El Foro Económico Mundial (FEM) ha ordenado a los gobiernos del mundo que comiencen a arrestar a los ciudadanos que sean sorprendidos difundiendo la llamada “información errónea” en las redes sociales.
Según un inquietantememorando del WEF , la información errónea y la desinformación difundidas a través de Internet ahora deben clasificarse como “actos de terrorismo”.
El memorando advierte que el futuro de la ciberseguridad reside en eliminar todas las formas de contenido no convencional en línea.Esto introduce una perspectiva novedosa sobre la importancia de localizar y anular información fabricada, cínicamente etiquetada como “información errónea” o “desinformación” que se encuentra en el ámbito de la ciberseguridad.
Infowars.com informa: Varias conferencias internacionales, tanto virtuales como geolocalizadas, fueron fundamentales para dar forma a los conocimientos del estudio. Las sesiones celebradas en todo el mundo, junto con una reunión en línea que invitó a participantes de toda Europa, fueron supuestamente catalizadores para delinear los escenarios hipotéticos y futuristas que catapultarían la ciberseguridad hasta 2030.
El informe del WEF promueve la “capacitación en alfabetización” en seguridad digital como la quintaesencia para protegerse de las amenazas que plantean la desinformación y la desinformación, refiriéndose a ellas como el “núcleo de las preocupaciones cibernéticas”. Esto es similar a las controvertidas propuestas de “alfabetización mediática” que están teniendo lugar en algunos gobiernos, más recientemente en California.
Los autores opinan que una competencia generalizada en alfabetización en Internet es la condición sine qua non en zonas en guerra de fraude de datos y delitos cibernéticos comunes y corrientes.
Los redactores del informe exponen una perspectiva interesante en la que los “gobiernos estables”, con estrategias tecnológicas y de ciberseguridad a largo plazo bajo la manga, se transforman en guardianes de la información fiables y dignos de confianza. El estudio también pone bajo su lente el papel del gobierno y el sector privado en la preservación de la confianza, particularmente en el contexto estadounidense, deliberando a quién se le debe confiar la tarea clave de censura.