Un filósofo alemán exiliado explica cómo el complejo academia-medios de comunicación fabrica el consentimiento.
HeÂtenido mis diferencias con Noam ChomskyÂ. Pero cuando él y Ed Herman argumentaron que las industrias de la información occidentales (empezando por los medios de comunicación y el mundo académico) son fábricas de propaganda que “fabrican consenso”, acertó de pleno.
Hoy viajamos a Asia para conocer desde dentro la rama académica de la industria de la fabricación del consentimiento.ÂEl Dr. Thorsten PattbergÂobtuvo su doctorado en la Universidad de PekÃn, ha sido profesor visitante en la Universidad de Tokio y ha escrito extensamente sobre lo que él llama la “dicotomÃa Este-Oeste”. En esta entrevista, reflexiona sobre sus experiencias al observar cómo la academia occidental produce salchichas de propaganda antichina, entre otros manjares mentales insalubres.
Selección de la entrevista
Y me interesó mucho porque, obviamente, formaba parte de esta comunidad de expertos. Y es fascinante cómo lo hacen. Acabamos de mencionar a Google y todo eso. Analizan China desde una perspectiva occidental y censuran a todos los chinos. No quieren que nadie que diga algo positivo sobre China tenga una plataforma en Google, que sea preferido, destacado o lo que sea. Y lo mismo te pasó, obviamente, con los temas islámicos, ¿verdad?
Asà que lo que hacen es venir a China, centrarse en todas las opiniones negativas e intentar encontrar disidentes contra China, disidentes prooccidentales, y los impulsan como si nada. Es increÃble. Consiguen pasajes a Estados Unidos. Consiguen giras de conferencias por Europa. ¡Es increÃble! Si eres un disidente chino, criticas a tu propio gobierno y te eligen las potencias occidentales, ¿no? Tienes una buena vida.
Estaba en la Universidad de PekÃn. Eligieron a un profesor de economÃa. No quiero mencionar su nombre. Lo eligieron como nuevo disidente. No era un buen profesor ni nada por el estilo, pero era un agitador. Siempre causaba problemas. A los estudiantes chinos no les gustaba. Pero “ellos” lo eligieron y de repente acaparó toda la atención mediática en Occidente. Y no conseguimos nada. Es asombroso cómo lo hacen.
Dinero y medios de comunicación.
SÃ, atacan al lÃder chino sin parar, ¿verdad? Y minimizan cualquier logro positivo de China. Y, por supuesto, incitan al odio entre los diversos grupos étnicos chinos. Fui a Xinjiang y todo estaba bien allÃ. Regresé y escuché historias de terror sobre la esclavización de la población musulmana. Siempre hay una forma de criticar esto, pero no es para nada lo que hacen: «Campos de prisioneros y genocidio contra los musulmanes». Es totalmente ridÃculo.
Entonces, ¿Xinjiang no se parece a Gaza?
No, en absoluto. En PekÃn tenemos el distrito musulmán más grande de Asia, fuera de los paÃses musulmanes. Asà que hay 200.000 musulmanes allÃ, con la mezquita más grande del este de Asia. Y muchos de mis compañeros estudiantes eran islámicos. Algunos de Xinjiang. ComÃamos comida halal. Todas las universidades de China tienen una cafeterÃa halal para los estudiantes. Es una situación que ni se imaginan en Europa, donde era una idea nueva hace 10 años. Lo empezaron en China. Siempre lo han tenido. De hecho, en China son muy multiculturales. Asà que esa (propaganda del genocidio uigur) era obviamente información falsa sobre China. Pero se extendió. Lo hicieron con un propósito.
Los soldados de la prensa occidental estaban en grupos comunes, y se les puede oÃr decir: “¿Qué hacemos para provocar disturbios? ¿Qué es lo peor que puede pasar?”. Todos son agentes, ¿de acuerdo? Se registran como agentes extranjeros en China. Asà que lo peor que les puede pasar es que los expulsen de China. Pero esto les parece bien. Si se convierten en superdisidentes que China expulsó, irán a Washington D. C. y se convertirán en grandes académicos, darán charlas y conferencias, y ganarán premios de Estudios Asiáticos.
Muchos de ellos lo hicieron. Llegaron a ser académicos muy destacados en Occidente. ¿Qué hicieron? Producir noticias falsas sobre China.