Desde 2015, el OIEA ha utilizado la plataforma Mosaic de Palantir (diseñada para operaciones militares estadounidenses) para monitorear el programa nuclear iraní en el marco del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC). Mosaic procesó más de 400 millones de datos, incluyendo datos satelitales y de redes sociales, lo que permitió realizar más de 60 inspecciones SORPRESA.
Sin embargo, durante una sesión de preguntas y respuestas, se le preguntó al fundador de Palantir, Peter Thiel: “¿Es Palantir una fachada de la CIA?”. Thiel respondió: “No, la CIA es una fachada de Palantir”. Probablemente se refería a su financiación y fundación por parte de la CIA.
Más recientemente, la semana pasada, Thiel respondió a una pregunta sobre el uso de Palantir en Gaza, a la que respondió: “No estoy al tanto de todos los detalles de lo que sucede en Israel, porque mi sesgo es ceder ante Israel”. ¿
Por qué son estas personas responsables del software de nuestras instituciones internacionales?
El 12 de junio de 2025, Irán filtró documentos que supuestamente mostraban al director del OIEA, Rafael Grossi, coordinando directamente con Israel. Irán afirma que el OIEA se convirtió en un conducto para la inteligencia israelí, haciéndose eco de afirmaciones anteriores de 2018, cuando las redadas del Mossad descubrieron archivos internos del OIEA.
La resolución del OIEA de junio de 2025: la PRIMERA en 20 años, citando 400 kg de uranio enriquecido al 60%. Días después, Israel bombardeó Natanz, Fordow e Isfahán. Irán acusó al OIEA de encubrir los ataques.
Mientras tanto, el director ejecutivo de Palantir celebró una reunión de la junta directiva de 2024 en Tel Aviv “en solidaridad” con Israel. Y el círculo de Thiel, que presionó por la retirada del PAIC de Trump en 2018, ahora se encuentra en el centro de una red de vigilancia que difumina la línea entre el control de armas y el cambio de régimen.
Irán ahora ha limitado la supervisión del OIEA.
Los críticos, incluidos El ruso Yermakov y el analista Ali Vaez advierten que los datos de Palantir podrían producir falsos positivos a partir de información “sucia” como la filtración de archivos de Israel de 2018, lo que desencadenaría inspecciones o una guerra basada en inteligencia politizada.
