El orden mundial judío se encuentra en el Antiguo Testamento

“¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas?2 Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo:

3 Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas.

4 El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos.

5 Entonces les hablará en su furor, Y los afligirá con su ira.

6 Pero yo he puesto mi rey Sobre Sión, mi santo monte.

7 Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy.

8 Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y�como posesión tuya los confines de la tierra.

9 Los quebrantarás con vara de hierro; Como vaso de alfarero los desmenuzarás.

10 Ahora pues, oh reyes, sed sabios; sed instruidos, vosotros los jueces de la tierra.

11 Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor.

12 Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encienda un poco su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.

Durante 2.500 años, el pueblo judío, no sólo los zoharistas y los talmudistas, sino el pueblo judío en su conjunto, ha esperado ansiosamente la llegada de este rey judío genocida que exterminará a los gentiles. Este plan es anterior al Zohar en al menos 1.700 años y anterior al Talmud en al menos 700 años.

Continuando con el cántico del Rey Serpiente,�el Salmo 18:40-50 declara:

“40 Me entregaste también las espaldas de mis enemigos, para que yo destruyera a los que me aborrecen.41 Clamaron, y no hubo quien los salvase; clamaron a Jehová, pero no les respondió.

42 Entonces los molí como polvo delante del viento; los eché fuera como lodo de las calles.

43 Me has librado de las contiendas de los pueblos, Y me has puesto por cabeza de las naciones; Un pueblo que no conocía me sirvió.

44 Cuando oigan de mí, me obedecerán; los extraños se someterán a mí.

45 Los extraños se espantarán, y temerán desde sus escondrijos.

46 Viva Jehová, y bendita sea mi roca, y ensalzado sea el Dios de mi salvación.

47 Dios es el que me venga, Y sujeta pueblos debajo de mí.

48 Él me libra de mis enemigos, Sí, me levantas de mis enemigos; Me has librado del hombre violento.

49 Por eso yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, Y cantaré a tu nombre.

50 Gran salvación da a su rey, Y muestra misericordia a su ungido, A David, Y a su descendencia para siempre.

El Salmo 72:8-11 dice:

“8 Dominará también de mar a mar, y desde el río hasta�los confines de la tierra.9 Los que moran en el desierto se inclinarán ante él, y sus enemigos lamerán el polvo.

10 Los reyes de Tarsis y de las islas traerán presentes; los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán presentes.

11 Sí, todos los reyes se postrarán delante de él; todas las naciones le servirán.

El Salmo 110:1-7 dice:

“Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.2 Jehová enviará desde Sión la vara de tu poder; Domina en medio de tus enemigos.

3 Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder, En la hermosura de la santidad, Desde el seno de la aurora; Tú tienes el rocío de tu juventud.

4 Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec.

5 Jehová está a tu diestra; herirá a los reyes en el día de su ira.

6 Él juzgará entre las naciones, llenará los lugares de cadáveres; herirá las cabezas en muchas tierras.

7Beberá del arroyo en el camino, Por tanto, levantará la cabeza.

Para que nadie se deje engañar por los judíos mentirosos que afirmarán que ningún judío hoy cree en esta mitología odiosa y genocida, que lean�La utopía judía del judío Michael Higger; o que den testimonio de las palabras del primer Primer Ministro del Estado judío de Israel, David Ben-Gurion,

“Con excepción de la URSS, como estado federado euroasiático, todos los demás continentes se unirán en una alianza mundial, a cuya disposición estará una fuerza policial internacional. Todos los ejércitos serán abolidos y no habrá más guerras. En Jerusalén, las Naciones Unidas (unas Naciones�Unidas auténticas ) construirán un Santuario de los Profetas para servir a la unión federada de todos los continentes; ésta será la sede del Tribunal Supremo de la Humanidad, para resolver todas las controversias entre los continentes federados, como profetizó Isaías.”

No nos salvaremos de la maldición de exterminio del dios judío mitológico romantizando con mentiras la naturaleza y la misión del pueblo judío, que siempre ha sido dominar y destruir la vida humana. Debemos enfrentar esta amenaza de frente y poner fin a la agresión genocida judía contra la humanidad. En un próximo artículo, tengo la intención de citar lo que dijo el profeta Isaías de Ben-Gurion, y cómo planeó que el pueblo judío esclavizara a los gentiles, robara sus riquezas y luego los exterminara sin dejar a nadie con vida en la “nueva tierra” que solo conocerá a los “elegidos”, es decir, los judíos.

Que todos los que dudan reflexionen sobre las decenas de millones, si no cientos de millones, de judíos comunistas asesinados en masa en la Unión Soviética, la China comunista y la Camboya comunista. Presten especial atención al hecho de que los judíos atacan a los más brillantes y mejores en las oleadas iniciales de su genocidio para dejar a los gentiles genéticamente inferiores y sin líder. Esa es la mentalidad perversa del pueblo judío que opera en nuestro mundo moderno.

El supremacismo judío en la Torá propiamente dicha

Mucho antes de que el Talmud y la Cábala contaminaran el mundo, los judíos ya habían trazado su plan para dominar el mundo. En su obra más antigua, el Pentateuco, que da inicio al Antiguo Testamento, los judíos decidieron ser usureros y amos de esclavos del resto de la humanidad. La literatura judía de odio conocida por los goyim como�Deuteronomio afirma en el capítulo 7, versículo 6, que los judíos son superiores a los no judíos a los ojos del malvado Dios racista judío:

“Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.”

El odio, el racismo y el supremacismo continúan en�Deuteronomio , donde el judío se dice a sí mismo que no debe ser usurero de otros judíos, sino que debe chupar la sangre de los goyim, en el capítulo 15, versículo 6, y nota que los judíos se autodenominaban Shylocks muchos siglos antes del período medieval y que su intención ha sido desde el principio utilizar la usura para conquistar la Tierra y esclavizar a la humanidad:

“Porque Jehová tu Dios te habrá bendecido, como te ha prometido; y a muchas naciones prestarás, mas tú no tomarás prestado; y reinarás sobre muchas naciones, mas ellas no reinarán sobre ti.”

y,�Deuteronomio , capítulo 23, versículo 20:

“Del extranjero podrás exigir interés, pero de tu hermano no exigirás interés, para que te bendiga Jehová tu Dios en toda empresa de tus manos en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.”

Los judíos no contentos con simplemente robar la riqueza del resto de la humanidad mediante la usura, están decididos a enterrar a todos los goyim, como queda claro en�Deuteronomio , capítulo 28, versículos 1-13:

“1 Y acontecerá que, si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra;2 Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.

3 Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.

4 Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.

5 Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.

6 Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.

7 Jehová entregará a tus enemigos que se levanten contra ti, heridos delante de tu rostro; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti.

8 Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano, y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.

9 Jehová te confirmará por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos.

10 Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán.

11 Y Jehová te hará sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia y en el fruto de tu tierra, en la tierra que juró Jehová a tus padres que te había de dar.

12 Jehová te abrirá su buen tesoro, los cielos, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos; y prestarás a muchas naciones, y tú no tomarás prestado.

13 Y te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres a los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y los cumplas.

Desde el primer libro de la literatura de odio judía del Antiguo Testamento,�Génesis , capítulo 47, versículos 1-31, encontramos el método judío de contraer el suministro de dinero para destruir una economía y esclavizar a los goyim, que reapareció en�Los Protocolos de los Sabios Sabios de Sión unos 2.400 años después:

“1 Entonces vino José y lo hizo saber a Faraón, y dijo: Mi padre y mis hermanos, sus ovejas y sus vacas, y todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí están en la tierra de Gosén.2 Y tomó de sus hermanos cinco hombres, y los presentó delante de Faraón.

3 Entonces Faraón dijo a sus hermanos: ¿Cuál es vuestro oficio? Y ellos respondieron a Faraón: Pastores de ovejas somos tus siervos, así nosotros como nuestros padres.

4 Dijeron además a Faraón: Para morar en esta tierra hemos venido, pues no hay pasto para las ovejas de tus siervos, pues el hambre es grave en la tierra de Canaán; te rogamos, pues, que permitas que tus siervos habiten en la tierra de Gosén.

5 Y habló Faraón a José, diciendo: Tu padre y tus hermanos han venido a ti;

6 La tierra de Egipto está delante de ti; en lo mejor de la tierra haz que tu padre y tus hermanos habiten en la tierra de Gosén; y si sabes entre ellos hombres virtuosos, ponlos por mayorales de mis ganados.

7 Y José introdujo a Jacob su padre, y lo presentó delante de Faraón; y Jacob bendijo a Faraón.

8 Y Faraón dijo a Jacob: ¿Cuántos años tienes?

9 Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.

10 Y Jacob bendijo a Faraón, y salió de delante de Faraón.

11 Y José hizo habitar a su padre y a sus hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramesés, como Faraón lo había mandado.

12 Y José sustentó a su padre, y a sus hermanos, y a toda la casa de su padre, con pan según las familias.

13 Y no había pan en toda la tierra, porque el hambre era muy grave, y la tierra de Egipto y toda la tierra de Canaán desfallecían de hambre.

14 Y recogió José todo el dinero que se halló en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, por el trigo que compraban; y metió José el dinero en casa de Faraón.

15 Y cuando faltó el dinero en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, todos los egipcios vinieron a José, y dijeron: Danos pan; ¿por qué moriremos delante de ti, pues el dinero se ha acabado?

16 Y José dijo: Dad vuestros ganados, y si el dinero os faltare, yo os daré por vuestros ganados.

17 Y trajeron sus ganados a José, y José les dio pan a cambio de caballos, de ovejas, de ganados de las vacas y de asnos; y los sustentó con pan por todos sus ganados aquel año.

18Y pasado aquel año, vinieron a él el segundo año, y le dijeron: No encubriremos a mi señor que nuestro dinero se ha acabado; también nuestros ganados son de mi señor; no ha quedado nada a los ojos de mi señor, excepto nuestros cuerpos y nuestras tierras.

19 ¿Por qué hemos de morir delante de tus ojos, nosotros y nuestra tierra? Cómpranos, a nosotros y a nuestra tierra, por pan, y seremos nosotros y nuestra tierra siervos de Faraón; y danos semilla para que vivamos, y no muramos, para que la tierra no quede desolada.

20 Y compró José toda la tierra de Egipto para Faraón; porque los egipcios vendieron cada uno sus tierras, porque el hambre se agravó sobre ellos; y la tierra vino a ser de Faraón.

21 Y en cuanto al pueblo, lo hizo trasladar a las ciudades, desde un extremo de la frontera de Egipto hasta el otro extremo.

22 Solamente no compró la tierra de los sacerdotes, porque los sacerdotes tenían parte asignada de Faraón, y comían la parte que Faraón les daba; por tanto, no vendieron sus tierras.

23 Entonces José dijo al pueblo: He aquí yo os he comprado hoy a vosotros y a vuestras tierras para Faraón; aquí tenéis semilla, y sembraréis la tierra.

24 Y acontecerá que en los aumentos daréis la quinta parte a Faraón, y las cuatro partes serán vuestras para sembrar las tierras, y para vuestro mantenimiento, y para los de vuestras casas, y para el mantenimiento de vuestros niños.

25 Y ellos dijeron: Nos has librado la vida; hallemos gracia en los ojos de mi señor, y seamos siervos de Faraón.

26 Y puso José por ley sobre la tierra de Egipto hasta hoy, dando a Faraón el quinto; excepto solamente la tierra de los sacerdotes, que no fue de Faraón.

27 Y habitó Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; y poseyeron allí, y crecieron y se multiplicaron en gran manera.

28 Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años; y fue el total de los años de Jacob ciento cuarenta y siete años.

29 Y se acercó el tiempo de la muerte de Israel; y llamó a José su hijo, y le dijo: Si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y que me hagas misericordia y verdad; te ruego que no me sepultes en Egipto.

30 Pero yo dormiré con mis padres, y tú me sacarás de Egipto y me sepultarás en su sepulcro. Y él respondió: Haré como has dicho.

31 Y él dijo: Júramelo. Y él le juró. Entonces Israel se inclinó sobre la cabecera de la cama.

Así que la próxima vez que algún criptojudío tartamudo y traficante de oro en los “medios alternativos” le mienta, mientras lucha infructuosamente por hablar con oraciones completas, y afirme con el descaro que sólo un judío puede manejar, que la Torá es muy diferente del Talmud, la Cábala y�Los Protocolos de los Sabios Sabios de Sión , cítele algunas palabras de su literatura de odio del Antiguo Testamento y pídale que explique la diferencia.

El dios judío genocida ordena a los judíos exterminar a los goyim

Plagiando la mitología egipcia de Horus y Set, los judíos se propusieron explicar su odio genocida hacia los no judíos acusando a los goyim de odiar a los judíos. Los judíos repitieron esta mitología de Esaú y Jacob en el primer libro del racista Antiguo Testamento para enseñar a cada generación de judíos a odiar, temer y tratar de exterminar a los no judíos.

La mitología de Esaú y Jacob es uno de los tres principales pretextos religiosos que utilizan los judíos para educar a sus hijos para que sean racistas genocidas. Otro es la mitología judía del “Dios celoso”, en la que se enseña a los judíos a no casarse con no judíos, a matar a los no judíos y a apostatar a los judíos, para que ningún judío llegue a adorar a “dioses extranjeros”. La intolerancia agresiva y genocida judía hacia los no judíos basada en el mito judío del “Dios celoso” aparece, entre otros lugares, en�Éxodo 34:11-17:

“11 Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí yo echo de delante de ti al amorreo, al cananeo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo. 12 Guárdate de hacer alianza con los moradores de la tierra adonde vas, para que no te sean tropiezo en medio de ti; 13 sino que destruirás sus altares, quebrarás sus imágenes, y talarás sus imágenes de Asera. 14 Porque no te inclinarás a ningún otro dios, porque Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es. 15 No hagas alianza con los moradores de la tierra, porque ellos fornicen tras sus dioses, y ofrezcan sacrificios a sus dioses, y te inviten, y comas de sus sacrificios; 16 y tomes de sus hijas para tus hijos, y sus hijas fornicen tras sus dioses, y hagan que tus hijos fornicen con ellos. 17No te harás dioses de fundición.

La tercera mitología judía racista que hace que los judíos sean asesinos para el resto de la humanidad es el odioso mito de que los judíos tienen una sangre única y divina que debe ser preservada para que se mantenga el orden del universo, y que la sangre de los no judíos es satánica y debe ser borrada. Este mito se afirma en todo el Antiguo Testamento, incluyendo�Génesis 28:1, 6.�Éxodo 34:16.�Levítico 20:26.�Números 23:9.�Deuteronomio 7:1-6.�Esdras 9.�Nehemías 9:2; 13:3, 23-30. Vea mi artículo:

¿Por qué los israelíes asesinan en masa a los musulmanes? 15 de febrero de 2007

Muchos de los personajes mitológicos principales del Antiguo Testamento sirven como lecciones para todas las generaciones de judíos para que no se casen con no judíos, quienes traen consigo sangre peligrosa y deslealtad al Dios judío racista. Otras lecciones del Antiguo Testamento son bastante explícitas en su odio a la sangre no judía, incluidas las obras de los profetas Isaías, Ezequiel, Abdías, Miqueas y Zacarías.�Esdras también es abiertamente racista, y en el capítulo 9 afirma:

“Cuando acabaron estas cosas, los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y los levitas no se han apartado de los pueblos de aquellas tierras, haciendo conforme a sus abominaciones, es decir, del cananeo, del heteo, del ferezeo, del jebuseo, del amonita, del moabita, del egipcio y del amorreo. 2 Porque han tomado de sus hijas para sí y para sus hijos, de modo que la descendencia santa se ha mezclado con los pueblos de aquellas tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernantes ha sido la principal en esta prevaricación. 3 Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y me arranqué el pelo de la cabeza y de la barba, y me senté atónito. 4 Entonces se juntaron a mí todos los que temblaban ante las palabras del Dios de Israel, a causa de la transgresión de los deportados; y estuve sentado atónito hasta que llegó el día de la transgresión. 5 Y se me acercaron los que temblaban ante las palabras del Dios de Israel, a causa de la transgresión de los deportados. 6 Y se me acercaron los que temblaban ante las palabras del Dios de Israel, a causa de la transgresión de los deportados. 7 Y se me acercó el pueblo de Israel, y … 5 Y a la hora del sacrificio de la tarde me levanté de mi tristeza, y rasgué mi vestido y mi manto, y caí de rodillas, y extendí mis manos a Jehová mi Dios. 6 Y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti; porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta los cielos. 7 Desde los días de nuestros padres hemos estado en gran pecado hasta hoy; y por nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes hemos sido entregados en mano de los reyes de las tierras, a espada, a cautiverio, a despojo y a vergüenza de rostro, como en este día. 8 Y ahora por un poco de tiempo ha habido gracia de parte de Jehová nuestro Dios, para dejarnos un remanente que escape, y para darnos un lugar seguro en su santuario, a fin de que nuestro Dios ilumine nuestros ojos, y nos dé un poco de vida en nuestra servidumbre. 9 Porque éramos siervos, pero nuestro Dios no nos ha desamparado en nuestra servidumbre, sino que extendió sobre nosotros misericordia delante de los reyes de Persia, dándonos vida, para levantar la casa de nuestro Dios, y para restaurar sus ruinas, y para darnos muro en Judá y en Jerusalén. 10 Y ahora, Dios nuestro, ¿qué diremos después de esto? Porque nosotros hemos dejado tus mandamientos, 11 que ordenaste por medio de tus siervos los profetas, diciendo: La tierra a la cual entráis para poseerla, tierra inmunda es a causa de la inmundicia de los pueblos de aquellas tierras, a causa de sus abominaciones que la han llenado de un extremo a otro con su inmundicia. 12 Ahora pues, no deis vuestras hijas a sus hijos, ni sus hijas toméis para vuestros hijos, ni procuréis siempre su paz ni su riqueza, para que seáis fuertes, y comáis el bien de la tierra, y la dejéis por herencia a vuestros hijos para siempre. 13 Y después de todo lo que nos ha sobrevenido a causa de nuestras malas acciones y de nuestra gran rebelión, ya que tú, nuestro Dios, nos has castigado menos de lo que merecen nuestras iniquidades, y nos has dado tal salvación, 14 si volvemos a quebrantar tus mandamientos,15 ¿No te enojarías con nosotros hasta destruirnos, sin que quedara remanente ni escape? 16 Oh Jehová, Dios de Israel, tú eres justo, porque aún quedamos algunos que escaparon, como en este día. Henos aquí delante de ti en nuestros delitos, y no podemos estar delante de ti a causa de esto.

Los judíos se apoyan en varios mitos religiosos genocidas para justificar el asesinato en masa de los goyim. Uno de ellos es la afirmación de que el Dios judío aprueba el genocidio de los judíos para permitirles robar la tierra y las posesiones de los no judíos. El libro de�Josué del Antiguo Testamento judío ofrece un buen ejemplo de esta doctrina genocida judía. Por ejemplo, el capítulo 23�de Josué afirma:

“1 Aconteció mucho tiempo después que Jehová dio reposo a Israel de todos sus enemigos de alrededor, que Josué envejeció y fue entrando en años. 2 Entonces Josué convocó a todo Israel, a sus ancianos, a sus príncipes, a sus jueces y a sus oficiales, y les dijo: Yo soy viejo y de edad avanzada. 3 Y vosotros habéis visto todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho con todas estas naciones por causa de vosotros; porque Jehová vuestro Dios es quien ha peleado por vosotros. 4 He aquí, yo os he repartido por suerte estas naciones que quedan, para que sean heredad para vuestras tribus, desde el Jordán hasta todas las naciones que he destruido, hasta el gran mar al occidente. 5 Y Jehová vuestro Dios las echará de delante de vosotros, y las arrojará de vuestra presencia; y vosotros poseeréis la tierra de ellas, como Jehová vuestro Dios os ha prometido. 6 Esforzaos, pues, mucho para guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de los filisteos, y os daré a conocer la tierra de ellas, como Jehová vuestro Dios os ha dicho. 7 Y Jehová vuestro Dios os ha dado a conocer la tierra de ellos, y os ha dado a conocer la tierra de ellos, como Jehová vuestro Dios os ha dicho. 8 Y Jehová vuestro Dios os ha dado a conocer la tierra de ellos, y os ha dado a conocer la tierra de ellos, como Jehová vuestro Dios os ha dicho. 9 Y Jehová vuestro Dios os ha dado a conocer la tierra de ellos, y os ha dado a conocer la tierra de ellos, como Jehová vuestro Dios os ha dicho. 10 Y Josué dijo a los filisteos: He aquí, yo os he repartido por suertes las naciones que quedan, para que sean heredad para vuestras tribus, desde el Jordán hasta el mar Grande al occidente, y os ha dado a conocer la tierra de ellos, como Jehová vuestro Dios os ha dicho. 7 No os apartéis de él ni a diestra ni a siniestra; 8 no os metáis en medio de estas naciones que han quedado con vosotros, ni hagáis mención del nombre de sus dioses, ni juréis por ellos, ni los sirváis, ni os inclinéis a ellos; 9 mas allegaos a Jehová vuestro Dios, como lo habéis hecho hasta hoy. 10 Porque Jehová ha echado de delante de vosotros naciones grandes y fuertes; pero hasta hoy nadie os ha podido hacer frente. 11 Un hombre de vosotros perseguirá a mil; porque Jehová vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os ha dicho. 12 Guardaos, pues, de amar a Jehová vuestro Dios. 12 De otra manera, si os apartáis y os unís a lo que queda de estas naciones que han quedado entre vosotros, y concertáis matrimonios con ellas, y os unís a ellas, y ellas a vosotros, 13 sabed que Jehová vuestro Dios no echará más a estas naciones de delante de vosotros, sino que os serán por lazo y por trampa, por azote para vuestros costados y por espinas para vuestros ojos, hasta que perezcáis de sobre esta buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado. 14 Y he aquí yo voy hoy por el camino de toda la tierra, y sabéis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que no ha faltado ni una de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho acerca de vosotros; todas os han acontecido, y ninguna ha faltado de ellas. 15 Por tanto, así como os han venido todas las cosas buenas que Jehová vuestro Dios os había prometido, así también os será afligido el SEÑOR vuestro Dios. 16Si quebrantáis el pacto que Jehová vuestro Dios os ordenó, y vais y servís a dioses ajenos, inclinándoos a ellos, el furor de Jehová se encenderá contra vosotros, y pereceréis pronto de esta buena tierra que él os ha dado.

La mitología judía genocida de Esaú y Jacob intenta convertir a los no judíos en chivos expiatorios del odio judío hacia la raza humana. En esta historia, nacen dos hijos gemelos de Isaac y, por ley, la herencia de Isaac pertenece al mayor de ellos, Esaú. El hijo menor, Jacob, el padre de los judíos, roba la primogenitura de Esaú mediante engaños y mentiras. Esta historia es otro ejemplo más de la perversa mentalidad judía, que glorifica el odio, el robo, el engaño, el racismo y la supremacía.

Los judíos consideran a Esaú como el padre de los goyim, quienes odiarán por siempre a los judíos, y a Jacob como el padre de los judíos, los judíos que deben asesinar a todos los descendientes de Esaú, o morir a manos de Esaú. Los judíos justifican así su odio a la humanidad y su deseo de exterminar a la raza humana, creando la mitología de que los no judíos tienen un odio biológico e injusto hacia los judíos y desean exterminar al judío justo, quien en sus mentes tiene un derecho otorgado por Dios de robar y asesinar al no judío sin que exista ninguna razón justificable para que el no judío resienta el robo o el asesinato del judío, porque el propio Dios judío ha hecho al judío un ladrón y un asesino por naturaleza, y ha hecho al goy el chivo expiatorio del judío genocida. Los judíos también condenan a los gentiles a ser esclavos y soldados del judío, y culpan a los gentiles por sus doctrinas judías supremacistas.

Génesis 25:23 dice:

“23 Y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; y el un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor. 24 Y cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí que había mellizos en su seno. 25 Y salió el primero rubio, todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú.”

Génesis 27:38-41 dice:

38 Y dijo Esaú a su padre: ¿Una sola bendición tienes, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz y lloró. 39 Respondió Isaac su padre y le dijo: He aquí, será tu morada en grosuras de la tierra, y del rocío de los cielos de arriba; 40 y por tu espada vivirás, y a tu hermano servirás; y cuando tengas el dominio, quebrarás su yugo de tu cerviz. 41 Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob.

Génesis 32:11 dice:

“11 Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no sea que venga y me hiera a mí, y a la madre con los hijos.”

Los judíos desarrollan su mitología racista y supremacista de Esaú hasta convertirla en un�mandamiento de su Dios racista de llevar a cabo una guerra genocida perpetua de exterminio absoluto contra los odiados goyim en cada generación hasta que los goyim perezcan completamente para siempre del libro de la vida. Los judíos crearon un mito según el cual Amalec, un descendiente de Esaú, atacó a los judíos cuando salieron de Egipto con las riquezas de los egipcios, y de ese modo expusieron la vulnerabilidad de los judíos, que siempre han sido relativamente pocos en número. Con este pretexto mitológico, que vuelve a convertir a los no judíos en chivos expiatorios de la agresión judía genocida, los judíos sostienen que tienen un mandamiento divino de exterminar a todos los no judíos, a quienes identifican como Esaú y sus supuestos descendientes, Amalec, Amán, los armenios, los alemanes, los palestinos, etc. y, en última instancia, a todos los no judíos y judíos mestizos.

Génesis 14:7 dice:

“Y volvieron, y vinieron a En-mispat, que es Cades, y atacaron todo el país de los amalecitas, y también al amorreo que habitaba en Hazezon-tamar.”

Génesis 36:9-12, 16 dice:

“9 Y estas son las generaciones de Esaú, padre de los edomitas en el monte de Seir: 10 Estos son los nombres de los hijos de Esaú: Elifaz hijo de Ada, mujer de Esaú, y Reuel hijo de Basemat, mujer de Esaú. 11 Los hijos de Elifaz: Temán, Omar, Zefo, Gatam y Cenaz. 12 Y Timna fue concubina de Elifaz hijo de Esaú, la cual dio a luz de Elifaz a Amalec. Estos fueron los hijos de Ada, mujer de Esaú. [***] 16 El duque Coré, el duque Gatam y el duque Amalec. Estos son los duques que descendieron de Elifaz en la tierra de Edom; éstos fueron los hijos de Ada.”

Éxodo 17:8-11, 13-14, 16 dice:

8 Y vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. 9 Y Moisés dijo a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano. 10 Josué hizo como Moisés le dijo, y peleó contra Amalec; y Moisés, Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado. 11 Y sucedía que cuando Moisés alzaba su mano, Israel prevalecía; pero cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec. 12 Pero las manos de Moisés se cansaban; por lo cual tomaron una piedra y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro del otro; y sus manos estuvieron firmes hasta la puesta del sol. 13 Y Josué derrotó a Amalec y a su pueblo a filo de espada. 14 Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memorial en un libro, y haz que se cumpla en él lo que Jehová ha dicho. 15 Y Moisés edificó un altar, y le puso por nombre Jehová-Nisi, 16 porque dijo: Por cuanto juró Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación.

Deuteronomio 7:2 dice:

“Y cuando Jehová tu Dios los hubiere entregado delante de ti, los herirás y los destruirás por completo; no harás con ellos alianza, ni les tendrás misericordia;”

Deuteronomio 25:17-19 dice:

“17 Acuérdate de lo que te hizo Amalec en el camino, cuando salías de Egipto; 18 cómo te salió al encuentro en el camino, y te hirió por la retaguardia, a todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y cansado; y él no tuvo temor de Dios. 19 Por tanto, cuando Jehová tu Dios te haya dado descanso de todos tus enemigos en derredor, en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la poseas, raerás la memoria de Amalec de debajo del cielo; no te olvidarás de ella.”

Números 24:17-20 dice:

“17 Lo veré, mas no ahora; lo miraré, mas no de cerca. Saldrá ESTRELLA de Jacob, y se levantará cetro de Israel, y herirá las sienes de Moab, y destruirá a todos los hijos de Set. 18 Y será Edom en posesión, y también Seir en posesión de sus enemigos; e Israel procederá con valentía. 19 De Jacob saldrá el que dominará, y destruirá lo que quede de la ciudad. 20 Y mirando a Amalec, tomó su parábola, y dijo: Amalec, cabeza de naciones, pero su fin será que perezca para siempre.”

Números 33:50-56 dice:

“50 Habló Jehová a Moisés en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, diciendo: 51 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán a la tierra de Canaán, 52 echaréis de delante de vosotros a todos los moradores de la tierra, y destruiréis todas sus imágenes pintadas, y destruiréis todas sus imágenes de fundición, y destruiréis por completo todos sus lugares altos. 53 Desposeeréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os he dado la tierra para que la poseáis. 54 Repartiréis por suerte la tierra en heredad entre vuestras familias; a los muchos daréis mayor herencia, y a los pocos menor; a cada uno le tocará su heredad; según las tribus de vuestros padres heredaréis. 55 Pero si no echáis de delante de vosotros a los moradores de la tierra, acontecerá que los que dejéis en herencia, serán echados en la tierra de Canaán, y … 56Y haré con vosotros como pensé hacer con ellos. Lo que de ellos quede será por aguijón en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán en la tierra en que habitáis.

1�Samuel 15:1-35 dice:

“Y Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo, sobre Israel; ahora, pues, escucha la voz de las palabras de Jehová. 2 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo me acuerdo de lo que hizo Amalec a Israel, cómo le puso asechanzas en el camino, cuando subía de Egipto. 3 Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no les perdones; mata a hombres y mujeres, niños y lactantes, bueyes y ovejas, camellos y asnos. 4 Y reunió Saúl al pueblo, y los contó en Telaim: doscientos mil hombres de a pie, y diez mil hombres de Judá. 5 Y vino Saúl a la ciudad de Amalec, y puso asechanza en el valle. 6 Y dijo Saúl a los ceneos: Andad, apartaos, descended de en medio de los amalecitas, para que no os destruya con ellos; porque vosotros habéis mostrado misericordia con todos los hijos de Israel, 7 Y Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está frente a Egipto. 8 Y tomó vivo a Agag, rey de los amalecitas, y destruyó a todo el pueblo a filo de espada. 9 Pero Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas, de los bueyes, de los animales engordados, de los corderos y de todo lo bueno, y no quisieron destruirlo por completo; pero destruyeron por completo todo lo vil y lo desechado. 10 Entonces vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo: 11 Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha apartado de en pos de mí y no ha cumplido mis mandamientos. Y esto a Samuel le causó dolor, y clamó a Jehová toda la noche. 12 Y Samuel se levantó de mañana para ir a recibir a Saúl; y le dieron aviso, diciendo: Saúl ha venido a Carmel, y he aquí que él se ha instalado en un lugar seguro, y ha dado la vuelta, y ha pasado de largo, y ha descendido a Gilgal. 13 Y Samuel vino a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; he cumplido la palabra de Jehová. 14 Y Samuel dijo: ¿Qué, pues, es este balido de ovejas y este mugido de bueyes que yo oigo en mis oídos? 15 Y Saúl respondió: De Amalec los han traído, porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas para sacrificarlas a Jehová tu Dios, y lo demás lo hemos destruido por completo. 16 Y Samuel dijo a Saúl: Espera, y te declararé lo que Jehová me ha dicho esta noche. Y él le respondió: Habla. 17 Y Samuel respondió: Siendo tú pequeño en tus propios ojos, ¿no fuiste puesto como cabeza de las tribus de Israel, y Jehová te ungió por rey sobre Israel? 18 Y Jehová te envió en una expedición, y le dijo: Ve y destruye por completo a los pecadores, los amalecitas, y pelea contra ellos hasta acabarlos. 19 ¿Por qué, pues, no obedeciste a la voz de Jehová, sino que te lanzaste sobre el botín, e hiciste lo malo ante los ojos de Jehová? 20 Y Saúl respondió a Samuel: Sí, yo he obedecido a la voz de Jehová, y he ido por el camino que Jehová me envió,21 Pero el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, lo principal de lo que se debía destruir, para ofrecerlos a Jehová su Dios en Gilgal. 22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 23 Porque la rebelión es como pecado de adivinación, y la obstinación como ídolos e idolatría. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey. 24 Y Saúl respondió a Samuel: He pecado, porque he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y obedecí a su voz. 25 Ahora pues, te ruego que perdones mi pecado, y vuelvas conmigo, para que yo adore a Jehová. 26 Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo, porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para que no seas rey sobre Israel. 27 Y volviéndose Samuel para irse, se asió del borde de su manto, y se rasgó. 28 Y Samuel le respondió: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú. 29 Y el Rey de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta. 30 Y él dijo: He pecado; mas te ruego que me honres ahora delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y vuelvas conmigo, para que yo adore a Jehová tu Dios. 31 Samuel volvió en pos de Saúl, y Saúl adoró a Jehová. 32 Y dijo Samuel: Traedme a Agag rey de Amalec. Y Agag vino a él delicadamente, y Agag respondió: Ciertamente ha pasado la amargura de la muerte. 33 Y Samuel respondió: Como tu espada dejó a las mujeres sin hijos, así tu madre quedará sin hijo entre las mujeres. Y Samuel cortó en pedazos a Agag delante de Jehová en Gilgal. 34 Después Samuel se fue a Ramá, y Saúl subió a su casa, a Gabaa de Saúl. 35 Y Samuel no volvió más a ver a Saúl hasta el día de su muerte; mas Samuel hizo duelo por Saúl, y Jehová se arrepintió de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.25 Ahora pues, te ruego que perdones mi pecado, y que vuelvas conmigo, para que yo adore a Jehová. 26 Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo, porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para que no seas rey sobre Israel. 27 Y volviéndose Samuel para irse, se asió del borde de su manto, y se rasgó. 28 Y Samuel le respondió: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú. 29 Y el Rey de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta. 30 Y él dijo: He pecado; mas te ruego que me honres ahora delante de los ancianos de mi pueblo, y delante de Israel, y que vuelvas conmigo, para que yo adore a Jehová tu Dios. 31 Samuel volvió a seguir a Saúl, y Saúl adoró a Jehová. 32 Entonces dijo Samuel: Traedme a Agag rey de Amalec. Y Agag vino a él delicadamente, y Agag dijo: Ciertamente ha pasado la amargura de la muerte. 33 Y Samuel respondió: Como tu espada dejó a las mujeres sin hijos, así tu madre quedará sin hijo entre las mujeres. Y Samuel cortó en pedazos a Agag delante de Jehová en Gilgal. 34 Después Samuel se fue a Ramá, y Saúl subió a su casa, a Gabaa de Saúl. 35 Samuel no volvió más a ver a Saúl hasta el día de su muerte; pero Samuel lloró por Saúl, y Jehová se arrepintió de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.25 Ahora pues, te ruego que perdones mi pecado, y que vuelvas conmigo, para que yo adore a Jehová. 26 Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo, porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para que no seas rey sobre Israel. 27 Y volviéndose Samuel para irse, se asió del borde de su manto, y se rasgó. 28 Y Samuel le respondió: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú. 29 Y el Rey de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta. 30 Y él dijo: He pecado; mas te ruego que me honres ahora delante de los ancianos de mi pueblo, y delante de Israel, y que vuelvas conmigo, para que yo adore a Jehová tu Dios. 31 Samuel volvió a seguir a Saúl, y Saúl adoró a Jehová. 32 Entonces dijo Samuel: Traedme a Agag rey de Amalec. Y Agag vino a él delicadamente, y Agag dijo: Ciertamente ha pasado la amargura de la muerte. 33 Y Samuel respondió: Como tu espada dejó a las mujeres sin hijos, así tu madre quedará sin hijo entre las mujeres. Y Samuel cortó en pedazos a Agag delante de Jehová en Gilgal. 34 Después Samuel se fue a Ramá, y Saúl subió a su casa, a Gabaa de Saúl. 35 Samuel no volvió más a ver a Saúl hasta el día de su muerte; pero Samuel lloró por Saúl, y Jehová se arrepintió de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.Y el Señor se arrepintió de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.Y el Señor se arrepintió de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.

Malaquías 1:1-14 afirma:

“1 Profecía de la palabra de Jehová contra Israel por medio de Malaquías. 2 Yo os he amado, dice Jehová. Y vosotros decís: ¿En qué nos has amado? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Jehová; pero amé a Jacob, 3 y aborrecí a Esaú, y destruí sus montes y su heredad para los chacales del desierto. 4 En cuanto a Edom, que dice: Somos pobres, pero volveremos y reedificaremos los lugares desolados; así ha dicho Jehová de los ejércitos: Ellos reedificarán, pero yo destruiré; y los llamarán territorio de impiedad, y pueblo contra el cual Jehová está indignado para siempre. 5 Y lo verán vuestros ojos, y diréis: Jehová se engrandezca de los límites de Israel. 6 El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor; si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, sacerdotes que menospreciáis mi nombre, y a los que no sois dignos de ser juzgados … 7 Ofrecéis sobre mi altar pan inmundo, y decís: ¿En qué te hemos deshonrado? En que decís: La mesa de Jehová es despreciable. 8 Y si ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Y si ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Ofrécelo ahora a tu príncipe; ¿se agradará de ti, o aceptará tu persona? dice Jehová de los ejércitos. 9 Ahora pues, rogad a Dios que tenga misericordia de nosotros; esto ha sido por vuestra causa; ¿tendrá él en cuenta vuestras personas? dice Jehová de los ejércitos. 10 ¿Quién hay entre vosotros que cierre las puertas de balde? Ni encendáis fuego sobre mi altar de balde. Yo no tengo complacencia en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni de vuestra mano aceptaré ofrenda. 11 Porque desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, será grande mi nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrecerá a mi nombre incienso y ofrenda limpia; porque grande será mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos. 12 Pero vosotros lo habéis profanado, cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová, y su fruto, su comida, despreciable. 13 Además dijisteis: ¡Mirad qué fastidio es esto! Y lo despreciasteis, dice Jehová de los ejércitos; y ofrecisteis lo desgarbado, lo cojo y lo enfermo; así ofrecisteis ofrenda. ¿Lo aceptaré de vuestras manos? dice Jehová. 14 Pero maldito el engañador, que teniendo macho en su rebaño, hiciere promesa y ofreciere sacrificio corrupto a Jehová; porque yo soy Rey grande, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.

El libro judío de�Ester cuenta la historia mitológica de una criptojudía que engaña a una nación goy para que cometa genocidio contra su propio pueblo, de forma muy similar a como los judíos engañaron al pueblo europeo para que cometiera genocidio contra su propio pueblo en dos guerras mundiales y revoluciones bolcheviques. Los judíos sedientos de sangre no dejarán de atacar a la humanidad a menos que los detengamos. Han estado librando una guerra de exterminio contra la humanidad durante 2.500 años y están a punto de ganarla. Todo lo que tenemos que hacer para detenerlos es dejar de tenerles miedo. Esa es su propia lección en su mitología de Amalec. Todo lo que tenemos que hacer es contraatacar y rápidamente pondremos fin a la guerra interminable del enemigo de la raza humana.

Los profetas judíos genocidas

Los profetas judíos previeron un Nuevo Orden Mundial, una “utopía judía”, en la que todos los no judíos serían exterminados por los judíos. Predijeron que los judíos vivirían en ciudades y casas que no construirían, que los goys trabajarían como esclavos para los judíos y que el mesías judío juzgaría y luego asesinaría en masa a todos los goys.

La única manera que tenían los judíos de asegurarse de que ningún judío se cruzara con un goy era matar a todos los goys. La única manera que tenían los judíos de asegurarse de que no se adorara a ningún otro dios que el suyo era matar a todos los goys y a los judíos apóstatas. La única manera que tenían los judíos de asegurarse de que no habría más guerras entre las naciones era destruir y eliminar a todas las demás naciones. Por lo tanto, los profetas judíos profetizaron, léase “planes reiterados”, de guerras mundiales inimaginablemente destructivas seguidas de un gobierno mundial dirigido por un rey judío desde Jerusalén, la esclavitud y luego el exterminio de todos los no judíos y todos los judíos apóstatas, y toda la Tierra ocupada por judíos y solo por judíos.

Los profetas judíos llamaron a los judíos a perseguir los siguientes objetivos: una religión/Dios, un templo, un sacerdocio, un rey, una nación, una capital, un idioma, todo exclusivamente judío. Los profetas judíos llamaron a los judíos a perseguir los siguientes objetivos: destruir a todos los reyes, reinas, príncipes, princesas y otras formas de gobierno gentil no judíos; guerras mundiales devastadoras; la esclavitud y luego la ejecución de todos los no judíos y judíos apóstatas; el robo y la acumulación de toda la riqueza y la propiedad, principalmente de oro y plata; el robo de la tierra desde los ríos Nilo hasta el Éufrates seguido por toda la Tierra; la destrucción de todas las demás religiones, culturas y naciones; profecías que comenzaron en el Pentateuco con el Pacto Abrahámico de�Génesis , el primer libro de literatura de odio judía, y las promesas y amenazas de�Deuteronomio 6:10-11; 11:24-25; 28-34; y fueron explicados aún más en su forma más virulenta en las obras judías “proféticas” de�Isaías ,�Jeremías 33:15,�Ezequiel ,�Daniel ,�Abdías ,�Miqueas y�Zacarías .

Comenzando con los cinco libros de Moisés, que los judíos mentirosos quieren hacernos creer que son un dogma libre del sionismo, encontramos las principales expresiones genocidas del sionismo en su forma más pura y virulenta; literatura genocida de odio judío que forma la base de la mitología judía y la autoidentidad judía, que permanece inalterada hasta el día de hoy.

Génesis 15:18-21 dice:

“18 En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; 19 a los ceneos, a los cenezeos, a los cadmoneos, 20 a los hititas, a los ferezeos, a los refaítas, 21 a los amorreos, a los cananeos, a los gergeseos y a los jebuseos.”

Génesis 17:8 dice:

“8 Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y yo seré el Dios de ellos.”

Deuteronomio 6:10-11 y 11:24-25 (ver también:�Josué 1:2-5) afirman:

“6:10 Y será que, cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, 6:11 y casas llenas de todo bien que tú no llenaste, y cisternas excavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y comerás y te saciarás; [***] 11:24 Todo lugar que pise la planta de tu pie será tuyo; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Eufrates hasta el mar Occidental será tu término. 11:25 No habrá hombre que os pueda hacer frente; temor y terror pondrá Jehová vuestro Dios sobre toda la tierra que piséis, como él os ha dicho. [versión de la Publicación Judía Sociedad]”

Los “profetas” judíos genocidas posteriores amplifican el plan judío mosaico para la destrucción de la raza humana.�Isaías 2:1-4; 40:15-17, 22-24; 54:1-4; 60:5, 8-12, 16-17; y 61:5-6 afirman:

“2:1 Palabra que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y Jerusalén. 2:2 Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. 2:3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y andaremos por sus sendas. 2:4 Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. 2:4 Y él juzgará entre las naciones, y regirá por muchos pueblos; y martillarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. 40:15 He aquí que las naciones son como la gota de un balde, y son estimadas como el polvo menudo de la balanza; he aquí las islas, como una mota de peso. 40:16 Y el Líbano no basta para combustible, ni sus animales para holocaustos. 40:17 Todas las naciones son como nada delante de él; son estimadas por él como cosas que no son nada y vanidad. 40:22 Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar; 40:23 El que reduce a la nada a los príncipes, y a los jueces de la tierra a nada. 40:24 Apenas fueron plantados, apenas sembrados, apenas su tronco echó raíz en la tierra; sopló en ellos, y se secaron, y el torbellino los arrebató como a rastrojo. 54:1 Canta, oh estéril, la que no daba a luz; Prorrumpe en gritos de alegría y clama, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desolada que los hijos de la casada, dice Jehová. 54:2 Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus moradas sean extendidas; no escatimes; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. 54:3 Porque a la diestra y a la siniestra te extenderás, y tu descendencia poseerá las naciones, y habitará las ciudades desoladas. 54:4 No temas, porque no serás avergonzada; ni te avergüences, porque no serás afrentada; sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no te acordarás más. 60:5 Entonces verás, y resplandecerás, y se estremecerá y se ensanchará tu corazón, porque la multitud del mar se volverá hacia ti, y las riquezas de las naciones vendrán a ti. 60:8 ¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus nidos? 60:9 Ciertamente a mí esperarán las costas, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer a tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado. 60:10 Y extranjeros edificarán tus muros, y te traerán a ti como a un solo hombre, y a tu pueblo como a un solo hombre.60:11 Tus puertas estarán abiertas de continuo, de día y de noche; no se cerrarán, para que te traigan las riquezas de las naciones, y sus reyes en procesión. 60:12 Porque la nación o el reino que no te sirva, perecerá; y las naciones serán totalmente asoladas. 60:16 Y mamarás la leche de las naciones, y el pecho de los reyes mamarás; y sabrás que yo Jehová soy tu Salvador, y el Fuerte de Jacob, tu Redentor. 60:17 En lugar de bronce traeré oro, y en lugar de hierro plata, y en lugar de madera bronce, y en lugar de piedras hierro; y pondré por tus oficiales la paz, y por tus magistrados la justicia. [***] 61:5 Y extranjeros estarán y apacentarán vuestros rebaños, y extranjeros serán vuestros labradores y vuestros viñadores. 61:6 Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su esplendor os deleitaréis. [versión de la Jewish Publication Society]”

Abdías afirma, y ​​recordemos que los judíos se refieren a los gentiles como “Edom” y “Esaú”, y a los judíos como “Jacob”:

“1 Visión de Abdías. Así dice el Señor Jehová acerca de Edom: Hemos oído un mensaje de parte de Jehová, y un mensajero ha sido enviado entre las naciones: Levantaos, y levantémonos contra ella en batalla. 2 He aquí que yo te hago pequeño entre las naciones; eres muy despreciado. 3 La soberbia de tu corazón te ha engañado, oh tú que moras en las hendiduras de las peñas, tu morada en las alturas; que dices en tu corazón: “¿Quién me derribará por tierra?” 4 Aunque alces como águila tu nido, y entre las estrellas lo pongas, de allí te derribaré, dice Jehová. 5 Si vinieran a ti ladrones, si salteadores de noche, ¡cómo quedarías destruida! ¿No hurtarían hasta saciarse? Si vinieran a ti vendimiadores, ¿no dejarían rebuscos? 6 ¡Cómo fue escudriñado Esaú! ¡Cómo se buscaron sus escondites! 7 Todos los hombres de tu alianza te condujeron hasta la frontera; los hombres que estaban en paz contigo te engañaron y prevalecieron contra ti; los que comen tu pan te pusieron lazo debajo de ti, en quienes no hay entendimiento. 8 ¿No destruiré en aquel día, dice Jehová, a los sabios de Edom, y la inteligencia del monte de Esaú? 9 Y tus valientes, oh Temán, se acobardarán, hasta el punto de que no habrá en ti más que un enemigo. 10 Por la violencia hecha a tu hermano Jacob, te cubrirá vergüenza, y serás cortado para siempre. 11 El día que te mantuviste distante, el día que extraños se apoderaron de su hacienda, y extraños entraron por sus puertas y echaron suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno de ellos. 12 Pero no debiste mirar el día de tu hermano en el día de su aflicción, ni alegrarte de los hijos de Judá en el día de su destrucción, ni hablar con soberbia en el día de su angustia. 13 No debiste entrar por la puerta de mi pueblo en el día de su aflicción, ni mirar su aflicción en el día de su aflicción, ni echar mano de sus bienes en el día de su aflicción. 14 Ni debiste ponerte en las encrucijadas para matar a sus escapados; 15 Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como tú hiciste, te será hecho; tu trato recaerá sobre tu cabeza. 16 Porque como vosotros bebisteis en mi santo monte, así beberán continuamente todas las naciones; sí, beberán y tragarán, y serán como si nunca hubieran sido. 17 Pero en el monte de Sión habrá escapados, y será santo; y la casa de Jacob poseerá sus posesiones. 18 Y la casa de Jacob será fuego, y la casa de José llama, y ​​la casa de Esaú paja, y arderán en ellos,19 Y los del Neguev poseerán el monte de Esaú, y los de la Sefela, los filisteos; poseerán también el campo de Efraín y el campo de Samaria; y Benjamín poseerá Galaad. 20 Y los cautivos de este ejército de los hijos de Israel que están entre los cananeos hasta Sarepta, y los cautivos de Jerusalén que está en Sefarad, poseerán las ciudades del Neguev. 21 Y subirán salvadores al monte de Sión para juzgar al monte de Esaú; y el reino será de Jehová. [versión de la Jewish Publication Society]”

Miqueas 5:7-8 (�Miqueas 5:8-9 en la versión RV) dice:

“7 Y el remanente de Jacob será entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como león entre las fieras de la selva, como cachorro de león entre los rebaños de ovejas, que si pasa, holla y despedaza, y no hay quien libre. 8 Alcese tu mano sobre tus adversarios, y sean talados todos tus enemigos. [versión de la Sociedad de Publicaciones Judías]”

Zacarías 8:20-23; y 14:9 afirman:

“8:20 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Acontecerá que vendrán pueblos, y moradores de muchas ciudades; 8:21 y vendrán los moradores de una ciudad a otra, diciendo: Vamos pronto a implorar el favor de Jehová, y a invocar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré. 8:22 Y vendrán muchos pueblos y naciones fuertes a buscar a Jehová de los ejércitos en Jerusalén, y a invocar el favor de Jehová. 8:23 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez hombres de todas las lenguas de las naciones tomarán del manto a un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros. 14:9 Y Jehová será rey sobre toda la tierra; en aquel día Jehová será uno, y uno su nombre. [versión de la Jewish Publication Society]”

Esta es una pequeña, pero suficiente muestra de la literatura de odio judía contenida en el Antiguo Testamento, que evidencia los antiguos planes de los judíos para esclavizar y luego exterminar a la raza humana. Otros pasajes notables se encuentran en:�Isaías capítulos 65 y 66, donde el monstruoso y genocida “profeta” judío instruye a los judíos a matar a todos los no judíos y dejar solo a los judíos, los “elegidos”, con vida para habitar el paraíso judío, que los judíos no construyeron, sino que fue construido por los goyim, la “nueva Tierra”; y en:�Ezequiel capítulos 36-39, donde el monstruoso y genocida “profeta” judío les dice a los judíos que instiguen una guerra mundial devastadora y les promete a los judíos que a pesar del hecho de que envenenan la Tierra para la humanidad, se les dará nueva carne para sus huesos a medida que los goyim desaparezcan de la memoria.

Deberíamos promulgar leyes que exijan que se adjunte una advertencia a cada página y/o cada quinientas palabras de la literatura de odio judía del Antiguo Testamento, así como del Talmud, la Cábala y otros escritos judíos, que diga algo como lo siguiente:

” ¡¡¡�ADVERTENCIA!!! Esta literatura de odio judía llama al exterminio de la raza humana y ya ha inspirado a los judíos racistas a genocidar a más de 100 millones de no judíos, a destruir incontables culturas, a envenenar la Tierra y a instigar guerras y revoluciones destructivas en todo el mundo. Las creencias racistas y genocidas reiteradas en la literatura de odio judía son peligrosas para la vida humana y son un veneno mental que genera una enfermedad mental genocida. Los propios judíos, cuya cultura supremacista y racismo exclusivismo son productos de esta literatura de odio, son portadores de este contagio que amenaza la existencia continua de la raza humana ” .

Por Christopher Jon Bjerknes

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Etiquetas:�La esclavitud universal del no judío: el antiguo plan judío para dominar el mundo que se encuentra en el Antiguo Testamento