CMV.- El obispo de Tenerife pide perdón por sus palabras sobre la homosexualidad. La enésima confirmación escandalosa de una inquietante desviación de la actual jerarquía, y en particular de sus más altos miembros romanos, de la ortodoxia católica. La corrompida jerarquía católica ha renunciado deliberadamente a la misión sobrenatural de la Iglesia, haciéndose sierva del Nuevo Orden Mundial y del globalismo masónico en un contra-magisterio anticristiano. Los mismos Dicasterios Romanos, ocupados por personas ideológicamente alineadas con Jorge Mario Bergoglio y protegidos y promovidos por él, continúan ahora desenfrenados en su implacable labor de demoler la Fe, la Moral, la disciplina eclesiástica y la vida monástica y religiosa, en un esfuerzo que es tan vano como imprecedente por transformar a la Esposa de Cristo (Esposa de Cristo=la Iglesia) en una asociación filantrópica esclavizada por los Poderes Fuertes. El resultado es la super-imposición sobre la verdadera Iglesia de una secta de modernistas herejes y depravados que intentan legitimar el adulterio, la sodomía, el aborto, la eutanasia, la idolatría y cualquier perversión del intelecto y la voluntad. La verdadera Iglesia es ahora eclipsada, negada y desacreditada por sus mismos pastores, traicionada incluso por quien ocupa el Trono más alto.
El hecho de que la iglesia profunda haya logrado elegir a su propio miembro para llevar a cabo este plan infernal de acuerdo con el estado profundo ya no es una mera sospecha, sino un fenómeno sobre el que ahora es imprescindible hacer preguntas y esclarecer. La sumisión de la Cathedra veritatis a los intereses de la élite masónica se manifiesta en toda su evidencia, en el silencio ensordecedor de los pastores y en el desconcierto del Pueblo de Dios, abandonado a sí mismo.
Una demostración más de esta libido serviendi degenerada del Vaticano hacia la ideología globalista es la elección de oradores para dar testimonios y conferencias: partidarios del aborto, del uso de material fetal en la investigación, del declive demográfico, de la agenda pan-sexual LGBT, y por último, pero no menos importante, de la narrativa del Covid y las llamadas vacunas.
En esta representación sacrílega, el orden de la Creación se subvierte en la anti-creación terapéutica, en la cual el hombre se salva a sí mismo y se convierte en el loco autor de su propia «redención» de salud. En lugar de la fuente purificadora del Bautismo, la religión Covid propone la vacuna, portadora de discapacidades y muerte, como único medio de salvación. En lugar de Fe en la Revelación de Dios, encontramos la superstición y el asentimiento irracional a preceptos que no tienen nada de científico, con ritos y liturgias que imitan la verdadera Religión en una parodia sacrílega.
La Conferencia Episcopal Española tiene mucho cuidado de no mencionar ni siquiera indirectamente la enseñanza perenne del Magisterio sobre cuestiones morales y doctrinales de la mayor importancia. Por el contrario, el elogio adulador de la mentalidad mundana y la ideología imperante se ha convertido en la única voz, junto con el repertorio ecuménico amorfo inspirado en la Nueva Era.
En La Salette, Nuestra Señora nos advirtió: «Roma perderá la Fe y se convertirá en la sede del Anticristo». No será la Santa Iglesia, indefectible por las promesas de Cristo, la que perderá la Fe: será la secta que ocupará la Sede del Santísimo Pedro y que hoy vemos propagando el anti-evangelio del Nuevo Orden Mundial. Ya no es posible callar, porque hoy nuestro silencio nos haría cómplices de los enemigos de Dios y de la raza humana. Millones de fieles están disgustados por los innumerables escándalos de los Pastores, por la traición a su misión, por la deserción de aquellos que por las Ordenes Sagradas están llamados a dar testimonio del Santo Evangelio y no a apoyar el establecimiento del reino del Anticristo.
El obispo de Tenerife pide perdón
El obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, ha pedido perdón este viernes por sus declaraciones sobre la homosexualidad, que calificó de “pecado mortal” en una reciente entrevista, y ha admitido que no estuvo “acertado”.
En un comunicado, Bernardo Álvarez pide perdón “a cuantos haya podido ofender con mis palabras, de manera especial a las personas LGTBI, a quienes expreso mi respeto y consideración”.
En esa entrevista en la Televisión Canaria, el obispo manifestó que “para que una cosa sea pecado mortal hace falta que la persona sea consciente de que es pecado, que lo haga libremente y que no esté condicionada por nada” y añadió, en referencia a la homosexualidad: “A pesar de que saben que está mal, lo hacen, sin ser condicionados por nada. Es como la persona que bebe y cuando bebe hace cualquier disparate. Claro, lo que tiene que hacer es no beber”.
“He de reconocer que no estuve acertado al responder a algunas cuestiones que requieren una más detenida reflexión y explicación”, abunda el obispo de la Diócesis Nivariense, y añade: “no quise fomentar la discriminación, ni comparar la homosexualidad con el alcoholismo ni con cualquier otra realidad”.
“Lamento haber inducido a confusión y causado dolor”, asegura Álvarez, quien como obispo, indica, reitera su “adhesión a las enseñanzas de la Iglesia” y su “voluntad de transmitirlas fielmente”. Asimismo, manifiesta su comunión con el Papa Francisco y su magisterio.
Las palabras de Bernardo Álvarez han causado un enorme revuelo y generado un hondo rechazo en la sociedad e incluso en la clase política, empezando por el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, que las calificó de “inaceptables”.
El sindicato CC.OO. ha solicitado a la Fiscalía que investigue al obispo de Tenerife por sus declaraciones sobre la homosexualidad, porque considera que “pueden ser tipificadas como delito de odio”.
Mientras, la asociación LGTBI Diversas ha lanzado una campaña en internet pidiendo el cese del obispo en la que ha recabado más de 4.440 firmas en 24 horas.