Lo definió así un forista de AD: “Ya es hora que los cristianos en general y los católicos en particular dejen de poner la otra mejilla y planteen la guerra cultural a la izquierda woke. Ya es hora que la Santa Sede declare como cruzada la operación militar especial de Rusia en Ucrania contra la OTAN y la UE. Ya es hora que la Iglesia Católica denuncie y renuncie el Concilio Vaticano II, fuente de todos los males que atenazan a la cristiandad. Ya es hora que la Iglesia Católica condene la democracia liberal como puerta de entrada de las ideas disolventes de los pueblos y su verdadero sentido nacional y espíritu comunitario. Ya es hora de decir algo y claro que 80 años de democracia liberal han bastado para la vaporización de los ideales que fueron el nutriente de Occidente como punta de lanza de la humanidad”.

La democracia liberal es la base principal de la decadencia social, moral, política y económica de España. Varias razones que estimamos evidentes avalan dicho pronunciamiento:

1) Porque tiene una concepción errónea del hombre, al que contempla como elector o elegible o como productor y consumidor, cuando debe considerarle como un espíritu encarnado y trascendente.

2) Porque la sociedad, la “polis” –de ahí el vocablo político- no es agregado tangencial de personas, sino un pueblo organizado y jerarquizado, con sus instituciones, desde las culturales hasta las artísticas y deportivas, que deben conservar su carácter propio y no ser politizadas.

3) Porque el triunvirato de poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, como todos los triunviratos, como se demuestra en la historia de Roma, terminan dominando uno de esos poderes, en este caso el legislativo, a los otros dos.

4) Porque el Estado, que tiene la rectoría de la Nación, es hoy, hoy por hoy, un Estado antinacional, que la fragmenta con las Autonomías políticas, y que, por otra parte, conducen a la ruina económica y hacen posible que haya un gobierno central de un signo político y gobiernos de las Comunidades Autónomas, no solo de otro signo sino, incluso, independentistas.

5) Porque de conformidad con este tipo de democracia antidemocrática el principio que tanto se esgrime de “un hombre un voto”, no tiene la eficacia debida, ya que de acuerdo con la Ley electoral hay millones de votos que no tienen más peso que el que registra las urnas, y que no sirve más que para aumentar el tanto por ciento de participación en las elecciones. Yo, por ejemplo, en las elecciones generales de 1979, Blas Piñar tuvo cerca de 375.000 votos en toda España, y de ellos, en Madrid, 110.000, que le bastaron de sobra para conseguir el escaño. Los otros 265.000 no sirvieron para nada. Sin embargo, con muchos menos votos el PNV consiguió ser grupo parlamentario.

6) Porque el sistema actual habla de las mayorías que gobiernan, pero lo cierto es que si gobierna un partido que cuenta con mayoría absoluta en el parlamento se impondrá lo que quiera ese partido y las minorías perderán todas las votaciones. Por otro lado, si la mayoría es simple, una de dos, o se gobierna mediante el consenso –y el consenso no basta para que lo que se legisle sea bueno, pudiendo ser contra natura- o se busca la colaboración o el apoyo de minorías, independentistas o no, pero que en cualquier caso imponen su voluntad y el gobierno, para mantenerse, les entrega lo que le pidan, desde un concierto económico, más transferencias soberanas o la autodeterminación para constituirse en naciones con su propio Estado.

7) Porque existe una Verdad política, como existen una Verdad ideológica y una Verdad histórica, y la democracia que hoy tenemos silencia o manipula la historia, y tiene una ideología y una moral, que todos deberíamos conocer, que corrompe. Esa Verdad política la integran, con sólido fundamento, los valores innegociables, que es preciso mantener a toda costa, como son la familia, la vida, la educación, la auténtica libertad, el Estado al servicio del bien común y la unidad de España.

Es bien significativo, con respecto a algunos de dichos valores, lo que leemos en el Génesis, según el cual hay dos árboles en el Paraíso que tienen nombre: el de la ciencia del bien y del mal y el de la vida; lo que a mi juicio, quiere decir que ni el hombre, ni el Estado, ni las costumbres, ni el sufragio universal, deciden lo que es bueno y lo que es malo, y que tampoco tienen facultades para privar de la vida a los inocentes.

8) Porque ha hecho que las apariencias engañen. Una de ellas, y que conviene destacar, es que el Régimen actual se define como monárquico, cuando de monárquico no tiene más que la corona, que en realidad es algo así como un dedal que no tiene dedo que lo sostenga.

No se puede seguir legitimando un Sistema mediante el cual se está descristianizando a los españoles, destruyendo su conciencia y promoviendo su reemplazo.

By Saruman