Hay quienes señalan que Javier Milei pudo conectar con un país casi roto o en destrucción (inflación interanual de 140 % y con mucha incertidumbre) precisamente por lo roto que está, por lo que mucha gente se vio reflejada en él. Sin embargo, hay que mirar algo más: el fracaso del sistema político de partidos fue el que permitió su irrupción.
Javier Milei, el candidato de La Libertad Avanza (LLA), sorprendió a la política argentina cuando hace dos meses lideró las primarias presidenciales, superando a Sergio Massa (del oficialismo peronista) y a Patricia Bullrich (de la derecha tradicional encarnada en Juntos por el Cambio). No sólo se trataba de un candidato que empezó hace pocos años en la arena política, sino que su conglomerado no tenía ni tiene representación territorial en todo el país. Es más, actualmente solo cuenta con tres diputados en el Congreso (el propio Milei y las candidatas a vicepresidenta de la Nación y a gobernadora de la provincia de Buenos Aires).
Esto en un país federal como Argentina es relevante a la hora de gobernar. Si a eso se suma que no ha completado aún la cantidad de fiscales o apoderados en todas las mesas de votación (38 mil) hace que su eventual gobierno sea aún más difícil. Por eso sería injusto usar la expresión “fenómeno Milei”, porque lo que ha logrado él y su espacio bien podría denominarse milagro: “el milagro Milei”.
¿Pero cómo surgió el milagro Milei? Hay una historia plausible que lo explica en parte y consiste en que Milei trabajó durante quince años en la Corporación América, del empresario Eugenio Eurnekián, que es uno de los hombres de negocios más influyentes del país junto a Paolo Rocca, Marcos Galperin, Alejandro Bulgheroni y Eduardo Constantini. Milei trabajó allí, tuvo trato directo con Rafael Bielsa (con quien desayunaba con frecuencia), pero al final no cumplía horario y cultivó una estrecha relación con el dueño de Corporación América.
Fue Eurnekián quien, como aún era accionista del canal América TV, lo puso como panelista de economía en Animales Sueltos. Aunque Alejandro Fantino, conductor del programa, recordó hace poco que fue el economista Guillermo Nielsen (hoy embajador del gobierno argentino en Arabia Saudita y Yemen) quien lo recomendó en un restaurante donde se encontraron los dos mencionados más un alto ejecutivo de Corporación América. Sea como sea, en ambas versiones está presente en las sombras Eurnekián.
Desde un principio Milei llamó la atención: su pelo largo y su falta de modales lo convertían en un personaje que fue imponiéndose en audiencia; no tenía problemas en decirle “burro” a cualquier invitado o panelista, y los gritos eran moneda corriente. A poco andar, esta figura mediática, que citaba de memoria a toda la biblioteca neoliberal, se convirtió en político en las elecciones parlamentarias de 2021. Milei ya hablaba contra la casta, que la conforman los partidos tradicionales, es decir el peronismo y la derecha tradicional.
Según Milei, se necesitaba más participación del mercado y menos del Estado, y tanto los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner como de Mauricio Macri habían demostrado que eran incapaces de hacer eso. Ambos, según él, habían hecho más Estado: los planes sociales durante el macrismo, lejos de disminuir, habían aumentado. Pero además agregó una crítica directa a la agenda del progresismo, esto es hacia el feminismo y el aborto, las disidencias, los derechos a una educación y salud gratuitos y últimamente a los derechos humanos. Milei se convirtió así en el candidato más de derecha de los que compiten por el sillón de Rivadavia.
Si Donald Trump y Jair Bolsonaro supieron captar sus votos entre las comunidades evangélicas y los pobres (readnecksen Estados Unidos y la población de las favelas en Brasil), Milei ha encarnado, por contrapartida, las esperanzas y los anhelos de una parte importante de los jóvenes. Son ellos quienes difunden su mensaje, replican sus intervenciones televisivas en las redes sociales. La lucha que dieron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo por los derechos humanos durante la dictadura le queda muy lejos a esos jóvenes, y por ello no son capaces de apreciar su real magnitud. Tampoco entienden lo que es una dictadura, porque siempre han vivido en una democracia. Para varios de ellos, los derechos humanos no son un “curro” (negocio en lenguaje rioplatense), sino algo que sencillamente no les llega, porque vivimos una época cargada de presente.
Precisamente, eso es lo que Javier Milei ha incorporado a su discurso. Promete dolarizar la economía y con ello solucionar los problemas de inflación, de valor de la moneda, de competividad, de sueldos, pero esa solución impide mirar para atrás (donde Argentina tuvo una experiencia similar con el uno a uno, que terminó con la crisis social y económica del 2001) y también para adelante, es decir cómo dolarizar. Casi doscientos economistas firmaron una carta señalando lo nefasto que sería la medida, pero a la gente le suena bien la propuesta e imagina dólares en sus manos.
Ramiro Marra, el segundo de Milei y candidato a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, mandó a confeccionar billetes de cien dólares con su rostro y los llamó “marradólares”. En un acto de campaña con alumnos de un colegio (llamado Otto Krause, como la marca de juguetes en Chile) repartió billetes a los alumnos y hasta los autografió. Pero lo llamativo fue que en la charla que tuvo con estos alumnos todos repetían lo que el mismo Milei ha dicho en TV, que la emisión monetaria es la única responsable de la inflación. No parecían chicos que cuestionaran el mundo, sino que esperaban que alguien, como Milei o Marra, les explicara cómo es ese mundo. La promesa de la dolarización, en todo caso, no sólo ha calado entre los jóvenes, ha atravesado a la sociedad, y es la propuesta que más pega en su electorado.
Hace una semana Juan Luis González, autor de El loco: la vida desconocida de Javier Milei y su irrupción en la política argentina, estuvo en una charla en un local de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), y allí explicó cómo la irrupción en la política de Milei se podía vincular a la vida personal del candidato: “Milei dice que va a terminar con la casta, pero está donde está porque hasta hace poco era el pichón de Eurnekián. Dentro del gran tablero de ajedrez que era el conflicto que Eurnekián tenía con el gobierno macrista, en medio de eso le instala a Milei en América TV, con un guión estudiado. Es más, la frase ‘Macri es un kirchnerista de buenos modales’ es de Eurnekián. Pero además el espacio de Milei es todo lo que él critica, porque está lo que un standapero llama ´la casta base´, o la resaca de la casta. Entre los dirigentes y candidatos a parlamentario por LLA no hay ningún liberal, ningún libertario, todos son un reciclado de otros partidos: Ramiro Marra, Martín Menem y hasta Carlos Kikuchi”.
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En este punto hay que consignar que La Libertad Avanza no es un partido, sino una coalición de partidos, formada principalmente por el Partido Demócrata (de la candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel, vinculada a la “familia militar”), el Partido Fe (vinculado al dirigente sindical Gerónimo “Momo” Venegas, muerto hace unos años, que antes estaba con Juntos por el Cambio), el Partido Renovador Federal (vinculado al peronismo federal) y Unión Celeste y Blanco (vinculado en sus inicios al empresario y político Francisco de Narváez). En términos políticos, buena parte de la LLA podría estar perfectamente adentro de la derecha tradicional (llámese Juntos por el Cambio) y apoyar la candidatura de Patricia Bullrich, pero en esto radica la originalidad de este armado, que el reciclado sea más competitivo que el original. Es más, hoy ese reciclado es otra cosa.
En El loco se consignan varios testimonios de personas que conocieron al candidato de La Libertad Avanza, la mayoría de esas personas se ha distanciado de Milei por algún motivo. Gracias a ello podemos saber que, en lo personal, tuvo, por primera vez, un amigo a los treinta años, una novia a los cuarenta y siete y que durante trece años pasó Navidad y Año Nuevo solo, con la compañía de su perro Conan. Tanta ha sido su obsesión por él, que a su muerte lo mandó a clonar.
Más conocidos son el bullyng del que fue víctima cuando era niño y la mala relación con su padre, quien, cuando Milei empezó a contar esto en televisión, lejos de enojarse, sacaba pecho ante sus amigos. En uno de los testimonios del libro, el abogado y fundador del Partido Republicanos Unidos, Yamil Santoro, señala lo siguiente: “Hubo una tormenta perfecta entre lo bizarro y lo kitsch, entre el odio y el desquilibrio. ¡¿Cuántos políticos tenés que pongan un sentimiento de verdad arriba de la mesa cuando hablan?! Javier es psiquiátrico, está humanamente roto y por eso es tan potente. Si uno quiere impostar la mitad de las cosas que hace Javier, llega un momento en que no sos creíble. Cuando Javier se pone loco, se pone loco en serio, porque Javier sublimando el odio a su padre, el Estado y la política, está roto, y ese odio es de verdad, entonces empatiza con la gente que está enojada”.
Hay periodistas que señalan que Milei pudo conectar con un país casi roto o en destrucción (inflación interanual de 140 % y con mucha incertidumbre) precisamente por lo roto que está, por lo que mucha gente se vio reflejada en él. Sin embargo, hay que mirar algo más: el fracaso del sistema político de partidos fue el que permitió su irrupción. La existencia y la posibilidad cierta de que Javier Milei se convierta en presidente de Argentina demuestra lo deteriorado que estaba el sistema político, y por extensión la poca satisfacción que estaban dando los partidos a los anhelos de esa gente.
Una candidatura inmaterial
Hay que entender que La Libertad Avanza no es el Partido Republicano (que Trump supo intervenir), sino que es un frente político casi inexistente, incluso en Capital, y en un breve recorrido por la ciudad podemos comprobar esto.
Como suele hacer, el Poder Judicial de la Nación registra los nuevos partidos o confederaciones de partidos que aspiran a postularse con una lista de parlamentarios o con una lista presidencial. Para ello, en 2021 LLA registró dos domicilios: uno legal y una sede partidaria. Ambos quedaban sobre calle Viamonte, a dos cuadras del Teatro Colón y a cinco cuadras de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA). En una breve inspección, el domicilio legal estaba ahora ocupado por un chico, que no contestaba el citófono y que, según informó el portero, para hablar con él tenía que llamarlo a su teléfono. El portero agregaba que alguna vez había estado allí La Libertad Avanza, pero ya no. El segundo domicilio quedaba a sesenta metros, el registro del Poder Judicial de la Nación consigna “Viamonte 986, piso 9”, pero el edificio no tiene piso 9, llega hasta el octavo.
La dificultad para encontrar locales de LLA choca con la otra campaña que el espacio político está haciendo: los 38 mil fiscales. Cualquiera hubiera pensado que debía haber locales, quizá más escondidos. Recordé que había visto un local partidario hacia Callao y Corrientes con un cartel que decía “Milei. Necesitamos fiscales”. Fui hasta allá. El local, que es el comienzo de una galería comercial, es de un movimiento vinculado a LLA llamado Ciudadanos, que tiene un candidato a diputado en la provincia de Buenos Aires pero no en Capital. Su presidente y candidato, Santiago Santurio (de casi treinta y cinco años), fue una de las figuras que más se opuso a la aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, promulgada en 2020. Santurio argumentó su oposición desde una perspectiva de respeto de los derechos humanos y de las dos vidas. Tenía muchas ganas de hablar con gente de La Libertad Avanza. Pero no, nuevamente mi incursión fue un fracaso. El local estaba cerrado. Conversé con el guardia de seguridad de la galería comercial y me dijo que, por lo general, nunca había nadie, salvo por dos horas los miércoles a la mañana.
Por varios días decidí hacer una pausa con mi obsesión por encontrarme con partidarios de Milei. En ese tiempo sucedió el primer y segundo debate presidencial, uno en Santiago del Estero y el otro en Capital, nada nuevo. Entre medio, Milei optó por reducir sus apariciones públicas, por lo que se especuló que podría estar con una crisis nerviosa o sufriendo un grave ataque de pánico. Lo cierto es que se estaba preparando para el debate y dando algunas pocas notas a periodistas amigos, como Alejandro Fantino y a un famoso experiodista de la Fox. Fue en este tiempo que aproveché para comunicarme al whatsapp de La Libertad Avanza, con el fin de obtener más información para ser fiscal, pero sorpresivamente no me respondió nadie.
Varios días más tarde y después de mucho averiguar, di con una sede partidaria que iba a estar inscribiendo fiscales. La dirección era en el barrio de Boedo, casi en el límite con Parque Chacabuco. Fui hasta allá y me paré afuera de la dirección que había anotado. Para mi sorpresa, la fachada correspondía a ED Abastecimientos y Servicios. Gugleé y efectivamente me dio con un proveedor de insumos médicos y hoteleros. Cuando me disponía a irme, decidí asomarme por la persiana metálica y en ese momento vi dos vehículos de Milei adentro del local y a tres personas. Pero como no les llamaba la atención mi presencia, los saludé a viva voz y les conté que venía a pedir información para ser fiscal: horarios, etcétera. No me dieron ninguna información, sólo me preguntaron dos veces dónde votaba y en qué comuna me gustaría fiscalizar. Dije que vivía en la comuna 1 pero que votaba en la 3, porque allí me había inscrito. “Ah, sí, pero en la 3 no tenemos gente”, dijo uno. Ok, respondí, puede ser en la 1. ¿Con quién tengo que contactarme?, pregunté. “Mmm, aquí no, tendría que dejar su celular, mmmm, creo que te debería contactar Pablo, que está armando algo en el local de calle Ayacucho 49”.
Repentinamente recordé que había vivido unos años a tres cuadras de ese domicilio, y que pertenecía a la comuna 3. La imagen del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) se me clavó en la mente, porque por donde vivía había varios locales partidarios raros: Partido Intransigente, Democracia Cristiana Argentina y el MID. Al final, y como me estaba dando cuenta de que mi encuentro con La Libertad Avanza no estaba avanzando, pregunté cómo iba la campaña. “Bien”, respondió otro con una amplia sonrisa. Di mi celular y me fui. Al día de hoy nadie me ha llamado.
No podía creer que esto hubiera sido todo. Es decir, después de tanto investigar, recorrer la ciudad, la información que me habían dado era casi nula, y no hablo de información periodística, sino de los requisitos para ser fiscal. Sentí que me estaba yendo tal como había llegado, con nada, e intentaba imaginar, no con poca preocupación, cómo sería un eventual gobierno de LLA. ¿Se trataría de ir a buscar algo y no encontrarlo luego de perder días en eso? Necesitaba respuestas, así que seguí en mi búsqueda.
De algo me sirvió la información que encontré en el portal Letra P, donde se detallaba el gasto en campaña de cada una de las candidaturas presidenciales en las primarias: las dos candidaturas de Juntos por el Cambio gastaron 1,68 millones de dólares, las dos del oficialismo peronista 1,17 millones de dólares, Milei… sólo 301 mil dólares. Esto está expresado en cotización de dólar informal al momento de las primarias. O sea, Milei gastó menos que el candidato peronista que perdió la interna y casi en el rango del Frente de Izquierda.
Esto reforzaba su discurso anticasta. En Argentina siempre se ha dicho que la política tiene que generar caja para funcionar, y eso por ahora, e independiente de ciertas denuncias de ventas de candidaturas (llámese franquicias), La Libertad Avanza no lo ha cumplido; es más, ha actuado contrariamente a ese dicho. Sin embargo, de los aportes privados, destaca que el mayor donante sea el empresario Sebastián Braun, que es parte de la familia Braun, dueña de la cadena de supermercados La Anónima y del Banco Galicia.
Si bien el discurso anticasta se refuerza por el uso mínimo de recursos en una campaña presidencial, por el otro hay acercamientos al establishment empresarial. De hecho, la hermana de Milei, Karina (que, según su hermano, es Moisés, él sólo está para difundir su palabra), es amiga de Bettina Bulgheroni, esposa del Alejandro Bulgheroni, importante accionista de la petrolera privada más grande de Argentina (PAEG) y propietario de Beusa y Evolution Well Services, que, según revista Forbes, facturan al año casi 5.700 millones de dólares en Argentina, México, Bolivia y Estados Unidos.
Esta dualidad del discurso anticasta, por un lado, y la cercanía al establishment empresarial (que en todo caso no es mayoritaria) por el otro, se podría explicar porque Milei piensa su espacio político como algo nuevo, que no necesita de sedes territoriales (unidades básicas) ni tampoco de militancia desplegada en todas partes. Aunque tampoco es ingenuo y entiende que cierta cercanía con el poder económico debe tener. Después de todo, así irrumpió.
El miércoles 18 de octubre, Javier Milei hará el cierre de su campaña, que ha sido inusual desde las primarias: fue a provincias donde le había ido bien y donde podía aumentar su votación, pero el centro lo puso en los medios, en los dos debates y en las redes. Más que un candidato analógico fue un candidato digital, virtual. A Milei no es necesario verlo en persona y eso, paradójicamente, lo vuelve cercano entre las personas que más están habituados a lo “virtual”: los jóvenes. Ese segmento etáreo no hace política, juega a la política como si estuviera jugando a la Play y por lo mismo se la juega hasta morir.
Lilia Lemoine es candidata a diputada por LLA, tiene 43 años, pero lo interesante es que tal como Milei es cosplayer, que es un hobbie que consiste en disfrazarse de personajes de historietas. Ingresó a la política en 2019, es bastante cercana a Javier Milei, tanto que está a cargo de su estética, imagen y peinado. En el acto con los alumnos del Otto Krause, Lilia explicó así la llegada que tiene Milei en los jóvenes: “Los jóvenes están menos adoctrinados que la gente de mi edad, tienen menos tiempo de lavado de cerebro, entonces entienden más fácil el mensaje, y el mensaje es ‘los políticos nos roban imprimiendo moneda falsa con el Banco Central’. Entonces qué hay que hacer. Cerrar el Banco Central. No es tan complejo. Acusan a los chicos de que no leen o no se informan, pero no hace falta que lean para saber eso, es sentido común. Lo que pasa es que la casta política acostumbró a la gente a creer que somos víctimas de inflación y que no podemos escapar de eso. Además estos chicos de dieciséis años que votan no van a cambiar de idea, no van a querer volver atrás”.
En todo momento, Lilia Lemoine, conocida también como “Lady Lemon”, se encuentra flanqueada por un sujeto corpulento, que a todas luces parece su guardaespaldas. Es él quien me mira inquisidoramente y observa todos mis movimientos. Pese a ello, le pregunto a Lilia por la escasa participación territorial de La Libertad Avanza versus la abismal representación que tiene en las redes y en el boca a boca. Ante lo cual ella responde: “Hay algunas zonas del país donde se han abierto muchos locales, como en Mar del Plata por ejemplo, pero no es necesario, porque la militancia es algo que se hace intelectualmente y vos podés juntarte en cualquier lugar, como en una plaza como hacemos ahora; podés juntarte con tus amigos en tu casa, reunirte por zoomo hacer un spacede Twitter. No es necesario que haya unidades básicas. Solamente por cuestiones operativas tenemos algunas, donde se reparten flyersy se guardan boletas. Por otro lado, nosotros no hemos necesitado de caja para hacer política, porque la gente es la que hizo la campaña de Javier, y somos por eso la campaña que menos ha gastado”.
Pese a ser el espacio político más votado y a ser quien probablemente lidere la primera vuelta, La Libertad Avanza, según Juan Luis González, “no se está preparando para gobernar”. Es más, “hasta hace poco si hacías una reunión en un local pequeño, te sobraba lugar. Pero lentamente sindicalistas y empresarios se han empezado a arrimar a Milei, porque olfatean que va por ahí el poder, y por eso creo que se está produciendo una transición en LLA”.
Es obvio que Milei ha acumulado poder desde las primarias, y es obvio también que lo ha hecho desde una estructura partidaria casi nula, al menos en lo convencional; sin embargo, todo se le ha ido acomodando de tal forma que hasta estas y otras carencias pasan por virtudes. Y esto sucede incluso con sus intervenciones públicas: puede decir que quiere implementar los vouchersen la educación que, según él, es el modelo chileno, y nadie cuestiona si ese modelo es realmente chileno y si ha funcionado bien.
Tampoco nadie lo ha cuestionado por ser economista de la Universidad de Belgrano, que es una universidad de medio pelo en Argentina, pero así y todo él se da el lujo de tratar de “burros” a otros economistas con mejor formación. Milei hoy puede decir cualquier cosa y sus partidarios (los ya ganados en las primarias) lo aplaudirán, mientras que sus detractores se meterán en una discusión sin fin, tratando de encontrar dónde está el nudo de la cuestión. Pero lo que está en juego con Javier Milei es pura cáscara: su melena, su perro Conan, el eslogan de “Viva la Libertad, carajo”, sus locuras, sus gritos y destemplanzas. No hay argumentos. Por otro lado, que no esté preparado para gobernar es algo que lo tiene sin cuidado a él, a su espacio político y, sobre todo, a sus partidarios. Ganar es lo único que importa, gobernar ya es otro cuento. Y quizá ahí radique en lo peligroso que sería su triunfo.
Por último, para aquellos interesados en saber cómo serían las relaciones internacionales entre Chile y Argentina, le pregunté al segundo de Milei (Ramiro Marra) cómo serían, y él muy serio respondió: “Nuestro espacio entiende que las relaciones internacionales son de república a república y no de presidente a presidente”. No sé muy bien a lo que se referió, pero sonó bien, muy institucional. Quizá lo más institucional que escuché de la boca de alguien de La Libertad Avanza.