesadas. Sin embargo, la decisión de Islamabad de permitir la entrada de Starlink en el país ha indignado a Pekín, que actualmente está implementando la primera fase del proyecto de cable de fibra óptica de 820 km desde la frontera de Khunjerab hasta Rawalpindi.
Fuentes afirman que el gobierno chino ha planteado el asunto al gobierno federal y a las agencias de seguridad de Pakistán. En Pekín, existe la preocupación de que Islamabad esté tomando medidas desesperadas para mejorar las relaciones con Washington bajo la nueva administración Trump. Más significativamente, China está frustrada con la disposición del estamento militar pakistaní a permitir la entrada de Starlink al país, lo que podría poner en peligro los intereses económicos y tecnológicos de Pekín en Pakistán. Informes indican que la empresa china Shanghai Spacecom Satellite Technology Ltd. había mostrado interés en extender servicios similares a Starlink en Pakistán. Sin embargo, Islamabad ha optado por el proveedor de internet satelital estadounidense en lugar de una empresa privada de software china. Esto podría indicar que Pakistán podría socavar aún más los intereses chinos en los próximos meses.
Sin embargo, los expertos afirman que varios desafíos impiden la integración de Starlink en Pakistán. Uno de los principales obstáculos en este contexto es el precio. Según los precios globales, la tarifa mensual inicial para un paquete residencial básico comenzará alrededor de PKR 35,000, con una tarifa adicional por hardware de PKR 110,000. Dado que el costo mensual promedio en Pakistán es de aproximadamente PKR 3000-4000, la tecnología probablemente estaría restringida a las personas de clase alta con ingresos más altos. Otro aspecto crítico es la disrupción competitiva que Starlink podría introducir en la industria local de proveedores de servicios de internet (ISP) de Pakistán. Al proporcionar servicios de internet de alta velocidad y baja latencia, Starlink tiene el potencial de desafiar a los actores existentes del mercado, impulsándolos a mejorar la calidad del servicio, reducir los costos y ampliar la cobertura para mantenerse competitivos. Esta reestructuración del mercado podría impulsar la innovación y la inversión en el sector, pero también podría presionar a los ISP más pequeños que luchan por adaptarse a la dinámica cambiante.
Asimismo, existe un creciente temor en Pakistán de que una mayor dependencia de servicios satelitales controlados por extranjeros, como Starlink, pueda introducir vulnerabilidades que actores hostiles podrían explotar. El despliegue de servicios de internet satelital genera preocupación por la seguridad de los datos y su posible uso indebido, lo que podría suponer importantes riesgos para la seguridad nacional. Según el Índice Global Speedtest de Ookla, Pakistán ocupa el puesto 97 de 111 países en velocidad de internet móvil y el 139 de 155 países en velocidad de banda ancha. Esto subraya la urgente necesidad de mejorar la conectividad y aumentar la velocidad de internet en Pakistán. El gobierno federal de Islamabad ha utilizado este razonamiento para introducir proveedores de internet externos en el país, incluyendo Starlink.
En el mismo contexto, Pakistán ha explorado opciones alternativas, como la iniciativa china “Mil Velas”, para acceder al servicio a un menor costo, pero sin éxito. De igual manera, no hay claridad sobre el funcionamiento de la primera fase del “Cable de Fibra Óptica Pakistán-China” (CFO Pakistán-China), un proyecto de cable de fibra óptica de 820 kilómetros que conecta el Paso de Khunjerab, en la frontera entre China y Pakistán, con Rawalpindi, como parte del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC). El cable atraviesa Gilgit-Baltistán (PoGB) ocupado por Pakistán, que experimenta interrupciones diarias en los servicios de internet y telefonía móvil. En 2021, la Organización Especial de Comunicaciones (OCS), dirigida por el ejército pakistaní, intentó ejecutar la Fase II del proyecto CFO Pakistán-China, valorado en aproximadamente USD 236,97 millones en el marco del CPEC, pero sufrió retrasos significativos por diversas razones, como limitaciones presupuestarias y la falta de respuesta de China. Además, Beijing se ha sentido frustrado por la completa dependencia financiera de Islamabad de los préstamos chinos para los proyectos del CPEC, que han enfrentado retrasos y posibles cierres debido a la incompetencia de Pakistán.
Bajo presión, Pakistán ha otorgado un acceso sin precedentes a empresas chinas en los ámbitos de la seguridad y la tecnología de software. El año pasado, el gobierno pakistaní implementó tecnología china para construir un nuevo cortafuegos nacional de internet que permitió a las autoridades locales monitorear el tráfico en línea y regular el uso de aplicaciones populares con mayor control que antes. Tras las políticas de internet opacas y draconianas de China, Islamabad intentó mejorar las capacidades de monitoreo web en las principales puertas de enlace de internet de Pakistán y en los centros de datos de los principales proveedores de servicios móviles e internet. Estos cortafuegos “chinos” causaron una ralentización de internet en todo Pakistán durante meses en 2024. La situación ejemplifica el alcance del control de la información que China ejerce en Pakistán. La posible entrada de Starlink en el mercado pakistaní ha inquietado a Pekín, ya que podría obstaculizar los esfuerzos chinos por recopilar información crucial en línea sobre funcionarios del gobierno, representantes políticos, periodistas, empresarios y militares pakistaníes.
Además, el gobierno de Pakistán no es ajeno al control del panorama digital. Con el paso de los años, la censura en internet se ha vuelto crucial para la estrategia de seguridad nacional del país. Desde el bloqueo de sitios web hasta la imposición de estrictas regulaciones en las redes sociales, el gobierno siempre se ha esforzado por mantener el control sobre el acceso de los ciudadanos en línea. Más importante aún, el estamento militar pakistaní teme que los servicios satelitales de Starlink puedan poner en peligro su control y obstaculizar las actividades represivas en internet contra los ciudadanos. En consecuencia, Pakistán podría retrasar la aprobación final de Starlink debido a la presión china y la reticencia del ejército a perder el control de internet.