El Foro Económico Mundial ahora tiene en la mira a uno de los alimentos más básicosy vitales del planeta: el arroz. Sí, el humilde grano que alimenta a casi la mitad de la humanidad de repente está siendo presentado como un villano climático, y el FEM está decidido a hacer sufrir a la gente por ello.
En una reciente sesión del Foro Económico Mundial, el presidente del Banco Mundial,Ajay Banga, lo dejó claro.«Tenemos una crisis climática existencial», advirtió, haciendo hincapié en la amenaza del metano, un gas de efecto invernadero que, según él, es ochenta veces más peligroso que el dióxido de carbono.
Banga no se anduvo con rodeos al hablar de la solución: medidas drásticas contra el cultivo de arroz.«Hablamos de eliminar diez millones de toneladas de metano centrándonos en el cultivo de arroz, la ganadería y los productos lácteos, y la gestión de residuos», explicó.
El arroz, un alimento básico nutritivo y económico, está profundamente arraigado en culturas de Asia, África y Latinoamérica. Millones de personas dependen de él a diario para su sustento, pero el FEM parece relegar la tradición y la supervivencia a un segundo plano.
Según su plan, comer arroz pronto podría conllevar un impuesto de culpa ambiental o, peor aún, restricciones diseñadas para limitar su cultivo.
Los críticos están dando la voz de alarma. Argumentan que reducir la producción de arroz afectará primero a las comunidades más vulnerables, aumentando la inseguridad alimentaria y el hambre, y que, en realidad, no contribuirá a salvar el planeta.
Mientras tanto, el FEM continúa impulsando su agenda globalista, presentando el sufrimiento (y la reducción de la población) como un sacrificio necesario en la lucha contra el cambio climático.
Esto no es solo una recomendación dietética: es una guerra contra una cultura, un medio de vida y una fuente crucial de nutrición. Y no se equivoquen: el Foro Económico Mundial está decidido a llevarlo a cabo, sin importar el costo humano.