La Unión Europea (UE) ha comenzado a implementar pasaportes sanitarios digitales obligatorios, que los ciudadanos deberán utilizar si desean participar en la sociedad.
El Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EHDS) anunció recientemente que su próximo objetivo legislativo es seguir de cerca el estado de vacunación de las personas y reprender a quienes hayan rechazado la vacuna.
Infowars.com informa: El miembro del Parlamento Europeo (MEP) y abogado Patrick Breyer, crítico desde hace mucho tiempo de este tipo de política, explica que el EHDS –al que votó en contra– “reuniría información sobre todos los tratamientos médicos recibidos por los ciudadanos”.
Los médicos tendrán que presentar resúmenes de los tratamientos que proporcionen al “nuevo espacio de datos”, y la propuesta inicial no contiene disposiciones que permitan objeciones o excepciones. Y aunque el acceso puede restringirse si el paciente así lo desea, no se puede impedir la creación real de la base de datos.
Y simplemente reiteremos que esto podría afectar a parte de la información médica personal más sensible: “trastornos mentales, enfermedades sexuales y trastornos como impotencia o infertilidad, VIH o terapias de abuso de drogas”, escribe Breyer.
“El plan de la UE de recopilar e interconectar registros sobre todas las terapias médicas conlleva riesgos irresponsables de robo, piratería o pérdida de datos. Incluso las terapias más delicadas ya no podrán administrarse extraoficialmente en el futuro”, advirtió además el eurodiputado del Partido Pirata alemán, criticando la idea como el fin de la confidencialidad médica en la UE.
Destaca en particular el peligro de que aquellos que tienen menos conocimientos informáticos y políticos –como las personas mayores o aquellos que no prestan suficiente atención a las decisiones burocráticas tomadas por la UE (que, sin embargo, terminan definiendo sus vidas), así como aquellos Las personas con un nivel de educación realmente más bajo (todos ellos especialmente vulnerables en un plan como este) simplemente no serían plenamente conscientes de las consecuencias a largo plazo.
“(…) tener que objetar activamente ante una determinada autoridad o mediante una herramienta digital es demasiado complicado en la práctica para darles una opción real”, describe Breyer un escenario de la vida real.
Además de eso, la nueva ley planeada parecería entrar en conflicto con los estándares internacionales establecidos que exigen el consentimiento (plenamente informado) para que la información médica de los pacientes sea “compartida” – y Breyer hace referencia al Código Internacional de Ética y Ética Médica de la Asociación Médica Mundial. la declaración de Helsinki sobre principios éticos para la investigación médica.
El PE votará en diciembre sobre esta legislación recomendada, cuando también se considerarán enmiendas. Actualmente, los encuestados sobre el tema se preocupan en un 44% de los casos por el robo de datos sanitarios, mientras que un 40% teme el acceso no autorizado.