El presidente demócrata Joe Biden firmó el lunes una orden ejecutiva que obliga a las grandes empresas tecnológicas que desarrollan inteligencia artificial (IA) a programar ideología marxista radical en sus productos
La Casa Blanca anunció la orden a principios de esta semana, alegando que busca regular la emergente industria de la IA
Sin embargo, en la letra pequeña de la orden ejecutiva de Biden hay una disposición que estipula que la IA debe ayudar a impulsar la agenda izquierdista.
La orden de Biden exige que la IA debe programarse con una base basada en la “equidad”. No debe confundirse con “igualdad”, la agenda de “equidad” de la izquierdase basa en el marxismo cultural.
Mientras que la “igualdad” enseña que todos deben ser tratados por igual, sin importar su raza o sexo, la “equidad” afirma que las personas deben ser tratadas de manera diferente según su color de piel, “identidad de género” o estado mental.
Bajo la ideología de la “equidad”, por ejemplo, una persona transgénero recibiría ventajas, como obtener una beca universitaria o una oferta de trabajo, sobre una persona normal.
La Casa Blanca dice que enviará directrices a los propietarios, contratistas federales, programas de beneficios federales y otros para reducir la posibilidad de prejuicios raciales y de otro tipo en el uso de la IA
También se aplicarán las nuevas leyes y se procesarán a quienes no las cumplan.
Lahoja informativa de la Casa Blanca sobre la orden ejecutiva establece que habrá “capacitación, asistencia técnica y coordinación entre el Departamento de Justicia y las oficinas federales de derechos civiles sobre las mejores prácticas para investigar y procesar violaciones de derechos civiles relacionadas con la IA”.
Además, el uso de la IA en el sistema de justicia penal será una máxima prioridad.
La administración Biden planea desarrollar “mejores prácticas sobre el uso de IA en sentencias, libertad condicional y libertad condicional, libertad y detención preventiva, evaluaciones de riesgos, vigilancia, pronóstico de delitos y vigilancia policial predictiva, y análisis forense”.
El temor tácito es que a la IA se le permita analizar ciertos tipos de datos, como antecedentes penales y calificaciones crediticias, lo que podría dar lugar a resultados desiguales para ciertos grupos.
Si se utiliza la IA para aprobar solicitudes de hipotecas, por ejemplo, es más probable que una persona sea aprobada si es “no binaria” y pertenece a una minoría racial, mientras que un hombre blanco heterosexual podría tener dificultades.
La orden ejecutiva también contiene otras prioridades.
Requerirá que las empresas de inteligencia artificial utilicen marcas de agua para que las personas puedan distinguir entre contenido generado por inteligencia artificial (en particular imágenes y videos) y contenido no generado por inteligencia artificial.
También involucra al gobierno en las pruebas de seguridad de la IA.
El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología establecerá estándares para probar la seguridad de los nuevos sistemas de IA.
Mientras tanto, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) establecerá una “Junta de Seguridad de IA” para garantizar que los sectores de infraestructura críticos cumplan con esos estándares de seguridad.
Sin embargo, la participación del DHS en la regulación de la IA puede alarmar a los activistas por la libertad en línea.
El papel central de la agencia en la censura y los ataques contra los estadounidenses sin duda levanta señales de alerta.
En el pasado, las subagencias del DHS han utilizado un pretexto de ciberseguridad para asumir un papel de liderazgo en la censura de la “desinformación” y han creado guías para “desradicalizar” a los estadounidenses conservadores.