El acuerdo entre Buenos Aires y Washington para instalar una base logística en el sur de Argentina podría involucrar a EE.UU. y China y traer mayor influencia externa al sur de Sudamérica. Esta prevista base logística preocupa a Chile, que planea una sesión legislativa en la Antártida para fortalecer su soberanía en el aislado continente.

Cuando el presidente argentino Javier Milei visitó la ciudad más austral de su país, Ushuaia, para anunciar la participación de Estados Unidos en una base logística antártica, se generó preocupación en Santiago, cuyo reclamo de soberanía sobre la Antártida se superpone parcialmente con el de Argentina. La preocupación chilena se consolidó cuando Milei afirmó en entrevista con Neura Media que el apoyo de Estados Unidos en el sur no sólo fortalece, según el presidente, el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, en manos británicas, más conocidas como Islas Malvinas, sino que también “respalda el reclamo sobre la Antártida”.

A partir de estas declaraciones, la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados de Chile decidió reunirse el próximo 21 de mayo en la Antártida, tanto para conocer más sobre el estado actual de las actividades como para dar una “señal de soberanía al territorio nacional”, dijo el presidente. de la comisión, el diputado Francisco Undurraga, según informó el diario chileno La Tercera.

Asimismo, un miembro de la comisión, Andrés Jouannet, explicó al medio que solicitó que la sesión se realice “en el contexto de los reclamos que tienen la Argentina y el presidente Javier Milei”.

“Por primera vez en la historia de la República y de la Antártida se reunió una comisión de Defensa en las tres bases. Fue una acción absolutamente geopolítica y soberanista. Tanto es así que en la base Arturo Prat, cuando estábamos reunidos, estaba afuera un buque de guerra argentino”, dijo Jouannet al recordar cómo, en enero de 2023, el organismo sostuvo reuniones en bases navales chilenas en la Antártida.

El gobierno chileno parece compartir las preocupaciones de los congresistas ya que la ministra de Defensa, Maya Fernández, también extendió la invitación a la Antártida a diputados y senadores de la Comisión de Defensa. Por ello, la próxima sesión en el continente más austral involucrará al Ejecutivo.

Los derechos de Chile sobre la Antártida fueron establecidos en 1554 sobre el concepto de uti possidetis, que corresponde al establecimiento de límites post-independencia para los países latinoamericanos. Chile reclama su posesión de la Antártida entre los meridianos 53 y 90, una parte de la cual se superpone con el reclamo argentino entre los meridianos 25 y 74. En ese sentido, si bien hubo cooperación entre ambos países, existe una competencia geopolítica que, por el momento, está contenida en el Tratado Antártico, que estará vigente al menos hasta 2048.

En juego entre Argentina y Chile están las ciudades de entrada a la Antártida, lugares desde donde los países reciben asistencia logística para enviar sus contingentes a la Antártida, el continente más austral del mundo. La ciudad argentina de Ushuaia entra en competencia directa con la chilena Punta Arenas y Puerto Williams, la ciudad más austral de Chile.

La clave de la preocupación de Chile radica en que, dentro de la competencia que ambos países mantienen por su posición estratégica sobre la Antártida, Argentina ha intentado involucrar a potencias ajenas a la región. Los contactos del gobierno de Alberto Fernández (2019-2023) con China y el de Milei con EE.UU. para instalarse en Ushuaia son muestra de ello.

Traer la competencia extranjera entre Estados Unidos y China a la región sólo crea mayores problemas. Chile y Argentina tienen una historia de cooperación en asuntos antárticos, y es mejor mantenerla bilateralmente en lugar de incorporar a otros actores internacionales como Estados Unidos y China.

Vale señalar que el acuerdo entre Argentina y EE.UU. fue acordado por la jefa del Comando Sur del Ejército estadounidense, Laura Richardson, y no por el embajador en el país, Marc Stanley, ni ningún enviado del sector comercial. Esto confiere al acuerdo un carácter muy especial, teniendo en cuenta que en sus informes el Comando Sur ve la injerencia de China en la región como una gran amenaza.

Por ello, el acuerdo presentado con entusiasmo por Milei constituye más una jugada de Estados Unidos que de Argentina en su objetivo de mantener a raya a China en la región. Sin embargo, el presidente argentino tiene una posición equivocada si cree que Washington favorecerá a Argentina en una disputa de soberanía con el Reino Unido, su mayor aliado histórico, sobre las Islas Malvinas.

A pesar de la realidad de que Washington siempre favorecerá a Londres, Milei desea desesperadamente que Argentina se convierta en un “socio global” de la OTAN. Aunque unirse a la OTAN no obligaría a Argentina a abrir bases militares extranjeras en su territorio, una participación más profunda en la Alianza podría presionar al Congreso para que las permita, particularmente en Ushuaia, lo que nuevamente preocupa a Chile, ya que los buques de guerra de la OTAN estarán en la frontera de Chile y en una zona de fácil navegación. distancia a Punta Arenas y Puerto Williams.

 

By Saruman