A las 05:00 horas de la mañana, sábado 17 de mayo de 2025, comenzó la Operación “Carros de Gedeón”.

Es la fase final del exterminio y limpieza étnica de más de 2 millones de palestinos.

Las hordas asesinas, los exterminadores de mujeres y niños –a los que ya ni siquiera se les puede llamar ejército– han lanzado un ataque a gran escala sobre Gaza por tierra, por mar y por aire.

Civiles indefensos, niños, mujeres, personas frágiles, agotadas y hambrientas que después de más de 550 días de bombardeos con misiles, ahora con la Operación Carros de Gedeón, están siendo masacrados y deportados sin ninguna piedad, sin más obstáculos.

Los helicópteros de guerra israelíes, en estas mismas horas, están sobrevolando Khan Yunis.

La marina con barcos amarrados frente a la costa de Gaza, está bombardeando la costa.

La infantería israelí con artillería y vehículos blindados ha entrado en masa en el norte de la Franja de Gaza y dispara a todo lo que se mueve.

El objetivo es claro y declarado, no hay más malentendidos, ni rehenes, ni otras justificaciones, se trata de exterminar al mayor número de personas posible, al mismo tiempo que empujar a los civiles supervivientes, hacia el sur de la Franja de Gaza, encerrarlos en una zona de 45 kilómetros cuadrados cerca de Egipto, amontonarlos peor que animales al matadero, en una zona estrecha sin vía de escape, donde no hay nada más que tierra desértica, sin agua, sin comida, sin hospitales ni centros de salud, sin nada de nada.

El objetivo es mantener encerrados a los supervivientes palestinos, disponer de sus vidas a su antojo dentro de esa pequeña franja de tierra, agotarlos de hambre y penurias y, como única alternativa a la muerte en un sufrimiento atroz, imponerles la deportación forzosa a otros países.

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Dos palestinos asesinados mientras llevaban harina a su casa para hacer pan…

Nos encontramos ante las etapas finales de un exterminio.

Lo que hoy se hace con el pueblo palestino, mañana podría hacerse con otros pueblos, por el solo hecho de existir y resistir, representando un obstáculo a los propósitos locos y criminales de alguien.

Por Saruman