Dmitri Medvedev*
A mediados de junio, en la ciudad de Vladivostok, se celebrará una serie de importantes eventos organizados bajo la égida del partido Rusia Unida. Parte de ellos será dedicada a la presidencia rotatoria en el marco del BRICS que Rusia ostenta este año. Se plasmará en los mismos la tradición de la cooperación política y social, cuyo objetivo es crear un orden mundial policéntrico y justo vía democratización auténtica de los existentes mecanismos de la gestión global.
Esta labor conjunta reviste hoy de especial actualidad, se podría decir incluso que se vuelve vital. Su lógica se debe al propio rumbo del desarrollo de la Humanidad. Cada vez mayor número de países del planeta expresan su deseo de vivir en una comunidad mundial libre de los vestigios del sistema colonial y basado en los principios de un multilateralismo inclusivo, la igualdad soberana, la existencia pacífica y el respeto mutuo por parte de diferentes sistemas políticos y sociales. Un importante paso hacia este objetivo ha de ser dado en estos próximos días.
Neocolonialismo: amenazas antiguas en tiempos nuevos
En febrero de 2024, en Moscú se celebró el Foro de los partidarios de la lucha contra las prácticas modernas del neocolonialismo, “¡Por la libertad de las naciones!”. Había sido organizado por el partido Rusia Unida. Participaron en el evento cerca de 200 representantes de más de 50 países del mundo. El resultado principal del Foro fue la creación del Movimiento mundial antineocolonial “¡Por la libertad de las naciones!” que luchará por la erradicación de las prácticas modernas de la explotación y la hegemonía.
La reunión puso de manifiesto que había llegado el momento de incrementar dramáticamente la interacción de todas las fuerzas progresistas en la lucha contra el neocolonialismo que les está impidiendo a muchos países a seguir el rumbo de un desarrollo sostenible y justo.
Es un problema complicado que lleva mucho tiempo existiendo y precisa de una actitud compartida y, lo que es más importante todavía, de un esfuerzo mancomunado.
La Humanidad se fue topando con las prácticas neocoloniales durante un largo período histórico. El propio término de “neocolonialismo” se empezó a utilizar a mediados del siglo pasado, para designar la línea política que había sido adoptada por las antiguas metrópolis y consistía en contener el desarrollo de las jóvenes naciones que acababan de lograr la independencia formal y en compensar sus propias pérdidas derivadas de la descolonización.
Una descarada injerencia en los asuntos de los Estados independientes se fue y, por desgracia, se sigue realizando de diferentes maneras. Por muy decidida que esté la Humanidad a erradicar el neocolonialismo, el mundo occidental opondrá una feroz resistencia a dicho proceso.
Actuará en condiciones de la transición del neocolonialismo individualista y nacional al neocolonialismo global. Es decir, a un sistema de relaciones económicas y políticas no paritarias que le son impuestas por los países occidentales al resto del mundo. Se valen para ello de su poderío militar, del capital occidental, de los organismos financieros internacionales y de las empresas transnacionales (Gorélov A.A. Del sistema colonial al neocolonialismo global, 2014, №2, p. 60). Las antiguas metrópolis desean continuar parasitando a costa de países dependientes, garantizando su comodidad con la humillación y la supresión de otros. Sin embargo, esta vez son usados unos medios más refinados. No hay nada malo en ello, ya decían los antiguos: Consuetude est altera natura (“El hábito es una segunda naturaleza”).
Aduciré tan solo algunas cifras que ilustran de manera convincente el componente político del neocolonialismo. De acuerdo con los expertos, estadounidenses, dicho sea de paso, a pesar de toda su subjetividad, entre los años 1946 y 2000, EEUU intervino en más de 80 ocasiones en los procesos electorales en otros países. A partir de 1945, se llevaron a cabo más de 50 intentos de golpes de Estado e intervenciones militares. (Levin, D. Partisan electoral interventions by the great powers: Introducing the PEIG Dataset. Conflict Management and Peace Science, 2019, Vol. 36(1), pp. 88-106; William Blum. Overthrowing other people”s governments: The Master List.).
Las neometrópolis convirtieron en una importantísima herramienta de la puesta en práctica de la mencionada línea política las sanciones unilaterales que entran en contradicción con el Derecho Internacional. De los 174 casos de aplicación en el siglo XX de medidas restrictivas, en 109 casos fue promovida por EEUU, siendo alcanzado en 80 de ellos el cambio del rumbo político en los países, cuyos dirigentes no eran de su agrado (Haufbacher G., Shott J., Elliott K., Oegg B. Economic Sanctions Reconsidered – Third edition. Peterson Institute for International Economics, 2009, p. 248). EEUU se ha convertido, de hecho, en una neometrópoli sancionadora global. En sus actividades,
Washington está utilizando de manera activa no solo sanciones de carácter primario, sino las de carácter secundario, para lo cual suele aducirse el principio de la extraterritorialidad. Se busca minar la política exterior y la económico-comercial de terceros países, siendo vulnerada abiertamente de esta manera su soberanía.
Aduciré varios ejemplos de las consecuencias provocadas por las mencionadas medidas restrictivas. Los daños generales causados a la economía cubana por el embargo introducido en 1960 equivalieron para octubre de 2023 a unos 159.800 millones de dólares. Durante la aplicación de las restricciones unilaterales contra Irán, entre 1984 y 2000, el coste anual de las sanciones equivalió a unos 80 mil millones de dólares. (Sanctions related to Iran//The White House official press-release.Fact-sheet.
31.07.2012). Tras largos años de sanciones multilaterales, dicho índice equivalió entre 2006 y 2012 a unos 5.700 millones de dólares anuales. (Koshmukova O.V. “Sanciones contra Irán: objetivos y consecuencias”. Problemas económicos y sociales de Rusia. Factores sociales del crecimiento económico. Moscú, ed. Instituto de Información Científica en Ciencias Sociales, Academia de Ciencias de Rusia, 2016, № 2-11). En los 7 años que siguieron a la introducción en 2015 de las sanciones contra Venezuela, el PIB del país, según señaló en enero de 2024 el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en su discurso dirigido a la nación, había perdido unos 642.000 millones de dólares. (El Presidente venezolano calificó las sanciones por parte de EEUU como genocidio económico, RIA Novosti, 15 de enero de 2024).
Actuando de esta manera, EEUU abiertamente pasó por alto la decisión de la Corte Permanente de Justicia Internacional de 1927, en la cual se subraya la importancia de respetar la soberanía de otro Estado desde el punto de vista de la jurisdicción. Se indica, además, que “la primera y principal limitación impuesta por el Derecho Internacional a un Estado consiste en que, si no existe ninguna norma permisiva que prevea otra cosa, el Estado no puede ejercer sus potestades de la forma que sea en el territorio de otro Estado”. (Permanent Court of International Justice. The Case of S.S.”Lotus” (France v.Turkey). Judgment. Publication of the Permanent Court of International Justice, p.18-19). La misma actitud es demostrada por EEUU con respecto a la Declaración de la Asamblea General de la ONU de 1965 sobre la inadmisibilidad de la intervención y la interferencia en los asuntos internos de los Estados, la Declaración de la Asamblea General de la ONU de 1970 sobre los principios de derecho internacional referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados, así como las Resoluciones de la Corte Internacional de Justicia 27/21 del 26 de septiembre de 2014 sobre la contradicción entre las medidas coercitivas unilaterales y el Derecho Internacional, al Derecho Internacional Humanitario, a la Carta de las Naciones Unidas.
Los intentos de Washington de justificar su actuación agresiva e ilegal, ofreciendo una interpretación muy extensa del principio de la territorialidad son completamente irrisorios. (Al ser abordado el llamado “caso Nicaragua”, la Corte Internacional de Justicia de la ONU demostró pronunciarse en contra de una libre interpretación de los factores que presentan peligro para la seguridad nacional. Al ser interpretado el término “bases considerables de la seguridad” se estableció que las declaraciones de EEUU sobre los intentos de Nicaragua de derrocar los Gobiernos de los Estados vecinos que supuestamente se habían llevado a cabo durante 2 años, fueron insuficientemente argumentados como para que se fiara de esta excepción, puesto que EEUU no demostró “de qué manera Nicaragua llegó de hecho a presentar peligro “para los principales intereses de la seguridad””).
En este contexto, el Juez del Tribunal distrital de EEUU para el distrito de Connecticut, quien había ejercido anteriormente de investigador senior del Comité Independiente para la investigación de las actividades del programa de la ONU “Petróleo a cambio de alimentos” puesto en práctica en Iraq entre 2004 y 2005, catedrático de la Escuela de Derecho de la Universidad Quinnypiac y catedrático invitado de la Escuela de Derecho de la Universidad de Yale, Jeffrey Meyer, hizo constar la inclinación de EEUU por “hacer declaraciones exageradas el hecho de estar justificadas las sanciones secundarias por los principios de la defensa de la jurisdicción o por la doctrina de las consecuencias, incluso si dichas medidas se convierten en medidas de lucha <…> contra conductas que tienen lugar en países alejados, no existiendo perspectiva real de que pongan en peligro la seguridad de EEUU ni tengan consecuencias considerables para EEUU” (Meyer J.A. Second Thoughts on Secondary Sanctions//University of Pennsylvania. Journal of International Law.Vol.30. Iss.3., p. 909).
De hecho, se trata de intentos de destruir países enteros e incluso de una especie de genocidio. Sin embargo, los promotores de dichas medidas no fueron responsabilizados de ninguna manera.
Los países occidentales siempre buscaron avasallar no solo por la idea de hacerse con el control político sobre el resto de los países del mundo, sino para dominar en la arena internacional. En la segunda mitad del siglo XX, economistas de una serie de países de América Latina y Europa, Raúl Prebisch (Argentina), Fernando Teixeira dos Santos y Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Andre Gunder Frank (Alemania) y Gunnar Myrdal (Suecia), formularon la teoría de la dependencia que prueba la existencia de una relación directa entre el subdesarrollo del Tercer Mundo y el desarrollo en el mundo del sistema económico capitalista. En sus trabajos demostraron de manera convincente que la explotación por los países desarrollados de los países en vías del desarrollo representa un importante obstáculo para el progreso de la Humanidad (Barán, P.K., Sobre la teoría económica del desarrollo social, Moscú, 1960, p.53). Existe una ilustración convincente de lo arriba expuesto: de acuerdo con las estimaciones, Occidente, entre 1960 y 2018, sacó a los países del Sur Global más de unos 62 billones de dólares solo en materia prima (Hickel, J., Sullivan, D. Zoomkawala, H. Plunder in the Post-Colonial Era: Quantifying Drain from the Global South Through Unequal Exchange, 1960-2018. New Political Economy, 26(6), pp. 1030-1047).
Existe otro ejemplo que confirma esta aseveración, tiene ya enfoque moderno. La realización de la política exterior de Charles de Gaulle que se basa en la doctrina de la independencia nacional y de la grandeza de Francia (“Mi intención no consiste en liberarle a Francia de la Alianza del Atlántico del Norte, cuya conservación, a mi modo de ver, es necesaria como precaución extrema, sino en sacarla del proceso de la integración practicado por la OTAN bajo el mando de EEUU, entablar con cada Estado de Europa del Este, en primer lugar, con Rusia unas relaciones que se propongan la distensión” <…>, actuar de la misma manera con respecto a China, cuando se dé el momento oportuno, facilitarle a Francia unas potentes armas nucleares, para que nadie pueda atacarnos, sin arriesgarse a recibir una respuesta devastadora”), Gaulle Ch de/ Memoires d”Espoire. Le Renouveau 1958-1962. P., 1970, p. 284). Acordémonos de la famosa protesta dedicada al abandono por París de la OTAN que tuvo lugar en 1966, tampoco pudo haberse hecho realidad, sin que se contara con acceso a los recursos casi gratuitos que les iban sacados a los países africanos francófonos.
Los franceses lograron su objetivo, imponiéndoles a los Estado de la África francesa un sistema monetario y financiero completamente dependiente de la neometrópoli. Era controlado por la V República a través de la emisión del franco CFA, elemento del “neocolonialismo monetario” ejercido por las autoridades francesas que les permitía controlar la política económica de las autoridades de los países africanos. A pesar de que Francia, hace más de 20 años, se pasó a los euros, continúa ostentando el liderazgo en la zona monetaria del franco, siguiendo emitiendo 14 países de África Occidental francos CFA, cuya cotización está atada a la moneda única europea. De acuerdo con los investigadores africanos contemporáneos, el uso de dicha moneda priva a sus Estados de la posibilidad de utilizar el dinero y las finanzas internas para su desarrollo, sin ninguna limitación externa, además de representar un obstáculo para la expresión de su soberanía económica y monetaria. Es por ello, porque la continuación del yugo monetario neocolonial es de importancia vital para el pequeño Napoléon instalado ahora en el Palacio del Elíseo que no deja de proclamarse seguidor de las ideas de Charles de Gaulle (Pascal Boniface, “Francia: herencia de de Gaulle y Mitterand, Valdái, 15.03.2021). Sin ello, nunca podría lograr su objetivo, de modo que París intentará conservar cuanto más tiempo, mejor su presencia monetaria encubierta en África.
Para conservar su presencia geopolítica en diferentes partes del mundo, Occidente está utilizando de manera activa los mecanismos “del neocolonialismo endeudador”. Alertó de este peligro todavía en 1987 uno de los teóricos del panafricanismo, destacado estadista de Burkina-Faso Thomas Sankara.
“La deuda representa una manifestación del neocolonialismo, en el cual los colonizadores se han transformado en “asesores técnicos” <…>, es una sabiamente planificada colonización de África” (Discours de Thomas Sankara sur la dette 29 juillet 1987. Youtube. URL: https://www.youtube.com/watch?v=WFaUaatu8T8 ). Es verdad que no se puede hablar de que un país sea realmente libre, si no goza de la independencia económica y está condenado a tomar decisiones en base a la opinión de sus acreedores.
Las neometrópolis, principalmente a través de instituciones financieras que tienen bajo su control, están aprovechando de manera activa la complicada situación social y económica que se vive en muchos Estados del Sur Global, para instarles a tramitar préstamos bajo intereses más elevados, en comparación con los países de los Mil Millones de Oro. De acuerdo con el Grupo de la ONU de Respuesta Mundial a la Crisis de la Alimentación, la Energía y las Finanzas, para los países de Asia y Oceanía la tasa promedia es de un 6.5%, para América Latina y el Caribe, de un 7.7% y para África, de un 11.6%. Mientras tanto, para Alemania es de 1.5%, para EEUU, de un 3.1% (Aworld ofdebt. UN Global Crisis Response Group.July 2023., p.10).
Nada mejor para ilustrar la gravedad del problema que el siguiente dato: en 45 Estados, los gastos en la atención de la deuda externa superan los gastos en la sanidad pública (IBID). En otras palabras, muchas naciones han de sacrificar el nivel de vida de sus ciudadanos e incluso su futuro, para satisfacer las necesidades de sus despiadados acreedores.
Los neocolonizadores se aprovechan gustosamente de la ayuda humanitaria, arrebatándoles, sin el menor escrúpulo, su último pedazo de pan a los países desprotegidos. Veamos el ejemplo de la situación con la distribución de los cereales ucranianos en el marco de la llamada Iniciativa del mar Negro que fue formulada en intereses de la población africana y asiática que necesitaba alimentos. Como resultado, a los Estados más pobres les llegó tan solo un 3% de los volúmenes totales de los envíos, equivalentes a unos 32.8 millones de toneladas (Declaración del MAE ruso sobre los Acuerdos de Estambul, 17 de julio de 2023).
Las neometrópolis no tienen la intención de parar y se muestran dispuestas a continuar controlando no solo los ingresos y la salud, sino también la mentalidad de los habitantes del resto del mundo. Por desgracia, logran llegar también al decálogo de las normas éticas y morales que se había formado durante siglos. La mencionada actitud perversa está afectando a las religiones mundiales. Washington y sus satélites están haciendo un considerable intento, para reorganizar en intereses propios los elementos básicos de la religión cristiana y del Islam, para propagarlos luego por el mundo bajo la forma de “teorías modernas”. Es decir, están haciendo uso extenso de las prácticas neocoloniales religiosas, para involucrar a millones de personas en unas creencias religiosas que se han puesto de moda. El objetivo principal que están persiguiendo es romper el vínculo generacional, en la formación del cual las creencias tradicionales asumen un importante papel.
Un serio peligro es presentado por diferentes formas de la colonización ideológica. En opinión del Papa de Roma Francisco, unen “el poderío económico con la imposición a otras culturas de unas formas de pensar que no les son propias y que entrañan el peligro de una encarnizada confrontación”. Son certeras las palabras del Pontífice, quien indica que “la esclavización y el saqueo de los pueblos con el uso de la fuerza y la penetración cultural y política representan un crimen”, así como lo es su llamamiento de acabar cuanto antes con las prácticas neocoloniales y las manifestaciones del racismo y de la segregación social que son derivadas de las mismas (“Papa Francisco: El neocolonialismo obstaculiza la paz”, Vatican News, 1 de abril de 2023).
La mentalidad neocolonial siempre prevalecerá en la mente de los representantes de los países occidentales sobre la verdad, es un axioma que siempre debemos tener presente y hay numerosos ejemplos de ello. Hoy en los Países Bajos de una manera completamente seria está siendo considerada la idea de revocar las disculpas oficiales presentadas en 2022 por el Gobierno del Reino, por haber sido cometidos crímenes de guerra por parte de los holandeses contra la población local en Indonesia durante la guerra por la independencia que tuvo lugar en dicho país entre 1945 y 1949. Los derechos humanos solo existen para la gente selecta y para el resto están los intentos de justificar la sangrienta Historia de las Indias Orientales neerlandesas.
Un papel muy activo en la implantación de las prácticas neocoloniales sigue desempeñando el Reino Unido. Tras haberse beneficiado sobremanera, sacándole recursos a sus numerosas colonias de ultramar, hoy Londres busca beneficiarse con las “minas políticas de efecto retardado” colocadas en aquellos lejanos tiempos. Así, tras haberles impuesto a muchos países su propio sistema jurídico, el Reino Unido les obliga a utilizar sus herramientas judiciales considerando que casi todas las vistas judiciales en el mundo son de su jurisdicción. Esta injerencia en otros sistemas judiciales es justificada por una inventada universalidad del Derecho británico, así como por la imparcialidad y un alto nivel profesional de los juristas del Reino, lo que, sin lugar a dudas, dista y mucho de ser verdad. De esta forma, habrá que dedicar algún tiempo más a desacostumbrarles a los británicos a poner en práctica las normas del “neocolonialismo jurídico”, elevando la eficiencia de los sistemas judiciales nacionales y creando organismos de justicia internacionales independientes.
Las actividades subversivas de las neometrópolis están encaminadas también a conseguir la recolonización de algunos países de América Latina, Asia, África, para establecer el control sobre sus recursos naturales, sobre todo, los llamamos minerales críticos. El foco de la atención está puesto en el acceso gratuito a los yacimientos de litio, grafito, níquel, cobalto, metales de tierras raras tan necesario para la transición a la energía de consumo reducido de hidrocarburos. Bajo el pretexto de la preocupación por el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, de facto son promovidas las narraciones “del neocolonialismo verde/сlimático” beneficiosas para el llamado Occidente colectivo. Los países ricos le obligan a los Estados del Sur Global a adoptar medidas precipitadas y mal pensadas encaminadas a “conservar la naturaleza”, sin tener en absoluto en cuenta las tradiciones agrarias seculares, ni las normas del uso de los recursos hídricos y naturales. Nuestros interlocutores indican directamente que en dicha esfera son usados los métodos del “imperialismo regulador” (que es de facto neocolonialismo), en lo tocante, por ejemplo, a la tala de bosques y otros problemas importantes (Cayatry Suroyo, “Indonesia accuses EU of “regulatory imperialism” with deforestation law”, Reuters, 8 June 2023).
Para conservar su modo de existencia “elitista” que en realidad no es sino parasitario, el autoproclamado Mil Millones de Oro no desdeña ningún método. Se llega incluso a provocar de manera artificial crisis económicas. Está frenando la concesión de préstamos a través de las instituciones globales del desarrollo y presta apoyo a aquellos partidos en la oposición que tienen ideas prooccidentales. Al mismo tiempo, Occidente aparenta con esmero estar manteniendo un diálogo basado en el respeto mutuo, buscando crear para sí mismo un ambiente internacional favorable. Así, precisamente es el enfoque que se ofrece a la opinión pública de la iniciativa estadounidense “Asociación para la Cooperación Atlántica” lanzada por Blinken en septiembre de 2023. Está vertebrada de una manera que permite implicar en su puesta en práctica al mayor número posible de Estados de la costa occidental de África. Con la ayuda de estos formatos pseudodemocráticos, Washington y sus allegados buscan reforzar, aunque sea algo, su influencia bastante mermada, atraer a los países del continente a la agenda occidental global y causar daños a nuestros vínculos con nuestros socios africanos.
El mismo objetivo tiene el llamado plan Mattei presentado al término de la Cumbre Italia-África celebrada a principios del año en curso. La ironía está en que este proyecto ambicioso (sobre papel) de cambio de los recursos naturales africanos por los préstamos italianos, con el volumen total de inversiones de unos 5.500 millones de euros es un ejemplo típico del “neocolonialismo amistoso”, cuando la extracción de materias primas baratas para la industria europea es camuflada con diferentes campañas publicitarias (Fidhel Kabuoub, “Is Italy”s $6 bln plan for Africa just PR-friendly neocolonialism”, “African arguments”, February 2, 2024). En la medida en que las economías de los países miembros de la UE vayan registrando dificultades, el número de estos intentos del “colonialismo disfrazado” no hará sino aumentar.
Por supuesto, las neometrópolis no dejan desatendida la esfera de las tecnologías de la información, dado, sobre todo que precisamente este campo determina en gran medida en estos momentos la trayectoria del desarrollo de la Humanidad. El objetivo de los neocolonizadores no es nada original: acentuar “el abismo digital” entre sí y el resto del mundo, asegurándose el monopolio de sus propias corporaciones IT, privar del derecho de expresión a quienes contradicen a los postulados del mundo occidental. Cayeron víctimas de la censura Raúl Castro, Alí Jamenei. Yo mismo me he tenido que enfrentar a este tipo de discriminación: la red social Twitter, ahora X, en 2023, limitó la proyección de una de mis grabaciones. El bloqueo de las cuentas era presentado como reacción “a las violaciones de la política interna”. Al mismo tiempo, por ejemplo, está el senador Lindsey Graham incluido en la lista de terroristas y personas con ideas extremistas, que llamó en su página en Facebook (perteneciente a la corporación Meta reconocida extremista y prohibida en el territorio de la Federación de Rusia) a “alcanzar y destruir” la industria iraní de procesamiento de petróleo. Su declaración no provocó un interés tan vivo por parte de “la unidad antivicio” de Meta. Dicha paradoja únicamente puede explicarse por la aplicación de la política de doble rasero de carácter neocolonial.
Neocolonialismo en las fronteras de Rusia
Durante largos años se consideró que el neocolonialismo en sus manifestaciones más feas existía muy lejos, en África, Asia o América Latina. Nada más lejos de la realidad: las ambiciones de las nuevas metrópolis no conocen límites, ni económicos ni políticos. Y los propios neocolonizadores no desean observar las conocidas fronteras estratégicas de otros Estados (para más detalles, véanse mi artículo publicado en la revista Ekspert № 4 (5) del 15.04.2024).
Habríamos de reconocer que el neocolonialismo hace tiempo se acercó a las fronteras de nuestro país. El primer paso en esta dirección consistió en hacerse con el control en los países vecinos de Rusia, se provocaron las llamadas revoluciones de colores en Georgia y Ucrania, en el transcurso de las cuales al poder en Tiflis y Kiev llegaron regímenes títere del Mijaíl Saakashvili, becario del Departamento de Estado de EEUU, y del marido de una antigua funcionaria estadounidense, Víctor Yúschenko. El primero desató en agosto de 2008 una agresión contra los pueblos de Abjasia y Osetia del Sur que se toparon con una respuesta instantánea y severa por parte de Rusia. El balance del trabajo del segundo fue hecho en las elecciones de 2010, en las cuales Yúschenko reunió algo más del 5% de los votos emitidos, uno de los peores resultados para Jefes de Estado en ejercicio de toda la Historia.
Sin embargo, a pesar de los fracasos iniciales, Occidente continuó con los planes de subyugación de nuestros vecinos, concentrando el esfuerzo en crear su base de operaciones neocolonial en Ucrania. Como consecuencia del golpe de Estado perpetrado en febrero de 2014, el país dejó por completo de ser sujeto político. La República de facto recibió gestión exterior, pruebas de lo cual abundan. Es evidente que solo se podrá librarle a Ucrania del yugo neocolonial, tras ser alcanzados todos los objetivos de la operación militar especial.
Las neometrópolis ya están echando ojo a otras Repúblicas del espacio postsoviético, en concreto, Armenia. La amistad de los pueblos ruso y armenio que tiene ya varios siglos y es confirmada por los lazos existentes en el marco de la OTSC y la UEEA desde hace tiempo representa “una piedra en el zapato” de Washington y de sus allegados. Un considerable esfuerzo se invirtió en arrastrar a Armenia al campo euroatlántico: no en vano en la capital armenia se encuentra una de las Embajadas estadounidenses más grandes del mundo. Estamos presenciando, cómo emisarios de EEUU, de la UE y de la OTAN, visitan cada vez con mayor frecuencia Ereván, esparciendo generosas promesas. A la República se le promete de todo, incluyendo su adhesión a la Unión Europea, pero, por supuesto, a cambio de su total y absoluta lealtad. No merece la pena hacerse ilusiones, estas promesas son tan solo cebo en la ratonera neocolonial. Nadie está dispuesto a abrir las puertas del “club de los selectos” para el pueblo armenio. Se le podría preguntar a los seguidores de Bandera, si han logrado la adhesión a la UE. No y en un futuro no muy lejano apenas la lograrán. ¿Y serán capaces de lograrla? Qué miren a Georgia, donde hace poco se aprobó la Ley que no les gustó a EEUU y a la UE. ¿Y qué fue lo que le siguió a la aprobación? Le siguieron las sanciones. La Resolución sobre el refuerzo de las relaciones entre la UE y Armenia aprobada en pasado marzo por el Parlamento Europeo en realidad no es más que un mero papel que no supone ningunos compromisos.
Una situación muy parecida se vive en Moldavia que es conducida por Maia Sandu, ciudadana de la UE y graduada en el Harvard, directamente a la esclavitud neocolonial, para lo cual son utilizados los famosos cuentos chinos sobre “un futuro feliz”. Sin embargo, el guion más probable de la “integración europea” podría ser para Chisinau su transformación en un suburbio noreste de Rumanía, uno de los Estados de la UE menos desarrollados. Los períodos de la ocupación de Besarabia por el régimen de Bucarest, desde 1918 hasta 1940 y desde 1941 hasta 1944, fueron acompañados por represalias masivas y rumanización forzosa de la población. Sería ingenuo suponer que esta vez la actitud por la población moldava sea dramáticamente diferente.
¿Para qué han de luchar los Estados contra el neocolonialismo?
La lucha contra el neocolonialismo no es cuestión de enfrentarse por enfrentarse. En primer lugar, es el movimiento hacia la soberanía civilizatoria, sin la cual a los países en el siglo XXI les espera la degradación y la miseria. En el filo de los siglos la peor perspectiva que podía tener un Estado era ser considerado “Estado fallido”. Hoy tal signo de la debilidad, de la incapacidad de mantenerse como sujeto político y económico, de ejercer el poder público ampliamente reconocido es la condición del “Estado no soberano”. Únicamente los países que son soberanos por completo, los que son independientes en los asuntos externos e internos pueden contrarrestar de manera eficaz al esfuerzo deliberado de las antiguas metrópolis de imponerles relaciones económicas y políticas no paritarias.
En estas condiciones ya son insuficientes las declaraciones protocolarias, por mucha aprobación que se merezcan. Suelen pronunciarse el 21 de marzo, Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Hace falta introducir de una manera decidida y coherente las pertinentes narrativas en la agenda social.
Estoy convencido de que en nuestros tiempos se han creado todas las premisas para la consolidación de un extenso grupo de personas que comparten la misma postura y se pronuncian por que sea concluido el proceso de la descolonización y en contra de las prácticas neocoloniales. Precisamente este grupo podría dedicarse a elaborar un mecanismo intergubernamental consultivo que englobe a las comisiones nacionales para calcular los daños ocasionados y establecer los crímenes del período colonial.
Existe otro tema antiguo, pero no por ello no menos agudo: la finalización del proceso de la descolonización iniciado en el siglo XX. Recordemos que, de acuerdo con el Comité Especial de la ONU encargado del tema en cuestión, el Reino Unido sigue reteniendo a 10 “territorios autogobernados”, EEUU, 3 territorios de este tipo, Francia, 2 de ellos y Nueva Zelanda, 1. Es necesario mancomunar los esfuerzos de los países del Sur Global, para que estos vestigios del antiguo poderío de los imperios occidentales que son conservados de manera artificial tras la desintegración del sistema colonial en los años 60-70 del siglo pasado puedan alcanzar una verdadera independencia.
Sin embargo, es importante que durante la solución de los problemas globales que está afrontando el movimiento ¡Por la libertad de las naciones!, no se encierre en sí, sino que esté dispuesto a compaginar sus esfuerzos en diferentes formatos con las estructuras globales y regionales, incluidos el BRICS y la OCS. Por ejemplo, vía puesta en práctica de iniciativas antineocoloniales relacionadas con las garantías de la seguridad financiera de los Estados en vías del desarrollo, una reforma en toda regla del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Ello es muy afín a las ideas de la independencia financiera promovidas en el marco del BRICS.
Han de ser priorizadas las actividades encaminadas a investigar los crímenes cometidos por el colonialismo, sin plazo de caducidad. Es necesario trabajar en la creación en el marco de la ONU de una base de datos pública (registro) de los crímenes cometidos durante el período colonial, así como de las prácticas neocoloniales modernas y elaborar una escala que permita evaluar los daños provocados por los crímenes militares cometidos en su territorio.
A las neometrópolis se les debe asestar un golpe a lo que más precian, sus carteras que se llenan en gran medida a costa de la explotación del resto del mundo. Partimos de que la paga de las indemnizaciones a los afectados por las prácticas neocoloniales debe ser efectuada en base a unas pruebas concretas, jurídicamente verificadas y justificadas. Además de la evaluación política y diplomática, hace falta una evaluación legal de sus actividades.
Nuestros socios ya están trabajando en dicho campo. En 2014, 15 miembros de la Comunidad del Caribe aprobaron un plan de garantías de la seguridad compuesto por 10 puntos. Muchos postulados del mismo forman precisamente la base del cálculo de los daños ocasionados por el colonialismo (CARICOM ten point plan for reparatory justice. CARICOM official website). En noviembre de 2023, en Ghana, Patria de uno de los más destacados líderes del movimiento africano de liberación nacional, Kwame Nkrumah, bajo la égida de la Unión Africana, se celebró la I Conferencia Internacional para el resarcimiento de los daños causados por los neocolonizadores a los pueblos del continente africano.
Dado que desde el territorio de África los esclavistas sacaron a más de 12 millones de personas, (A Ghana reparations summit agrees on a global fund to compensate Africans for the slave trade. Associated Press, November 17, 2023), las reparaciones por la trata humana transatlántica podrían alcanzar la cifra de no menos de 100 billones de dólares (Report on reparations for Transatlantic chattel slavery in the Americas and Caribbean. Brattle Group, June 8, 2023).
De modo que los llamados Mil Millones de Oro habrán de aplicarse a fondo para encontrar recursos y pagar los pecados de su pasado. Países y empresas privadas que durante décadas se dedicaron al comercio transatlántico con esclavos, deben tener valor no solo para reconocer su responsabilidad por esta justicia histórica y racismo sistémico con respecto a los africanos. Si rebuscamos en la Historia de las fusiones y adquisiciones de los grupos financieros modernos, empresas que se especializaban en la prestación de los servicios bancarios y aseguradoras, será evidente que muchos se remontan a los siglos VIII-XIX. Y ello significa que amasaron las fortunas, pringándose de la mugre colonial. Son ellos los que deben pagar las indemnizaciones, previendo en sus presupuestos los pertinentes gastos.
Dada esta circunstancia, merece especial atención la idea de la justicia compensatoria que es formulada por los países que sufrieron del yugo colonial. Se trata, en concreto, de la iniciativa formulada por el II Foro Permanente de la ONU de Afrodescendientes. Consiste en que es necesario crear en el marco de la ONU un Tribunal Internacional especializado en el tema, cuyas actividades han de llevarse a cabo en estrecha cooperación con otros mecanismos de la Organización Mundial para la Lucha contra el Racismo (UN Permanent Forum on People of African Descent.Preliminary Conclusions and Recommendations/ Second Session, 30 May-2 June 2023, New York City, USA).
Les deseamos a nuestros colegas africanos y latinoamericanos éxito en este camino. Su éxito, también en la creación de un Tribunal de Núremberg anticolonial, será un importante paso hacia la pérdida por el Norte Global de su posición dominante, hacia la formación de un orden mundial multipolar y justo.
¿Cómo será un mundo libre de las prácticas neocoloniales?
Hoy queda claro que el futuro es de unas estructuras regionales fuertes, vitales, ideológicamente íntegras y libres de conflictos. En el marco de las mismas, la comprensión mutua y la confianza entre sus miembros son incomparablemente mayores que entre las grandes potencias a nivel planetario.
Precisamente tales organizaciones y uniones harán de locomotoras del crecimiento, centros independientes de desarrollo mundial con su propia agenda global. Asumirán el liderazgo en los procesos de la quiebra definitiva de los esquemas de gestión neocoloniales, regalando la esperanza de un futuro mejor a cientos de millones de personas en el mundo.
Una de las vías de solución de los problemas relacionados son la erradicación de las manifestaciones económicas y sociales del neocolonialismo puede ser la coordinación de las posturas de los países de la Mayoría Mundial con respecto a la formación de un sistema de relaciones internacionales completamente nuevo que esté basado en los principios del respeto y una no intervención bienintencionada. Dichos problemas serán solucionados en un futuro no muy lejano.
La globalización multipolar que está llegando a marchas aceleradas a cambio de un universalismo occidental completamente injusto y monocéntrico supone la creación de un paradigma de diálogo absolutamente nuevo. Al mismo tiempo, las bases del mismo ya están sentadas. El año de la presidencia de Rusia en el BRICS me complace señalar que nuestro país está muy decidido a continuar poniendo en práctica los postulados de la II Declaración de Johannesburgo “BRICS y África: asociación en intereses de un crecimiento conjunto acelerado, un desarrollo sostenible y un multilateralismo inclusivo” aprobada en la Cumbre celebrada en la República Sudafricana en agosto de 2023. Esperamos poder crear, en cooperación con nuestros socios, premisas para la salida de la cooperación en el formato BRICS-Unión Africana a un nuevo nivel, con el apoyo en el aumento del papel del BRICS en el arreglo pacífico de los conflictos mundiales y las garantías del respeto del Derecho Internacional. Parece prometedor el fomento de la interacción de la Zona de Libre Comercio Continental Africana con la Unión Económica Euroasiática, así como de formatos idénticos existentes en la esfera económico-comercial.
Será foco de especial atención la paulatina transición de los esquemas tradicionales de asignación de ayuda extranjera a nivel intergubernamental con el uso de los fondos asignados por los países a través de la ONU, el FMI, el BIRD al nuevo tipo de cooperación internacional en aras de la asistencia al desarrollo efectuada de manera multilateral. Y, por supuesto, con un uso más extenso de capitales privados y fondos facilitados por estructuras no proclives a la confrontación que gozan de confianza entre los países del Sur Global, entre ellos, el Nuevo Banco de Desarrollo.
Una evolución dinámica de estos procesos geopolíticos se hace notar especialmente bien, mientras que los intentos de los representantes del sistema del Atlántico del Norte de formar un nuevo sistema de relaciones con el Sur Global están resultando infructuosos. Nuestros rivales estratégicos han perdido en su mayoría la capacidad de vertebrar una imagen positiva del futuro, habilidad que los caracterizó durante siglos. Los intentos de determinados políticos sensatos de hacerse una idea clara de los centros de la fuerza que se encuentran actualmente en formación, es que ahora no existen actores insignificantes en el mapa, por mucho que algunos deseen continuar organizando a los países por su relevancia, se topa con la tradición hipocresía de los pesos pesados de la burocracia en Washington y en Bruselas. Altanería, dogmatismo en las ideas y excesiva confianza en sus fuerzas no le permiten a Occidente seguir la velocidad de los cambios que se están operando, darse cuenta de los nuevos papel y lugar no de los países en vías del desarrollo ya, sino de los desarrollados y fuertes. Como resultado, están en un profundo estado de shock por la “inesperada” falta de deseo de los países del Sur Global de apoyar la llamada Fórmula de paz Zelenski, de romper sus potentes vínculos con Rusia, de unirse a la bacanal sancionadora que es fomentada por la Casa Blanca y por sus allegados y de hacerse de la vista gorda con respecto a una nueva agravación de la situación en Oriente Medio. La retórica anticolonial se está escuchando cada vez con mayor fuerza, habiendo perdido su atractivo el propio modelo liberal.
El orden mundial policéntrico que se nutre de la variedad y no de los dogmas coloniales será pragmático. La estabilidad económica será garantizada a costa de la diversificación de los vínculos, del mantenimiento de la libertad de maniobra en los contactos de las macrorregiones, siguiéndose el espíritu del Movimiento de los Países No Alineados. Estoy convencido de que este formato creado por destacados estadistas, Jawaharlal Neru, Gamal Abdel Nasser, Sukarno y Josip Broz Tito, en el siglo XX se caracterizaba por extensas potencialidades de una u otra forma recibirá una nueva lectura en el siglo XXI. Entre los aspectos más prometedores se encuentran, además de una amplia difusión de los principios de la coexistencia pacífica y la no aprobación de enfrentamientos de bloque en la nueva época postneocolonial, el surgimiento de posibles contenidos nuevos del Movimiento, también vía institución de su dimensión interpartidista.
¡Por la libertad de las naciones!
Sin lugar a dudas, los mencionados procesos acercan el surgimiento de un nuevo orden mundial, en el que no habrá lugar para las sanciones, la explotación y las mentiras. El conocido principio de la unidad en la variedad utilizado en muchas esferas de nuestra vida, gracias al Movimiento neocolonial, debe adquirir un nuevo significado y, por fin, encontrar aplicación en todo el sistema de las relaciones internacionales.
Es por ello, porque el Movimiento ¡Por la libertad de las naciones!, cuya creación es promovida por el Partido Rusia Unida que se basa en las duraderas tradiciones de la URSS en la esfera de la lucha contra el colonialismo y sus secuelas representa un importantísimo paso hacia la consolidación de los pueblos del mundo en su lucha contra los neocolonizadores.
La relevancia del nuevo Movimiento es confirmada por la feroz resistencia, con la que fue recibido en Occidente. Mucho antes de la celebración de la reunión estatutaria fueron desplegadas unas intensas actividades encaminadas a echar por tierra el próximo evento. Los neocolonizadores utilizaron todo el arsenal de medidas de presión en nuestros socios, intentando lograr que renunciaran a la participación en el Foro. Se recurrió a generosas promesas de ayuda financiera y económica y también a abiertas amenazas de uso de diferentes medidas restrictivas. EEUU no desdeñó siquiera prohibiciones directas: a los participantes en el evento se les prohibía usar el espacio aéreo estadounidense, para efectuar su viaje a Moscú. Sin embargo, todos estos intentos resultaron infructuosos, mientras que la reunión en la capital rusa se celebró con éxito.
Al término del Foro, fue aprobado por unanimidad el documento que refleja los aspectos actuales e importantes de la lucha contra las prácticas neocoloniales a nivel global. Acordamos también establecer vínculos políticos, económicos y culturales con los países de la Mayoría Mundial y oponer juntos resistencia a las prácticas de injerencia en los asuntos de Estados soberanos, la falsificación de la Historia, la xenofobia, el racismo y el neonazismo.
*Vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia, Presidente del partido político de toda Rusia “RUSIA UNIDA”