Lo que Trudeau está haciendo es fingir ser estúpido mientras se involucra en una estrategia muy inteligente de buscar chivos expiatorios. Son el gobierno y los banqueros centrales los que son la causa fundamental de la inflación, pero al culpar a sectores empresariales individuales prepara el escenario para que el gobierno imponga controles de precios. Cuando estos fallan y crean una crisis de suministro, entonces introducirá el racionamiento, y una vez que el gobierno haya condicionado al público a aceptar el racionamiento, las élites controlarán el acceso de toda la población a los alimentos y a las necesidades.

Algunas personas pueden decir: “Bueno, eso es Canadá, ¿qué pasa con Estados Unidos?” La misma agenda está en marcha en Estados Unidos, pero se está llevando a cabo a nivel de ciudad y estado. Por ejemplo, el alcalde socialista de Chicago, Brandon Johnson, acaba de anunciar un plan para que la ciudad (utilizando fondos de impuestos estatales y federales) construya tiendas de comestibles administradas por el gobierno  en “desiertos alimentarios”. Estos son lugares donde una combinación de inflación y hurto ha obligado a los tenderos a abandonar ciertas áreas de la ciudad.

El programa de Chicago incluiría medidas de control de precios y hay amplias oportunidades para que estas instituciones utilicen el racionamiento en el futuro. También se están considerando proyectos similares en otras ciudades del país. En otras palabras, las ciudades de izquierda están ahuyentando a las empresas mientras planean reemplazar los “servicios esenciales” con operaciones administradas por el gobierno.

El año pasado escribí sobre la inevitabilidad del racionamiento gubernamental después de los controles de precios  en mi artículo ‘La trampa de la estanflación conducirá a la renta básica universal y al racionamiento de alimentos’.  El racionamiento generalmente se produce cuando fallan los controles de precios. Ha pasado mucho tiempo desde que Estados Unidos se enfrentó a este tipo de condiciones, pero es probable que lo hagamos en el futuro cercano. Esta vez, creo que si al establishment se le da poder de racionamiento, nunca más lo dejarán ir.

El racionamiento también podría utilizarse para atraer al público a aceptar la Renta Básica Universal (RBU) y las monedas digitales del banco central (CBDC). Los centros de alimentos administrados por el gobierno pueden restringir fácilmente las compras de bienes a una lista limitada de artículos y también exigir el pago mediante métodos específicos (como monedas digitales). En un corto período de tiempo, el efectivo desaparecerá porque los minoristas, presionados por el gobierno, se negarán a aceptarlo.

Es difícil decir qué nos deparará el futuro en términos políticos, dado que la próxima campaña presidencial parece un completo circo. Sin embargo, históricamente hablando, tanto los presidentes demócratas como los republicanos han intentado controlar los precios en el pasado. Se debe aplicar presión pública (al menos a nivel estatal) para evitar que esto suceda.Por más conveniente que parezca culpar a los productores y distribuidores, la verdadera amenaza proviene de los gobiernos y los bancos. No podemos permitir que las personas que provocaron la crisis también se beneficien de ella dándoles aún más poder.