Brasilia denuncia las atrocidades israelíes en Gaza y Cisjordania ocupada, citando el hambre como arma y pidiendo rendición de cuentas internacional.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil anunció el 24 de julio que se encuentra en las etapas finales de presentación de una intervención formal en el caso “Sudáfrica vs. Israel” ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), bajo la Convención sobre el Genocidio.
En su declaración, el ministerio condenó las acciones de Israel en Gaza y Cisjordania ocupada, citando “episodios recurrentes de violencia” y lo que describió como el “uso descarado del hambre como arma de guerra ”.
“La comunidad internacional no puede permanecer impasible ante las atrocidades que se cometen”, afirma la declaración, añadiendo que “ya no hay margen para la ambigüedad moral ni la omisión política. La impunidad socava la legalidad internacional y la credibilidad del sistema multilateral”.
Brasilia subrayó que su decisión se basa en “la plausibilidad de que los derechos de los palestinos a la protección contra actos de genocidio estén siendo irreversiblemente perjudicados”.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva describió recientemente la campaña de Israel en Gaza como un genocidio durante una reunión de los BRICS.
La medida sigue a las intervenciones en el caso de la CIJ por parte de otros estados, incluidos España, Turquía e Irlanda, todos instando al tribunal a afirmar que Israel está violando sus obligaciones bajo la Convención sobre el Genocidio de 1948.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil dijo que estaba reaccionando a un patrón de abusos “que no se limita a la Franja de Gaza sino que se extiende a Cisjordania”.
Desde enero, la CIJ ha emitido medidas provisionales que ordenan a Israel prevenir actos genocidas y permitir la ayuda humanitaria. Sin embargo, organizaciones humanitarias y funcionarios de la ONU afirman que Tel Aviv continúa desafiando la orden.
En marzo, Israel impuso un bloqueo total a Gaza, deteniendo toda ayuda durante varios meses antes de permitir entregas limitadas a través de la llamada Fundación Humanitaria de Gaza (FGH), un programa de ayuda letal respaldado por Estados Unidos e Israel.
Desde mayo, las fuerzas de ocupación israelíes han asesinado a más de 1.000 palestinos que esperaban ayuda en los puntos de distribución del GHF. Funcionarios de la ONU han calificado estas zonas de ”trampas mortales ” y se niegan a cooperar con el GHF, que ha sustituido a las organizaciones internacionales de ayuda humanitaria a las que Israel ha vetado la entrada a Gaza.
La Embajada de Israel en Brasilia criticó la declaración de Brasil por utilizar “palabras duras que no reflejan plenamente la realidad de lo que está sucediendo actualmente en Gaza” y afirmó que Brasilia había “ignorado por completo” a Hamás.
La asociación nacional israelí CONIB acusó a Brasil de “romper” su asociación histórica con Israel y calificó la decisión de intervenir como “una acción equivocada que demuestra el extremismo de nuestra política exterior”.
La CIJ aún no ha decidido si Israel está cometiendo genocidio, pero concluyó que hay motivos plausibles para creer que sus acciones podrían constituir genocidio según la Convención de Ginebra.