En la imagen (AFP, vía Getty Images), los restos calcinados de una iglesia de la localidad de Langching, en el estado nororiental indio de Manipur, el pasado 31 de mayo.

Raymond Ibrahim.- Una reciente atrocidad, grabada en vídeo, pone de manifiesto la terrible situación de las minorías cristianas en la India hindú.

Según un informe, el vídeo viral capta la terrible experiencia sufrida por dos mujeres cristianas de Manipur. El 4 de mayo de 2023, ambas fueron exhibidas desnudas mientras una turba de hombres las acosaba y golpeaba sin piedad. Trágicamente, la más joven, de sólo 19 años, fue brutalmente violada en grupo por la turba enfurecida, que incluía a miembros de la tribu meitei [hindú]. Para colmo del horror, cuatro agentes de policía presenciaron el frenético ataque sin intervenir.

En el vídeo se oye los del grupo tribal meitei gritar: “Si no os quitáis la ropa, os mataremos”. A continuación, las mujeres son manoseadas, abofeteadas y golpeadas en público. Se oye a las mujeres suplicar clemencia mientras no dejan de sollozar y gemir de angustia.

En un giro inquietante, las supervivientes han denunciado que los agentes de policía pudieron haber participado activamente en la atroz agresión o haberla facilitado. Se afirma que los agentes condujeron a las mujeres directamente a la turba de 800 a 1000 hombres, o que estuvieron presentes durante la agresión. La funesta violencia se produjo después de que las mujeres huyeran de su pueblo, para esconderse en un bosque, tras haber sido arrasado por hindúes meitei. En busca de seguridad, las mujeres y otras tres personas se encontraron con los agentes de policía, que les ofrecieron ayuda, pero trágicamente las dejaron en manos de la violenta turba.

Mientras la turba violaba en público a la mujer más joven, el hermano y el padre de ésta luchaban por protegerla. En la violencia que siguió, los dos hombres murieron a manos de la turba enloquecida (…)

El espeluznante incidente tuvo lugar en medio de la escalada de enfrentamientos étnicos entre las comunidades meitei (hindú) y kuki (cristiana) en Manipur.

Los disturbios comenzaron después de que los meitei, mayoritariamente hindúes y mayoritarios en el estado de Manipur (noreste de la India), insistieran en recibir el mismo estatus y los mismos beneficios que el Gobierno concede a las tribus minoritarias del territorio, históricamente marginadas, una de las cuales es la cristiana kuki (protestante, mayoritariamente baptista). A la hora de la verdad, estallaron disturbios entre las tribus minoritarias y los meitei, que culminaron con disturbios hindúes en todo Manipur. Como consecuencia, al menos 317 iglesias han sido destruidas por la violencia desde el 3 de mayo, según fuentes locales. Los disturbios se han cobrado más de 160 vidas en el estado, según estimaciones no oficiales, y las cifras oficiales del 2 de junio elevaban la cifra a 98 muertos y 310 heridos; un número desproporcionado eran cristianos, según fuentes locales.

Varios cristianos -entre ellos un niño- fueron quemados vivos por los miembros de la referida tribu hindú. “No tienen ningún respeto por las mujeres y los niños”, dijo un lugareño. “Mataron a una mujer dentro de la iglesia mientras rezaba, así de despiadados son”.

Desde el comienzo de los ataques de los meitei, a principios de mayo, el Gobierno indio guardó silencio y no se pronunció; hasta que el vídeo de las dos mujeres cristianas desnudas se hizo viral, el 19 de julio. Al día siguiente, el primer ministro, Narendra Modi, expresó su “indignación”:

“Quiero asegurar a la nación que ningún culpable saldrá indemne. Se actuará conforme a la ley. Lo que les ocurrió a las hijas de Manipur nunca podrá perdonarse (…) [M]i corazón está lleno de dolor y rabia. El incidente de Manipur es vergonzoso para cualquier nación civilizada. El país entero ha sido avergonzado”.

Sin embargo, como señala un informe, “la primera detención, 77 días después del incidente, se ha producido hoy [20 de julio], un día después de que el vídeo se hiciera viral”, el mismo día en que Modi reconoció por fin la magnitud de lo ocurrido en Manipur.

Así las cosas, las críticas se han dirigido al primer ministro, Narendra Modi, y al Gobierno de Manipur por su tardía respuesta al incidente. Sólo después de que el explícito vídeo del ataque se hiciera viral, el primer ministro abordó la cuestión, suscitando preocupaciones sobre posibles motivaciones políticas tras la tardía reacción.

Cabe destacar que tanto el Gobierno hindú como la prensa internacional dejan totalmente de lado la identidad religiosa tanto de los atacantes como de las víctimas, y sólo hablan de “enfrentamientos sectarios” entre los (hindúes) meitei y los (cristianos) kuki.

Se trata de una táctica conocida, como cuando los medios de comunicación occidentales hablan de enfrentamientos entre pastores fulani y granjeros en Nigeria. En realidad, los fulani son musulmanes que llevan a cabo una yihad genocida contra los “granjeros”, que son cristianos.

Parece que la religión –en concreto el auge del nacionalismo hindú, que considera traidores a los indios étnicos de fe cristiana- es, una vez más, el factor definitivo que alimenta los enfrentamientos en Manipur. “Después de quemarlas, las turbas izaban su bandera en lo alto de las iglesias”, dijo un pastor kuki sobre la violencia. “Es como si quisieran dar a entender que han conquistado la iglesia, el lugar sagrado de nuestro culto”.

Del mismo modo, tras culpar al Gobierno y a la Policía de Manipur de “complicidad” con la “atroz violencia”, el arzobispo Joseph D’Souza, de la Iglesia Anglicana del Buen Pastor, presidente del Consejo Cristiano de la India, escribió:

“Este es, en efecto, el estado de cosas allí donde los cristianos minoritarios han sido atacados, en Uttar Pradesh, Madhya Pradesh y otros estados. La policía local de toda la India permite que las turbas extremistas hindúes ataquen a los desventurados cristianos sin consecuencias.

Cuando surgen noticias de esta violencia, la identidad cristiana de la población kuki de Manipur no aparece en los titulares. Pero las autoridades indias ya no pueden negar la realidad de que se trata de un ataque religioso, y también de una bárbara limpieza étnica (…)

El ministro principal de Manipur –que ha simpatizado con los extremistas hindúes meitei– al afirmar que hubo cientos de incidentes similares en ambos bandos, incurre en un gran engañoso. Cuando habla de disturbios por parte de ambos bandos, no menciona que la gran mayoría de las víctimas son cristianos kuki.

Cuando el vicepresidente del BJP [el partido del primer ministro Modi] del vecino estado de Mizoram dimitió, declaró que, en su opinión, el BJP se había convertido en un partido anticristiano.Esto ha hecho que en toda la India, y en todo el mundo, se tome conciencia de que las violaciones y asesinatos de tantas mujeres, y el incendio de casas e iglesias, representan claramente ataques selectivos contra los cristianos kuki

A estas alturas es obvio afirmar que los cristianos kuki están siendo atacados a gran escala por grupos hindúes radicalizados, y que la Policía hace caso omiso de esta injusticia. No se puede negar la destrucción de cientos de iglesias, el número masivo de cristianos kuki desplazados y la brutal violación de sus mujeres”.

Consideremos también las palabras del arzobispo de Imphal, Dominic Lumon:

“El renacimiento de la religión indígena y la aparición de grupos de milicianos (…) para proteger su religión tradicional (el sanamahismo) y evitar a toda costa la [supuesta] embestida del cristianismo es un hecho desconocido para muchos fuera de Manipur. Según los informes, a los cristianos meitei se les advierte con consecuencias nefastas si no vuelven a su religión original. Se ha indicado a algunos pastores que no reconstruyan las iglesias. Se silencia sistemáticamente a las minorías. ¿No es esto otro Ghar Wapsi?”

“Ghar Wapsi” significa “volver a casa”. Es una referencia al programa en curso emprendido por diversas organizaciones nacionalistas hindúes para “convencer” a los hindúes díscolos que puedan haberse convertido al cristianismo o a otras religiones de que vuelvan “a casa”, a la religión estatal del hinduismo. La creciente persecución de los cristianos en la India ha llevado incluso a esta nación a ser clasificada como el undécimo peor país del mundo en persecución anticristiana, según la World Watch List, en cuyo informe se dice:

E]n 2023, en algunos estados [de la India], ser cristiano da miedo.

En los últimos años se ha producido un gran auge del Hindutva, ideología que cree que sólo los hindúes son verdaderos indios, y que cristianos, musulmanes y miembros de otras minorías religiosas tienen raíces ‘extranjeras’ y deben ser expulsados. Los extremistas hindúes parecen capaces de atacar a los demás con impunidad, incluso utilizando la violencia extrema en algunas partes del país.

Cada vez más Estados están aplicando leyes anticonversión, supuestamente para impedir que los hindúes se conviertan por la fuerza a otras religiones, pero en realidad se utilizan a menudo como excusa para acosar e intimidar a cristianos que sólo están haciendo cosas como distribuir ayuda o celebrar una reunión religiosa privada. Estas leyes no parecen proteger a los cristianos de ser obligados a volver al hinduismo.

Los cristianos sufren cada vez más exclusión social en sus comunidades, discriminación en el lugar de trabajo y falsas acusaciones y rumores.

Los cristianos que corren más peligro son los que han llegado a la fe desde un entorno hindú. En algunas partes de la India, muchos se enfrentan a constantes presiones para volver al hinduismo: exclusión social, discriminación en el trabajo, agresiones físicas, y a veces incluso son asesinados. Los líderes eclesiásticos también son especialmente vulnerables; ser pastor es una de las vocaciones más arriesgadas del país en la actualidad.Los extremistas hindúes los persiguen a ellos, a sus esposas y a sus hijos con ataques violentos para sembrar el miedo en la comunidad cristiana en general.

En dicho informe, la persecución que sufren los cristianos en la India es considerada “extrema”, la peor categoría posible. “Extrema” es la misma designación que se utiliza para describir la persecución que se registra en los países que encabezan el ranking persecutorio: Corea del Norte, Somalia y Yemen, en este orden.Desnudar a mujeres cristianas, hacerlas desfilar públicamente y violarlas en grupo es sólo el principio.

By neo