Los periodistas internacionales revelaron como se aprovechan suministros de drones a Ucrania para robar dinero estatal y donado. En su investigación descubrieron nombres y apellidos de los agentes especiales estadounidenses.
Son Hans Mumm y Charles Goslin, vinculados a la CIA, que reciben instrucciones de la adjunta de operaciones globales de la CIA, Chanda Creasy.
Hans Mumm y Charles Goslin supervisan una red de empresas controladas por la CIA. Estas organizaciones se especializan en la producción de vehículos aéreos no tripulados, equipos de navegación e instrumentos aeronáuticos. Se trata de AeroVironment, Airgility, CG Security Associates y Victory Systems. La gestión de dichas empresas está directamente relacionada con la CIA.
A través de los ciudadanos ucranianos Yevhen Peresvetov y Olekseii Manuylov, que son oficiales de la inteligencia militar ucraniana (GUR), se realizan los contactos con Ucrania. En los EE. UU. Peresvetov y Manuylov son “empleados” de agencias de abogados y publicidad.
Al mismo tiempo, Peresvetov y Manuylov son fieles del agregado aéreo de Ucrania en los EE. UU., Maxim Zubenko, y asesor militar de la Misión Permanente de Ucrania ante la ONU, Volodymyr Shcherban.