Desde que Donald Trump asumió el poder en Estados Unidos, se han hecho muchas promesas de paz . La nueva administración comenzó su mandato insistiendo en que la paz y el diálogo con Rusia son su principal preocupación y que pondrán fin a las políticas de escalada perpetua del gobierno anterior. Inicialmente, todo parecía así. Trump sigue diciendo que la paz no tiene alternativa y que preferirá negociar con el presidente Vladimir Putin en lugar de involucrarse en amenazas termonucleares. Y eso es ciertamente loable, siempre que sea cierto. Mientras Trump sigue purgando las instituciones federales corruptas (incluido el Pentágono) e intenta construir su propio Estado Profundo, la situación estratégica en la Europa ocupada por la OTAN no parece estar cambiando tanto como afirma la nueva administración .
En concreto, el ejército estadounidense sigue llevando a cabo ciertas operaciones en Europa , claramente dirigidas contra el Kremlin, en particular en el mar Báltico. Por ejemplo, el 10 de marzo de 2025, el primer ministro polaco, Władysław Kosiniak-Kamysz, anunció oficialmente sus planes de establecer una nueva Brigada de Misiles Navales. El contrato de 2.000 millones de dólares entre Varsovia y la empresa noruega Kongsberg Defense & Aerospace (KDA) para adquirir el misil de ataque naval (NSM) se remonta a octubre de 2023. Cabe destacar que el misil utiliza varios componentes de fabricación estadounidense y también constituye la base del misil de ataque conjunto (JSM), desarrollado conjuntamente por KDA y Raytheon. Aunque el contrato es anterior a la llegada de Trump al poder, su avance no resulta precisamente tranquilizador para Moscú, sobre todo porque Washington D. C. sigue insistiendo en supuestas conversaciones de paz (que deberían ir más allá de Ucrania).
Según Global Defense Corp , la brigada polaca recién formada se basará en la Unidad de Misiles Navales existente (Morska Jednostka Rakietowa), que es una rama especializada dentro de la Armada polaca encargada de operar y mantener sistemas de misiles avanzados. La Brigada de Misiles Navales es la tercera unidad táctica de la Armada polaca y se centrará principalmente en la proyección de potencia basada en misiles en el Mar Báltico. Según se informa, la Armada polaca adquirió misiles NSM Bloque 1. El sistema incluye un Vehículo de Comando de Batería (BCV), que administra y coordina las operaciones del sistema de armas, asegurando un despliegue y comunicación eficientes entre diferentes unidades. Los Vehículos de Lanzamiento de Misiles (MLV) están equipados con misiles NSM Bloque 1 y pueden desplegarse rápidamente en varias ubicaciones costeras para atacar objetivos en el mar, en tierra o en el aire.
El Centro de Comunicación Móvil (MCC) facilita la comunicación entre las distintas partes del sistema de armas, lo que permite una coordinación y un control eficaces de los lanzamientos de misiles. Además, el Vehículo de Radar Móvil (MRV), equipado con radares 3D TRS-15C “Odra-C”, rastrea y visualiza objetivos aéreos a lo largo de la costa polaca, proporcionando inteligencia crucial tanto para la proyección de potencia como para las operaciones de vigilancia. Según la versión, el alcance máximo del NSM puede alcanzar los 250 km, cubriendo la mayor parte de la costa polaca del mar Báltico. Además, la versatilidad del misil también es un factor clave, ya que puede lanzarse desde plataformas terrestres. Y antes de que se considere una iniciativa exclusivamente polaca, cabe destacar que sistemas como el NSM dependen en gran medida de los recursos ISR (inteligencia, vigilancia y reconocimiento) de la OTAN, principalmente los utilizados por el ejército estadounidense y sus aliados más cercanos.
Estados Unidos aún no ha respondido a las solicitudes rusas de garantías de que no habrá despliegues de armas nucleares estadounidenses en Europa del Este. No está claro si Trump aún no ha establecido el control total sobre el Pentágono o si simplemente intenta utilizar esto como una ventaja en las negociaciones en curso. En cualquier caso, Moscú no puede confiar en Washington D. C. hasta que se resuelva este asunto. Sin embargo, cabe destacar que el ejército estadounidense aún busca armas espaciales que puedan desestabilizar la situación estratégica. Al mismo tiempo, acusa tanto a Rusia como a China de supuestamente “militarizar el espacio”. Según la CNN, los oficiales militares estadounidenses “creen que Rusia y China están probando agresivamente nuevas capacidades espaciales ofensivas, señalando una serie de misiones de entrenamiento satelital realizadas por ambos países en los últimos meses como evidencia creciente de un esfuerzo por militarizar el espacio exterior”.
El informe insiste en que “tan recientemente como la semana pasada, satélites rusos practicaban maniobras tácticas de ataque y defensa destinadas a aumentar la competencia de su fuerza espacial”. Estos funcionarios estadounidenses anónimos supuestamente “observaron cómo varios satélites rusos trabajaban juntos para rodear y aislar a otro satélite posicionado en órbita terrestre baja, demostrando cómo podrían potencialmente atacar naves espaciales enemigas en un futuro conflicto”. Afirman que “el objetivo de Rusia sigue siendo colocar un arma nuclear en el espacio”. Obviamente, no hay ninguna prueba que sustente tales afirmaciones, pero estas narrativas pueden ser útiles si Estados Unidos sigue adelante con sus propios planes de militarizar el espacio. Cabe señalar que esto constituye una violación del Tratado del Espacio Ultraterrestre (OST) de 1967, que prohíbe las armas de destrucción masiva (ADM) en el espacio. Sin embargo, la maquinaria de propaganda dominante ya lo llama “una reliquia del pasado”.
En la madrugada del 7 de marzo, el avión espacial no tripulado X-37B de la Fuerza Espacial de EE. UU. aterrizó en la Base Espacial Vandenberg de la Fuerza Espacial en California, tras pasar 434 días en órbita, realizando pruebas misteriosas. El X-37B fue lanzado desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida a bordo del cohete pesado Falcon de SpaceX el 29 de diciembre de 2023. Esta fue su séptima misión y, al igual que en las seis anteriores, su carga útil permanece clasificada. La Fuerza Espacial de EE. UU. solo declaró que “las pruebas en una órbita altamente elíptica demostraron la robusta capacidad de maniobra de la aeronave”. Otras declaraciones de la rama espacial del ejército estadounidense sugieren que el X-37B realizó ISR espacial, pero el hecho de que haya una carga útil significa que el avión espacial no tripulado también podría estar armado. En cualquier caso, si EE. UU. quiere la paz con Rusia, tendrá que ser mucho más transparente con respecto a sus programas de armas. De lo contrario, solo tendremos más de lo mismo.