Cuando conocimos el caso de Jeffrey Epstein, nos quedamos perplejos al saber que un multimillonario abusaba sexualmente de menores en su isla privada. Más aún cuando supimos que en agosto se desclasificaron parte de los documentos del caso e incluían un listado de nombres de alto perfil implicados en la investigación.
Entre ellos estaban, además del príncipe Andrew, Alan Dershowitz (uno de los abogados de Epstein), Sarah Kellen (considerada la lugarteniente de Maxwell), el multimillonario financiero Glen Dubin y su esposa, el agente de modelos Jean Luc Brunel, la piloto y propietaria de una aerolínea Nadia Marcinkova, el expresidente de los Estados Unidos Bill Clinton, el eminente psiquiatra Henry Jarecki, la exmodelo Naomi Campbell, Ron Eppinger (el pederasta que captó a Virginia cuando tenía trece años) y los científicos Marvin Minsky y Stephen Hawking. Y aun no sabemos por que Bill Gates se reunió repetidamente con Jeffrey Epstein.
Esta red de corrupción ha sido ocultada sistemáticamente por los medios de comunicación durante años por que ningún periodista la ha querido destapar públicamente en algún programa de máxima audiencia. Probablemente por que muchos estarían implicados en esta red y por eso no querían sacarlo a la luz. O posiblemente por que los dueños o los inversores de las cadenas de televisión estén también implicados en todo esto. Lo más grave de todo es que no era ningún secreto, ya que si esa información había llegado a las redes sociales es porque era ya tan escandaloso que no se podían seguir negando las evidencias.
El “asesinato” de Jeffrey Epstein en una celda de la prisión de Nueva York el verano pasado les robó a sus acusadores una oportunidad de justicia y cerró la tentadora posibilidad de que se revelasen los secretos de una vida sórdida entre los ricos y poderosos. Sin embargo, desde la detención de Ghislaine Maxwell, casi exactamente un año después de que el escándalo de Epstein sacudiera al adinerado Manhattan, se han ido sucediendo diversos hechos y detenciones relacionadas con el caso que no dejan de sorprendernos. Esto no ha hecho más que empezar. Todo indica que aún podría llegar un informe más completo de sus actos, dando la posibilidad de un reconocimiento público a las víctimas, que podría empañar a las principales figuras de Wall Street, la América corporativa y Washington.
Aún hay fuertes trabas y conflictos de intereses. Por una parte el juez de Palm Beach, que hasta ahora se ha negado a divulgar los registros del gran jurado y que, casualmente, tiene vínculos profesionales y familiares con tres de los políticos que tienen interés en mantener esos registros en secreto. Por otra parte, los abogados de Ghislaine Maxwell intentaron evitar que las pruebas con clasificación X, relacionadas con el pedófilo Jeffrey Epstein, se hicieran públicas, pero un juez denegó la apelación y publicó los documentos condenatorios.
En los documentos desclasificados en agosto aparece una entrevista con un testigo que reveló que Bill Clinton estaba en la isla pedófila con Jeffrey Epstein, Ghislaine Maxwell y “dos chicas jóvenes”. Los documentos también revelan que Mueller y luego Comey (FBI) sabían de estos crímenes durante años y tenían pruebas en la oficina. El FBI incluso tenía copias de la infame foto del príncipe Andrew con la joven Virginia Roberts. No obstante, Jeffrey Epstein le dijo a Ghislaine Maxwell que recompensase a cualquiera que pudiera desacreditar a Virginia Roberts en unos correos electrónicos que revelaban su estrategia y que incluía afirmar que la edad de consentimiento era “compleja”.
Por eso los poderosos tienen miedo de lo que pueda estar diciendo Ghislaine Maxwell y eso podría significar que termine en la lista de cadáveres de tú-sabes-quién antes de que pueda identificar a los miembros ocultistas clave de la élite y admitir su actividad en la isla de las orgías, y más allá.
Virginia Giuffre (Roberts era su apellido de soltera) acusó públicamente al Principe Andrew, en una entrevista para la BBC en octubre de 2019, de haber mantenido relaciones sexuales forzosas con él en tres ocasiones cuando ella tenía 17 años. Según han contado Virginia y otras muchachas esclavizadas, Ghislaine se dedicaba a reclutar menores de trece, catorce, quince años para que masajearan el cuerpo de Epstein. Durante los masajes las obligaba a mantener relaciones sexuales con él. Eran llevadas con su jet privado a cualquiera de sus mansiones en Nueva York, Florida, México o en el Caribey más tarde, eran forzadas a tener relaciones con amigos de Epstein, gente muy poderosa en fiestas organizadas en sus casas.
Las coartadas que dio el Príncipe Andrew para defenderse de tales acusaciones han sido desmontadas por las investigaciones de los medios británicos, por lo que el cerco sobre él, por su implicación en la red de pederastia de Jeffrey Epstein, se estrecha cada vez más.
El piloto David Rodgers proporcionó registros en 2009 que mostraban que el príncipe Andrew, Bill Clinton, Kevin Spacey y Naomi Campbell estaban entre los que volaron en el jet “Lolita express” de Epstein. Pero los abogados de las víctimas dicen que los registros de 2009 no incluían los vuelos realizados por el piloto principal Larry Visoski, quien voló para Epstein durante más de 25 años.
El septiembre, el Fiscal General de las Islas Vírgenes de EEUU, donde Epstein tenía una casa, exigió los registros de vuelo para sus cuatro helicópteros y tres aviones, desde 1998 hasta su suicidio el año pasado “provocando el pánico” entre sus amigos ricos y famosos.
Y luego está el extraño comportamiento del director del FBI, James Comey, cuando inexplicablemente reabrió la investigación criminal de Hillary Clinton debido a la evidencia reveladora descubierta en la computadora portátil de Anthony Weiner, el caído Congresista de Nueva York y marido de la asistente de Clinton desde hace 20 años, Huma Abedin. Estas evidencias y veintiséis planes de vuelo registrados en el Lolita Express para Bill Clinton y al menos media docena para Hillary a la isla de Epstein, vinculan directamente a los Clinton con la operación de pedofilia de Epstein.
Según reveló The Richardson Post, 159 jueces federales, incluido John Roberts, presidente del Tribunal Supremo de los EEUU, fueron espiados ilegalmente por el programa secreto de la CIA, HAMR & PRISM,
Al principio no sabíamos con precisión cómo John Brennan (CIA), James Clapper (DNI) y Jim Comey (FBI) planeaban usar la recolección ilegal de información pero, cuando Roberts se puso del lado de los intereses globalistas, descubrimos que la extorsión, por las posibles participaciones en las fiestas con Jeffrey Epstein, eran la única explicación razonable.
Además, en su discurso ante el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, en enero Soros habló mal del presidente Trump tratando de desprestigiar su trabajo en beneficio de los EEUU, y dio a entender que el juez Roberts podría ser de ayuda en el logro de la impugnación que los demócratas intentaban en ese momento. John Roberts está comprometido hasta el punto de que debe ser removido y reemplazado.
“EL JUICIO EN EL SENADO SE PERFILA COMO UN ASUNTO ESTRICTAMENTE PRO FORMA PORQUE LA MAYORÍA REPUBLICANA EN EL SENADO ESTÁ UNIDA DETRÁS DE TRUMP, AUNQUE EL PRESIDENTE DEL TRIBUNAL SUPREMO ROBERTS, QUE PRESIDE, PUEDE SORPRENDERNOS”, DIJO SOROS.
Las últimas actuaciones nos llevan a Francia donde la policía está interrogando a Jean-Luc Brunel, el jefe de una agencia de modelos. Se cree que Brunel y Maxwell, que se habían conocido en la década de 1980, ayudaron a Epstein a conseguir a las niñas menores de edad. La fiscalía de París confirmó que Brunel fue detenido como parte de la investigación abierta el 23 de agosto de 2019 por la fiscalía de París centrada en posibles “hechos de naturaleza sexual que se cree fueron cometidos por Jeffrey Epstein y otros cómplices” y por lo que se le acusa de “violaciones, agresiones sexuales, acoso sexual , asociación con delincuentes y tráfico y explotación de menores”.
En la década de 1990, Brunel, era un buscador de talentos y jefe de la agencia Karin Models. Después de que fuera expulsado de la agencia en 1999 tras una investigación encubierta de la BBC sobre abusos en el mundo de la moda, se mudó a los EEUU y fundó MC2 Model Management con fondos de Epstein.
Hasta aquí todo ha sido cubierto en las noticias de alguna manera, pero el agujero de conejo entre Maxwell, Epstein, personas como el ex candidato presidencial Michael Bloomberg, los Clinton y la magia sexual es más complicado de lo que los medios de comunicación han descubierto o revelado hasta ahora ya que sus redes familiares (linaje) se remontan a las décadas de 1930 y 1940 según se reveló en Shadowland.