Lista de las razones que da el artículo:
1. SE REQUIEREN DOS DOSIS Y ESPERAR 7 DIAS DESDE LA SEGUNDA DOSIS
La primera es que la vacuna de BioNTech y Pfizer que ha empezado a administrarse requiere dos dosis, entre las que transcurren 21 días. “Entre una y otra aún tenemos riesgo de adquirir la infección”, explica Ruth Figueroa, portavoz del grupo de vacunas de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). Y, aún con los dos pinchazos, el efecto no es inmediato. “La vacuna tiene que trabajar, como el resto de vacunas que conocemos, y eso lleva un tiempo”, recuerda. Se calcula que deben pasar siete días desde la segunda dosis para que sea efectiva. En total, desde la primera puesta, pasa un mes en el que seguimos desprotegidos.
2. COMO LA VACUNA SÓLO PROTEGE EL 95%, HAY QUE SEGUIR USANDO MASCARILLA POR SI TE TOCA EL 5% NO EFECTIVO
Después de ese mes tampoco podremos dejar de usarla porque, aunque el porcentaje de efectividad de esta vacuna sea muy alto, no alcanza el 100%. Así que, según Figueroa, no se puede bajar la guardia: “Sabemos que la vacuna nos va a proteger muchísimo, al menos un 95%, pero no un 100%”, afirma y recuerda que no hay manera de saber quién se encontrará en ese 5%. Así que hay que seguir poniendo en práctica las medidas de prevención: lavarse las manos con frecuencia, mantener la distancia social y, sí, la dichosa mascarilla.
3. COMO NO SE PODRÁ VACUNAR A TODA LA POBLACION MUNDIAL, HAY QUE SEGUIR LLEVANDO LA MASCARILLA POR SI ALGUIEN LO TIENE
Hay una tercera razón para no confiarnos en exceso. La vacunación que comenzó el pasado domingo en España pasará a la historia de la humanidad por ser la vacunación masiva más grande y rápida conocida jamás. Todo un reto con el que se evitarán muchas muertes. Sin embargo, no se llegará a vacunar a los 7.700 millones de personas del planeta. Y mientras haya personas no vacunadas, hay riesgo de que el virus siga moviéndose libremente.
4. LOS VACUNADOS PODRÍAN SEGUIR CONTAGIANDO
Tampoco se sabe si los vacunados podrán contagiar en caso de que entren en contacto con el virus. “Existe la posibilidad. El objetivo es que no se transmita y que si sufrimos la enfermedad seamos lo menos transmisores posible. A lo mejor lo pasamos como un resfriado tan sencillo que ni nos damos cuenta, precisamente porque estamos vacunados, pero existe la incertidumbre de si contagiaríamos”, explica Figueroa.
5. NO SABEMOS CUANTO TIEMPO DURA LA “INMUNIDAD” NI SI APARECERAN NUEVAS CEPAS
“No podemos confiar en la inmunidad de rebaño, ya que no sabemos aún cuánto tiempo durará la inmunidad proporcionada por la vacuna, o si el virus irá mutando [algo que ya ha hecho: hace tan solo unos días, el Reino Unido notificaba una nueva cepa aún más contagiosa] y tendremos que vacunarnos cada año, como ocurre con la gripe. Por tanto, debemos seguir desarrollando vacunas de varios tipos que alcancen