Si lo que vemos desde hace horas en las elecciones norteamericanas llega a ocurrir en Venezuela, Moldavia o Bielorrusia, el mundo progre-globalista estaría aullando histéricamente. No es de recibo que el sistema electoral de la primera potencia del mundo y la democracia moderna más antigua de Occidente, ofrezca el bochornoso espectáculo al que se está asistiendo desde que se abrieron las urnas y que se espera dure días… Y ya veremos si finalmente todo no lo decide un Tribunal de Justicia.
El actual presidente de EEUU y candidato a la reelección, Donald Trump, dijo que ve “muy raro” el conteo de los votos en algunos estados y planea recurrir a la Corte Suprema para disputarlo. Estas declaraciones indignaron al Partido Demócrata y pidieron esperar a que se cuente hasta el último voto en todos los estados.
“Anoche estaba liderando, a menudo sólidamente, en muchos estados clave, en casi todos los casos controlados y controlados por los demócratas. Luego, uno por uno, comenzaron a desaparecer mágicamente a medida que se contaban las papeletas de votación sorpresa. MUY EXTRAÑO, y los ‘encuestadores’ lo entendieron completa e históricamente mal!”, escribió Trump en la red social Twitter.
Luego de ver los resultados preliminares de las elecciones presidenciales en EEUU que dieron una clara ventaja al candidato demócrata Joe Biden, Donald Trump dijo que recurrirá a la Corte Suprema por la sospecha de un fraude durante la votación.
Desde el Partido Demócrata, a su vez, respondieron que temen a las amenazas de Trump y están preparados para responder en caso de que se llegue a la Corte Suprema. El asesor de campaña de Biden, Bob Bauer, afirmó que Trump no tendría éxito si apela a la Corte Suprema.
“Vamos a defender este voto, el voto por el cual Joe Biden ha sido elegido a la presidencia, y este intento de derrotar la intención de los votantes, de socavar la democracia, es absolutamente seguro que fracasará”, expresó.
Por su parte, el jefe de campaña del candidato demócrata, Jen O’Malley Dillon, dijo que Biden saldrá victorioso de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020, dado que está en camino de ganar en los estados clave de Wisconsin (norte), Pensilvania (noreste) y Michigan (norte).
En tanto, cientos de personas se concentraron en cercanías de la Casa Blanca y criticaron la lentitud del sistema electoral por no contar hasta ahora con los resultados oficiales. Mientras que millones de estadounidenses permanecerán en vigilia hasta saber quien presidirá en los próximos 4 años.
La campaña de Trump presenta una demanda en Míchigan para detener el recuento de votos
La campaña de Donald Trump ha presentado este miércoles una demanda en el Tribunal de Reclamaciones de Míchigan para detener el recuento electoral.
Desde la campaña republicana declararon que no han tenido “acceso significativo a numerosos lugares de escrutinio para observar la apertura de las boletas y el proceso de escrutinio garantizado por la ley de Míchigan”.
“Hoy hemos presentado una demanda en el Tribunal de Reclamaciones de Míchigan para detener el recuento hasta que se haya otorgado un acceso significativo”, comunicaron. Además, la campaña exigió que “se revisen las boletas que se abrieron y contaron mientras [no tenían] un acceso significativo”.
“El presidente Trump está comprometido a garantizar que todos los votos legales se cuenten en Míchigan y en cualquier otro lugar”, concluyeron.
La campaña de Trump solicitará el recuento de votos inmediato en Wisconsin
WASHINGTON (Sputnik) — La campaña del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, solicitará inmediatamente un recuento de votos en el estado clave de Wisconsin (norte), dijo el director de campaña Bill Stepien en un comunicado.
El candidato demócrata Joe Biden está por delante de Trump en un 0,6% en Wisconsin después del recuento del 99% de los votos, según CNN. Los funcionarios de Wisconsin han dicho que todavía están contando votos.
“Ha habido informes de irregularidades en varios condados de Wisconsin que plantean serias dudas sobre la validez de los resultados. El presidente está dentro del umbral para solicitar un recuento y lo haremos de inmediato”, dijo Stepien.
Wisconsin, con sus 10 votos en el colegio electoral, es parte del Rust Belt junto con Michigan (noreste) y Pensilvania (noreste), que en 2016 llevaron a Trump a la Casa Blanca.
En Wisconsin, un candidato presidencial puede solicitar el recuento de votos si el margen es inferior al 1%.
Twitter censura a Trump: ¿quién tiene el poder real?
Twitter ocultó el tuit del presidente de EEUU, Donald Trump, en el cual afirmaba que sus rivales están intentando “robarse las elecciones”. La administración de las redes sociales estadounidenses no es favorable al candidato republicado, explica a Radio Sputnik el vicepresidente de la Comisión de Medios de Comunicación, Alexander Malkevich.
“Estamos en pleno auge, pero están tratando de robarse las elecciones. Jamás permitiremos que lo hagan”, escribió el mandatario estadounidense.
Twitter ocultó este texto con un aviso de que este tuit es cuestionable y puede proporcionar información engañosa. Para ver el contenido es necesario apretar un botón adicional.
La administración de las redes sociales estadounidenses es más favorable al contrincante de Trump, explicó a Radio Sputnik Alexander Malkevich, vicepresidente de la Comisión de Medios de Comunicación de la Cámara Pública de Rusia y presidente de la Fundación para la Protección de los Valores Nacionales.
El experto recordó que los gigantes mundiales de la tecnología y los jefes de todos los principales medios de comunicación abogan por Biden y están en contra del candidato republicano.
“Deseo que Trump gane solo por una razón: una semana antes de las elecciones prometió que en caso de ganar aboliría la sección 230 de la Ley de Ética en los Medios de Comunicación”, afirma el periodista.
Esta sección defiende a las empresas de Internet contra las demandas cuando moderan o eliminan un contenido, explica Alexander Malkevich.
La censura real en las redes sociales globales amenaza a todos los países, incluso a Rusia, asegura el especialista.
Los gigantes tecnológicos se consideran superiores a cualquier gobierno, cualquier estado, e incluso el presidente estadounidense no puede hacer nada con los moderadores anónimos que censuran sus tuits, bloquean sus cuentas, opina Malkevich. Avisa que los medios liberales, “los demócratas mundiales” se adjudicaron el derecho a definir lo que es bueno y lo que es malo, y toda la agenda conservadora a nivel mundial está amenazada.
“Puesto que Rusia es un país patriarcal en un sentido amplio, nuestros valores también están bajo amenaza”, piensa el periodista.
Berlín califica de explosiva la situación en EEUU
MOSCÚ (Sputnik) — La ministra de Defensa de Alemania, Annegret Kramp-Karrenbauer, calificó de explosiva la situación en torno al conteo de votos electorales en EEUU.
“Es una situación muy explosiva”, dijo al canal ZDF y advirtió de una posible “crisis constitucional” en EEUU.
Horas antes al intervenir ante sus seguidores el candidato republicano y actual presidente Donald Trump se autoproclamó ganador de las elecciones pese a que el conteo de votos está en curso.
El presidente denunció “un enorme fraude” e irregularidades en el conteo de votos y anunció que acudirá a la Corte Suprema para detener el escrutinio de votos.
El equipo de su rival, el demócrata Joe Biden, rechazó las declaraciones de Trump y prometió responder a esta acción.
Análisis: ¿Trump o Biden? La encrucijada que definirá el camino de Estados Unidos
Alejandro Cuevas Vidal
El mundo observa quién será el nuevo presidente de los Estados Unidos. Donald Trump y Joe Bilden se baten en unas elecciones abiertas y que pueden acabar con un cambio de paradigma en el gigante norteamericano.
La incertidumbre planea sobre Estados Unidos. Horas después de cerrar los colegios electorales en todo el territorio, el país norteamericano sigue sin conocer el nombre de su presidente. Las encuestas aventajaban a Joe Biden sobre el actual mandatario Donald Trump, sin embargo, la realidad indica un porcentaje distinto. La distancia entre ambos es mucho menor y el próximo inquilino de la Casa Blanca se decidirá en los denominados como estados clave. Los resultados de Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Georgia o Arizona decantarán la balanza.
A pesar de que Trump se ha autoproclamado vencedor de la contienda electoral y tiene la intención de llevar el recuento a la Corte Suprema, Estados Unidos sigue contando votos. Varios condados paralizaron dicha actividad hasta la mañana del 4 de noviembre. Además, todavía hay que esperar a lo que diga el voto por correo. Casi 64 millones de estadounidenses han enviado su voto por carta, el cual puede resultar clave ante la mínima diferencia entre los candidatos en distintos estados. “El voto por correo es impredecible. No sabemos si es un voto protesta contra Trump o si la gente simplemente ha optado por este a raíz del tema del COVID-19, independientemente del candidato. En muchos casos, depende de cada estado”, comenta Iñigo Arbiol, profesor de Relaciones Internacionales y director del Máster de Relaciones Internacionales y Diplomacia Empresarial de la Universidad de Deusto, a Sputnik Mundo.
El recuento total podría tardar semanas. El voto por correo debe tener el matasellos del 3 de noviembre en todos los estados, sin embargo, en algunos se permite seguir recibiendo votos mucho después. Por ejemplo, en Carolina del Norte o Pensilvania, estados clave, se pueden recoger votos hasta el 6 de noviembre. En Minnesota o Nevada hasta el 10 de noviembre. En Ohio, el 13 de noviembre es la fecha límite. En Washington, se permite hasta el 23 de noviembre, un día antes de que el estado certifique sus resultados electorales.
“Todavía estamos lejos de un resultado final. Falta una parte importante del voto por escrutar. Con una diferencia mínima entre ambos candidatos en muchos estados, cualquier voto es crucial”, afirma el experto.
Eso sí, Arbiol reconoce que el mapa político será similar. Las costas con mayor presencia demócrata y el interior con predominancia republicana. “Estas elecciones vuelven a demostrar que Estados Unidos está muy polarizado. Sin duda, es un país de países. Hay realidades sociales muy distintas en cada uno de los estados y eso se traduce en los resultados. Incluso, existen estados donde conviven dos maneras muy distintas de percibir la realidad. Solo hay que observar la diferencia mínima de votos entre candidatos en lugares como Georgia o Nevada”, continúa.
¿Trump o Biden?
Tanto Trump como Biden pueden alzarse con la victoria. El candidato demócrata tiene opciones de sentarse por primera vez en el Despacho Oval y el actual presidente de continuar en la Casa Blanca. Dos vertientes distintas que marcarán el devenir de Estados Unidos durante los cuatro próximos años.
En caso de ser reelegido Trump, se continuará con el desmantelamiento del Obamacare, la reforma del sistema migratorio o el recorte de impuestos a las corporaciones. Además, se apostará por mantener la economía abierta y evitar el confinamiento de la población en plena segunda ola de la pandemia de coronavirus. En un principio, la dirección de sus políticas se mantendrá, no obstante, Arbiol comenta que el actual mandatario contará con una mayor libertad a la hora de tomar decisiones, algo habitual en los segundos mandatos de los líderes de Washington. “Hay que tener en cuenta que no será el mismo Trump. Encontraremos a un Trump más auténtico, menos sujeto a la necesidad de una reelección electoral”.
“La política de Trump se guía mucho por los impulsos y pálpitos y no por una visión colegiada con expertos. Si el Senado es republicano, las propuestas del presidente serán una montaña rusa y puede acrecentar la crisis de credibilidad política que sufre Estados Unidos”, indica.
Pero, para que se de esta situación el Congreso de Estados Unidos se tiene que teñir de los colores políticos del magnate. Los demócratas mantendrán la mayoría en la Cámara de Representantes, mientras que la batalla está servida en el Senado. Los republicanos deberán mantener sus escaños en la Cámara Alta estadounidense para que, en el caso de conseguir Trump su segunda legislatura, pueda actuar con solvencia.
“Hay que esperar a que las cámaras le apoyen, ya que si no lo hacen la capacidad legislativa del presidente se vería muy mermada. Estas instituciones podrían significar muros de contención a su gobierno. Su política legislativa se congelaría. Poder ejecutivo y legislativo chocarían en Estados Unidos”, explica Arbiol.
Eso mismo le podría suceder a un victorioso Biden con un Senado republicano. Si vence en la Cámara Alta y llega a la presidencia, el demócrata tendrá la opción de desplegar su propuesta, muy centrada en el gasto social y una mayor incidencia en la prevención del coronavirus. Se potenciará el Obamacare, subirán los ingresos mínimos o se tomarán medidas favorables al aborto o los derechos de la comunidad LGTBI.
“A nivel federal, Biden será el culmen de lo que Obama no pudo hacer al encontrarse con unas cámaras republicanas en su mayoría”, destaca el experto en relaciones internacionales.
Al margen de sus programas, una de las grandes diferencias entre ambos candidatos es el tono político. Mientras Biden apuesta por una mayor suavidad e inclusividad, Trump se muestra más enérgico, jugando con elementos en los que mezclan desafección y nacionalismo, que pueden caer en afirmaciones discriminatorias. Pero, el aspecto en el que más difieren es en la política exterior, según Arbiol.
Política internacional
El resultado de las elecciones de Estados Unidos es seguido con atención en todos los países. El camino que tome el gigante norteamericano está en el punto de mira de todos los gobiernos del mundo, que realizan sus cábalas a la espera de conocer el nombre del presidente. Algunos esperan que Trump logre la reelección. Mientras, otros apuestan por la victoria de Biden, al menos para limar asperezas.
Es el caso de la Unión Europea y por ende de España. A pesar de que Bruselas no espera un giro drástico en la posición de Estados Unidos respecto al Viejo Continente y avisa que “su agenda no va a cambiar”, sí que cree que la llegada del demócrata suavizaría los roces con Washington y tal vez permitiera recuperar el consenso en puntos como la lucha contra el cambio climático.
“Biden revitalizaría el multilateralismo liderado por Estados Unidos, algo similar a lo que hizo Obama. Espacios de diálogo, tanto a nivel nacional como internacional. La Unión Europea tiene mucho que ganar en un diálogo en positivo con Estados Unidos. Mantener un lazo de confianza transatlántico es favorable para ambos actores frente a la compleja realidad mundial”, asevera el politólogo.
El Reino Unido pos-Brexit buscará mantener los lazos que le unen a Estados Unidos, independientemente del candidato electo. La presidencia de Biden podría hacer que Washington girase hacia Francia o Alemania, como sucedió durante el mandato de Barack Obama. No obstante, la relación británico-estadounidense con casi total probabilidad seguirá firme en ámbitos como defensa o inteligencia. En términos económicos, está por ver si Biden mantendría la promesa de un acuerdo comercial con el Reino Unido que propuso Trump y que vendría a sustituir los huecos de la ruptura con la Unión Europea.
Según Arbiol, la posición estadounidense frente a Bruselas también se entrevé importante en las futuras relaciones con el Kremlin. “Si Rusia se encuentra con una Unión Europea con menor determinación para defender sus intereses, tirará más de la cuerda. Si ve que la Unión Europea cuenta con el respaldo estadounidense, como sucedió durante la época Obama, tirará menos. Al final es lo que hace cualquier actor. Llevas tu política en relación a los agentes de tu alrededor”.
No obstante, Moscú se muestra pesimista en sus relaciones con Estados Unidos. En el caso de Biden, el demócrata ha llegado a definir a Rusia como “la amenaza global más seria para Estados Unidos”. Trump tampoco es una opción. “No hay motivos para creer que Trump sea una buena opción para mejorar las relaciones entre Moscú y Washington. Durante los cuatro años de su presidencia, las relaciones han ido cuesta abajo: se han impuesto nuevas sanciones, no hay contactos a nivel político y diplomático, la guerra de la información continua y el sistema de control de armas ha sido casi destruido”, apunta Natalia Vijiareva, presidenta del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales, a La Vanguardia.
Otro punto clave en la política exterior es China. La relación entre los dos colosos pasa por su momento más bajo, con acusaciones surcando casi a diario las aguas del Pacífico. Para el experto en política internacional, Biden sería la menos mala.
“Diría que ayudaría a rebajar la tensión entre dos economías muy interdependientes entre ellas. En lo geopolítico, China y Estados Unidos se van a seguir enfrentando, pero si se trata a otros niveles la guerra comercial, que no creo que se rebaje, les irá bien a ambos”.
En Oriente Medio, Irán espera un cambio radical en Estados Unidos tras las malas experiencias con la administración Trump. Distinto es el punto de vista en las monarquías del Golfo, donde una victoria de Biden impulsaría una revisión de las relaciones con Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos, sobre todo en términos de derechos humanos. Difícil será también para Israel contemplar un presidente distinto a Trump tras la sintonía existente en los últimos años entre este y el líder israelí Benjamin Netanyahu. Precisamente, el candidato republicano está tras el acercamiento entre Tel Aviv y Riad o Abu Dabi.
Por su parte, la política estadounidense hacia América Latina no cambiará de manera radical según Arbiol. Eso sí, el acercamiento a la región puede ser distinto. “En el ámbito de la política comercial con América Latina, no habrá grandes cambios. En el ámbito político, Trump busca una política transaccional con determinados países. Si gana Biden también lo hará, aunque es probable que se presente en la región con políticas de cooperación regional. Pero tiene que encontrar una respuesta positiva. Es difícil saber qué sucederá en países como Venezuela, Brasil, Argentina o Bolivia. No te puedes referir a América Latina como un conjunto, ya que sería un error”.
Las conversaciones que se entablen dependen del resultado electoral. Trump o Biden. Estados Unidos enfrenta sus próximos cuatro años como actor internacional. Y con este país, el mundo.