Las aplicaciones para teléfonos inteligentes que la gente utiliza a diario pueden utilizarse para cambiar la personalidad y realizar un “control mental”, según los expertos.

En un informe del Daily Star, los terapeutas han advertido que las aplicaciones de aspecto “inofensivo” pueden utilizarse para moldear “sutilmente” la visión del mundo de las personas. Por ello, suponen una amenaza mayor que las noticias falsas en las redes sociales.

En declaraciones a la publicación, el cofundador de la Psicoterapia de Brighton y Hove, Mark Vehrymeyer, advirtió que el riesgo de que las aplicaciones moldeen la forma de pensar de las personas es “enorme”. Esto se debe al hecho de que las personas son cada vez más dependientes de sus teléfonos, que muchos ya ven como una extensión de sí mismos.

“Dormir mejor o hacer más ejercicio puede parecer inofensivo si eso es lo que hace una aplicación por nosotros”, dijo. “Pero puede ser que cada vez cedamos más el control de lo que hacemos y de lo que realmente queremos a las apps, haciendo que nos sintamos más desconectados de nosotros mismos y cada vez más dependientes de este padre robótico”.

Vehrymeyer advirtió que, a diferencia de un “padre real”, estas apps y las empresas que están detrás de ellas “no tienen intrínsecamente nuestros mejores intereses”.

“Aquí es donde entra en escena el riesgo de intereses conflictivos y posiblemente el riesgo de cierto grado de control mental”, añade.
Las aplicaciones para teléfonos inteligentes pueden cambiar los rasgos de la personalidad

Los comentarios de Vehrymeyer llegan después de que un estudio de tres meses sobre 1.523 adultos descubriera que los smartphones pueden cambiar los “rasgos de personalidad” de las personas. Para explicar los resultados del estudio, utilizó el ejemplo de una hipotética aplicación diseñada para ayudar a los usuarios a desarrollar mejores hábitos de sueño.

Afirmó que dicha aplicación podría sugerirles que no vieran las noticias antes de acostarse. Además, también podría hacer un seguimiento de lo que el usuario ve en su teléfono y utilizar los datos para sugerirle elementos “noticiables” a determinadas horas.

“Así que, con todo esto en mente, no me parece un gran salto imaginar una situación en la que una gran corporación utilice una aplicación para crear dependencia por parte de los usuarios de la aplicación -hábitos de sueño, rutina de ejercicios, rasgos de comportamiento- y luego explotar esto para obtener más ganancias financieras”, dijo.

Y continuó explicando que así es como funcionan muchos modelos de marketing. Si una aplicación tiene el respaldo de determinados movimientos políticos o incluso de gobiernos extranjeros, éstos pueden tener un enorme poder para influir sutilmente en el comportamiento de los usuarios de la aplicación. Si la base de usuarios es lo suficientemente grande, afirmó que esto puede tener un efecto perjudicial para la sociedad.

“De repente, nuestra visión del mundo está siendo moldeada y también alimentada por dicha app”, explicó. “Si crees que esto es improbable, simplemente tienes que considerar cómo operan algunas de las principales plataformas de medios sociales reforzando lo que ven que consumimos en contenido y proporcionándonos más y más de lo mismo”.

Otra experta, Kirstan Murphy Adams, de Psychotherapy Richmond, se mostró de acuerdo, afirmando: “Las apps que se utilizan para controlar la mente de otras personas están en auge y consiguen cambiar la percepción de una persona sobre algo o cambiar una característica en su personalidad sobre todo si se hace a diario.”
Aplicaciones más peligrosas que las redes sociales

Vehrymeyer señaló que estas aplicaciones son más peligrosas que las plataformas de las redes sociales. Esto se debe a que estas aplicaciones pueden llegar a estar intrínsecamente integradas en la vida de las personas.

En los últimos tiempos, las redes sociales y las empresas que están detrás de ellas han sido objeto de escrutinio por censurar ciertos puntos de vista e incluso difundir noticias falsas. Esto ha hecho que un gran número de adultos pierdan su confianza en estos servicios. (Relacionado: Senadores republicanos copatrocinan un proyecto de ley contra la censura en las redes sociales).

Sólo en Estados Unidos, una encuesta del Pew Research Center ha descubierto que el 59% de los adultos no confía en las noticias que lee en las redes sociales.

Otras aplicaciones para teléfonos inteligentes, en cambio, no están sujetas al mismo escrutinio. Al mismo tiempo, muchas de estas aplicaciones, que indican a la gente cosas como cuántos pasos deben dar, cuántas horas deben dormir e incluso cuándo deben evitar las noticias, pueden llegar a estar mucho más “intrínsecamente integradas” en la vida de las personas, según Vehrymeyer.

“Las aplicaciones y la forma en que las utilizamos cada vez más son más peligrosas, ya que a menudo pueden estar intrínsecamente integradas en nuestras vidas y convertirse así en una extensión de nosotros mismos, una especie de función ejecutiva externalizada”, afirmó. “Y si esa externalización se hace con una fuerza maligna, los riesgos podrían ser enormes”.

FUENTE

https://www.cyberwar.news/

Por Saruman